Empleo del punto y coma en “Sueños de Salitre”

Por Rafael T. Rodríguez Molina

 

Al comenzar a leer esa novela de Carmen Imbert Brugal, distinguida abogada, comunicadora y escritora, comencé a notar el empleo, o más bien la frecuencia mayoritaria del no empleo del punto y coma en los casos en lo que las normas de nuestro español indican que debe usarse ese importante signo de puntuación. Esos casos de empleo de ese signo tienen que ver con las proposiciones llamadas “yuxtapuestas”, que son definidas como “proposiciones que se colocan una junto a la otra sin la presencia de nexos o partículas de unión lógica”. Las partículas que se eliminan pueden ser coordinantes como la “y”, causales como “porque, por lo cual”, consecutivas  como “pues, ya que”, etc.

Visualicemos con ejemplos varios casos escritos con los nexos y esos mismos  sin los nexos:

  1. Llegó a clases con toda puntualidad y sin saberse la causa salió del salón rápidamente. Si eliminamos el coordinante “y”, quedaría redactada “Llegó a clases con toda puntualidad; sin saberse la causa salió del salón rápidamente.
  2. Terminó el cuatrimestre con notas excelentes, ya que él es muy inteligente y aplicado. Si la redactamos sin el nexo “ya que”, hay que emplear punto y coma al ser convertidas en yuxtapuestas. Veamos: Terminó el cuatrimestre con notas excelentes; él es muy inteligente y aplicado.

La realidad de las deficiencias de la autora de Sueños de Salitre en el manejo del punto y coma, puede encontrarse en las páginas 15, 16, 17, 18, 20, 21 y 26, las cuales yo tomé como muestra. En esas 7 páginas la autora solo empleó dos punto y comas correctamente y 21 comas debiendo haber usado en su lugar punto y comas.

Las únicas páginas en las que la escritora empleó un mayor número de punto y comas de acuerdo con las normas fue en las páginas 23 y 24. En la 23 usó dos correctas y una incorrecta, y en la 24 aparecen  5 correctas y 3 en desacuerdo con las normas de las yuxtapuestas.

De los casos más graves, ofreceré los aparecidos en la página 15, donde los usos fueron  todos incorrectos, y los que aparecieron en la 17; en esta última tenemos 4 casos con empleo  incorrecto y 1 empleado correctamente. Además, en la página 18 hay 3 usos todos incorrectos. Por razones de espacio, y para ejemplificar los usos con mayor acierto de Carmen Imbert,  se ofrecerán los casos que hay en las páginas 15 y 17.

A continuación aparecerán fallos de la página 15:

  1. “Enviaban regalos en navidad y algún bocado después de una cena espléndida, sin embargo no los convidaban a sus fiestas.” En ese fragmento debe ir punto y coma antes de “sin embargo, además de una coma después de ese nexo. Aquí se eliminó la “y”.
  2. “El segundo varón era retraído, le decían el loco…” Al haber en ese caso dos yuxtapuestas, en lugar de la coma debe escribirse un punto y coma. El nexo eliminado puede ser “y por eso”, y de ese modo desaparecería la coma y el punto y coma.
  3. “No era amante de juergas, prefería escuchar música y compartir con los compañeros de trabajo.” La coma indica la existencia de las yuxtapuestas, pero en ese lugar hay que colocar el punto y coma. El nexo elidido esta vez pude ser “motivo por el cual” o “razón por la cual”, etc.
  4. “La astucia materna guardó una porción de ese dinero, él lo supo antes de su matrimonio.” Después de “dinero” debe ir un punto y coma; pero si en vez de la coma o del punto y coma colocamos “y”, no hace falta ninguno de esos dos signos. Veamos esa nueva redacción: “La astucia materna guardó una porción de ese dinero y él lo supo antes de su matrimonio.”

Pasamos ahora a la página 17. En la misma también se encuentras 4 casos de incorrección en la redacción de las yuxtapuestas, aunque también supo emplear 1 caso dentro de las normas. Véanse los 5 casos:

  1. “Enfrentó peligros de niño, se erigió en defensor y guardián de las dueñas de las casas.” En este ejemplo existen dos proposiciones yuxtapuestas y no tres proposiciones, ya que solamente hay dos verbos conjugados, que son “enfrentó” y “se erigió”. Por eso, antes de “se erigió” se pone un punto y coma. Si se pone “y” entre “niño” y “se erigió”, dejarán de ser yuxtapuestas y se convierten en proposiciones coordinadas y, por consecuencia, sin coma ni punto y coma.
  2. Veamos el segundo caso desacertado: “Algo no falló en su imaginación, la niña y él no eran iguales.” Evidentemente hay que sustituir la coma por el punto y coma. En esa oración se suprimió  el nexo “pues”.
  3. El tercer caso fallido es: “Jamás la acompañaba al club, la veía desde lejos con su trajecito de organdí.” Antes de “la veía” iría una “y” o el punto y coma y no esa coma.
  4. Este cuarto caso es: “No celebraban la navidad desde noviembre, ni el árbol olía a pino, tampoco descansaban fuera de la ciudad durante la semana santa.” Después de “pino”, que es donde termina la primera yuxtapuesta y comienza la segunda, debe ponerse punto y coma y no la
  5. En esta página 17, la autora empleó correctamente el punto y coma para indicar la frontera entre las siguientes proposiciones yuxtapuestas: “…la veía desde lejos con su trajecito de organdí; si coincidían en la playa tenía que conformarse con un saludo.”

En la página 23, la autora empleó un caso incorrecto y dos correctos, y  en la 24, usó tres incorrectos y cinco con corrección, es decir, de acuerdo con las normas indicadas para el caso de las yuxtapuestas. De esas dos páginas nos centraremos en la 24, que fue donde la escritora de esta novela empleó la mayor cantidad de casos correctos, aunque también en ella usó tres casos incorrectos. Primero se copiarán los casos correctos.

A. Casos correctos:

  1. “…el más grande contenía seis huevos, tres tabletas de chocolate, dos maltas alemanas, una lata de leche condensada y doce mentas; el otro guardaba queso amarillo, arroz y azúcar.”
  2. “El primero estaba destinado a la casa de Iris; el segundo, a la vivienda de un médico amigo.”
  3. “Fue su primera vez como mandadero; antes había estado con Sofía.”
  4. “Caía la tarde; le sorprendió ver la peluquería cerrada.”
  5. “Trató de moverse; Lucía, una de las muchachas de Iris, lo llamó desde la cocina.”

B, Casos incorrectos:

  1. “Un atardecer del sábado, el dueño del colmado le entregó dos paquetes, el más grande contenía seis huevos, tres tabletas de chocolate, dos maltas alemanas…” En este fragmento, después de “paquetes” debe ir punto y coma. Sin embargo, se podrá mantener la coma si después de “el más grande” añadimos “de los cuales”.
  2. “Conocía bien el entorno, estaba acostumbrado a la brisa pegajosa que arrastra salitre.” Como las dos proposiciones no tienen la “y” coordinante, se convirtieron en yuxtapuestas, las cuales se relacionarán con un punto coma en medio de “entorno” y “estaba”.
  3. “La fascinación fue inmediata, no entendía algunas palabras pero sí identificaba nombres.” Después de “inmediata”, lo pautado es el empleo del punto y coma, ya que allí termina una yuxtapuesta y comienza la otra. Puede eliminarse el punto y coma si rescatamos un nexo, que pudiera ser “y, aunque”. Véase cómo quedaría la nueva oración: “La fascinación fue inmediata y, aunque no entendía algunas palabras, sí identificaba nombres.”

Para concluir este artículo analítico-crítico de esa novela de la reconocida escritora y comunicadora Carmen Imbert Brugal, me voy  aventurar a lanzar dos hipótesis: La primera es que “la autora presume que maneja bien la normativa relacionada con los signos de puntuación y por eso no buscó un corrector de  estilo que eliminara los desaciertos o errores que ella pudiera cometer, pues ella no los comete.”  La segunda hipótesis es que “la autora buscó un corrector  de estilo que resultó ser incompetente, ya que no corrigió los innumerables desaciertos que aparecen en esta novela en la puntuación de las proposiciones yuxtapuestas.”

Finalmente un consejo práctico: No publique ningún tipo de escrito, sea breve, como un poema o un artículo; o extenso, como un cuento, una  novela, un libro de historia, de ensayo, etc.,  sin que antes lo corrija un competente corrector de estilo.

 

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