*MONITOREAR – *NARCOIMPERIO – NATIVO – NACIONAL
Este verbo no lo consigna el DRAE. La palabra que sí trae el Lexicón Mayor es MONITOR. Dice la Digna de Madrid que es “un aparato que revela la presencia de las radiaciones y da una idea más o menos precisa de su intensidad”.
Más adelante lo define en el campo de la televisión. Cuando define la palabra MONITOR, lo hace así: “dícese de lo que sirve para avisar o amonestar, y de la persona que lo hace”. Así se puede explicar que los aparatos que en medicina o en el campo de la técnica sirven para avisar, detectar, informar etc. sean MONITORES.
No se piensa que se esté muy lejos de ver la incorporación de ese vocablo al Diccionario Oficial de la Lengua con todos los valores que posee en inglés. Se cree que se impondrá por la fuerza de los hechos, es decir, por la repetición continua.
De lo que no se está muy seguro es de que le vayan a dar cabida en el Léxico Oficial al verbo “monitorear”. En español hay muchas palabras de buena cepa y vieja solera que pueden desempeñar estas funciones cabalmente. Para las cámaras de vigilancia en circuito cerrado, existe el verbo VIGILAR.
Apareció así: “La policía y otros que MONITOREAN la opinión pública…” Aquí cabe usar SONDEAR, que “sondean” la opinión pública. Lo tradicional es ESTUDIAR, que “estudian” la opinión pública. En otros casos los aparatos MIDEN, al igual que las instituciones de estudios. CALCULAR es otra solución plausible. APRECIAR se ajusta bien a algunos casos.
Cuando se trata de aparatos, se puede escribir que estos REGISTRAN, OBSERVAN, INSPECCIONAN, CUSTODIAN, ACECHAN. También cabe usar RASTREAR, EXPLORAR, AVERIGUAR. Valga la coletilla que siempre se coloca detrás de estas enumeraciones, “úsese con la debida discreción, de acuerdo con las circunstancias”.
Como caso curioso se recuerda que en las universidades de viejo cuño usaban a los buenos estudiantes como “monitores” para ayudar a los estudiantes; estos monitores siempre actuaban bajo la supervisión de los profesores.
Es un hecho: el verbo “monitorear” existe en las conversaciones de los hispanohablantes. El vocabulario oficial de la lengua consigna un verbo para las actividades con ayuda del monitor. Se trata del verbo MONITORIZAR. Lo define la Academia así, “Observar mediante aparatos especiales el curso de uno o varios parámetros fisiológicos o de otra naturaleza para detectar posibles anomalías”.
De este infinitivo se desprende un adjetivo, monitorizado, que sería igual que decir “observado o controlado mediante monitores”. Ya en la vigésima tercera edición del diccionario de la Academia a aparecer el nombre “monitorización” con la definición de “acción y efecto de monitorizar”.
Lo que queda por hacer es observar, sí, escrutar el horizonte de la lengua. Escuchar el uso de todos los días para saber si el verbo propuesto prende en el ánimo de los hablantes a ambos lados del océano. Esto parece poco probable porque ya se cuenta con “monitorizar” que adoptó la terminación más larga.
*NARCOIMPERIO
Como es fácil de adivinar, esa palabra no ha logrado cabida en el lexicón oficial. No se cree que haya necesidad de ella para el poco uso que de ella se hace. No es menos cierto también que la actividad de los traficantes de narcóticos (narcotraficantes) es vasta y que progresan en “mañas” así como en dineros.
Junto a la palabra que se trae para el tráfico de narcóticos, también existe reconocida por el DRAE el otro vocablo, NARCOTRÁFICO. No hay que dudar de que un día no muy lejano el negocio de las drogas narcóticas nos fuerce a introducir aún más vocablos en los diccionarios de cada día.
El término “narco” es reconocido como un elemento compositivo que entra en la formación de otros vocablos. Con esto se refuerza la idea de que la palabra del título está formada de modo correcto.
La Academia acepta el vocablo “narco” como un acortamiento de narcotraficante. Además del narcotraficante, la Academia menciona el narcodólar y la narcolepsia. Los diccionarios de neologismos también mientan el narcocontrabando, la narcocorrupción, la narcodictadura, la narcodivisa, la narcoguerrilla, el narcoterrorismo, la narcomanía, la narcosis (aceptada), y la narcoterapia..
Hasta tanto las circunstancias no obliguen a los hablantes a utilizar este tipo de palabras con mayor frecuencia, lo más apropiado es mantenerse al margen del consumo y tráfico de las drogas, así como del uso de compuestos inventados sin base ni licencia.
NATIVO – NACIONAL
Para el vocablo NATIVO el Léxico Mayor de la Lengua, en la parte que concierne a este comentario se expresa de esta forma: “// 2. Perteneciente al país o lugar en que uno ha nacido. Suelo nativo; aires nativos. // 3. Natural, nacido en el lugar de que se trata. Ú. t. c. s.”
Una persona que desea expresar que es ciudadana de un país puede decir que es NACIONAL de tal o cual país por oposición a extranjero. El NATURAL y el NATIVO son quienes nacen en un país; otros pueden adoptar la nacionalidad de un país y convertirse en CIUDADANO de ese país de adopción, con la ayuda de los trámites de la ley.
En los casos en los cuales se desea expresar que un individuo nació en tal o cual lugar se puede decir que es ORIUNDO de ese lugar.
OBJETIVO – OBJETO
Con inusitada frecuencia se confunden los dos vocablos que encabezan esta sección de los comentarios. En muchas áreas estas dos palabras comparten significados, pero en otras se distancian.
Sucede así que OBJETIVO en materia militar y, por extensión en su sentido figurado, es el “blanco para ejercicios en el tiro”. El sentido figurado a su vez le viene con el sentido en el que orientan o la dirección hacia la cual apuntan las diligencias o las investigaciones.
Una vez que se somete a una persona al escrutinio de una investigación entonces esa persona se torna en el OBJETO de la misma. El sujeto pasa a ser el foco de la atención, es el objeto de la pesquisa.
El FIN perseguido es el OBJETIVO de encontrar quien es el culpable de los actos dolosos, cuando aún no se ha individualizado un culpable.
OMBUDSMAN
Esta Palabra de factura tan extraña es noruega. En su origen designaba al representante del rey. La acepción de los diccionarios americanos se orienta en el sentido de las funciones de un representante de los ciudadanos acerca de los servicios del estado. Es de alguna manera, un moderno fiscal. No hay forma de conseguirle un equivalente a esta palabra en nuestros países porque la institución no existía hasta hace poco tiempo.
Un buen conocedor del idioma español propuso que se le designase como PROTECTOR DEL PÚBLICO. En algunos países han resuelto llamarle COMISARIO PARLAMENTARIO, pero eso no traduce bien las funciones, pues al mismo tiempo que es fiscal de la querella también tiene poder para juzgar de la misma. Cualquier otra solución resultaría tan larga que no vale la pena tratarla.
El “Diccionario panhispánico de dudas” entiende que el ombudsman en un “alto funcionario público encargado de proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos ante los poderes públicos”.
Lo que propone este diccionario es que cada país utilice sus propias denominaciones. En España es DEFENSOR DEL PUEBLO. En México es DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS. En Costa Rica es PROCURADOR DE LOS DERECHOS HUMANOS. En Guatemala es PROCURADOR DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Se ha notado durante los últimos años una tendencia a designar otros funcionarios con funciones parecidas a las del ombudsman, pero más limitadas, y a éstos se les denomina “defensores”, de esta manera existe ya el “defensor del consumidor”, entre otros.
En su origen el nombre completo era y es “justitieombusdman”, que traducido es, “comisionado de justicia”. Es un árbitro entre el Estado y el ciudadano. Esa función fue instituida por el parlamento sueco en 1809.
*BAJO LA OPERACIÓN
“…fueron arrestados BAJO la Operación…”
El mal olor que despide este abuso de “bajo” llega muy lejos. Se ha tratado este asunto en otras ocasiones, como en el caso de quienes ven las cosas “*bajo el punto de vista”.
Aquí, en el caso del ejemplo era muy fácil usar lo apropiado y escribir DURANTE, EN, o CON. El nombre de la INVESTIGACIÓN fue esta o la otra, y CON ese nombre se la conoce. DURANTE el transcurso de las PESQUISAS se arrestó a … CON esta INDAGACIÓN se apresó a…
Hay que reconocer que la redactora en esta cita por lo menos no nos espetó lo de *operativo en este caso.
PARAFERNALIA
“…perdido entre tanta PARAFERNALIA militar…”
Esta palabra ha invadido poco a poco el léxico hispano. La definición que posee la palabra en inglés y en español no es la misma. En español la palabra existe, es cierto, pera la acepción que le reconoce y le asigna la Academia es: “conjunto de usos habituales en determinados actos o ceremonias, y de objetos que en ellos se emplean”.
En inglés es más que eso, es “lote de pequeños objetos que pertenecen a alguien o, se necesitan para una ACTIVIDAD particular: la parafernalia para acampar”. Entre los ejemplos que usa el diccionario en inglés está “toda la parafernalia de uso de la burocracia”. Las mayúsculas son mías, REG.
En el Diccionario de 2001, aparece una frase que no constaba antes, “…y de objetos que en ellos se emplean”. Hace mención la Academia, al ocuparse del vocablo, que se utiliza en términos irónicos también. La redacción en esta edición es la siguiente: “Conjunto de usos habituales en determinados actos o ceremonias, y de objetos que en ellos se emplean”.
El sentido de la palabra en inglés es más lato que el del español. En español tiene un sentido más restringido. Nunca se le ocurriría escribir a un redactor sensato que cuando un adolescente lleva al cinto un localizador electrónico, alias “bíper”, lo que en España se conoce como “buscapersonas”, decir que él (el adolescente) lleva una parafernalia.
En buen español, la parafernalia sería el CONJUNTO de OBJETOS que se usarían en un RITO de SACRIFICIO de animales para saciar a los dioses, por ejemplo. Entiéndase, indumentaria, adminículos y objetos usados durante la CEREMONIA.
En conclusión, no debe dársele un estirón a esta palabra si no se quiere verla muy pronto ocupando lugar de preeminencia en nuestros textos. El término lleva siglos de vida en la lengua inglesa.
En español existe noticia de la palabra empleada en Venezuela y en Cuba. En Venezuela se la atribuyeron a Rómulo Betancourt quien se supone que la utilizó al principio de su gobierno “al referirse a la necesidad de aligerar el protocolo presidencial”. En Cuba se la usa con intención burlesca “como sinónimo de aparato excesivo”. Las dos últimas referencias se toman del maestro Ángel Rosenblat, de su libro “Buenas y malas palabras”, edición de 1974, tomo IV, pág. 148.
PARQUES TEMÁTICOS
De lejos se percatará el lector que esa es la traducción que han sacado de los dos vocablos muy similares que existen en inglés para estos “parques de diversiones”.
En inglés de los Estados Unidos el “tema” en materia de diversiones es cuando todo el parque está basado en un tipo de diversión, ya sea éste el agua, los viajes, algunos personajes u otras cosas. En ninguno de estos parques faltarán las máquinas o aparatos como las “montañas rusas” que sirven para deleite del público.
Cada persona queda en libertad de traducir al pie de la letra si quiere, o apartarse un poco del inglés y ser más “creativo”, demostrar eso que antes llamaban “ingeniosidad” y hacerlo más “castizo”, si es que queda algo de este concepto.
El Harper-Collins Spanish Dictionary para “theme-park” trae la traducción siguiente: parque museo. El Oxford Spanish Dictionary ofrece como traducción, parque temático.
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