Rastrillar, merequetén

Por Roberto E. Guzmán

RASTRILLAR

“… acción que alertó a los uniformados a RASTRILLAR sus respectivas armas de fuego”.

En el español dominicano el verbo rastrillar mantiene vigencia en tres de sus acepciones. La primera de ellas es la que se refiere a limpiar de hierba con el rastrillo. La segunda es accionar un arma de fuego para dejarla lista para disparar. La tercera es una acepción privativa del habla dominicana, “Reprender, reprochar algo a alguien”.

Si se lee con detenimiento lo que se escribió acerca del arma de fuego, esto no se corresponde en su totalidad con lo que se encuentra en los diccionarios. En el Diccionario del español dominicano (2013:587), puede leerse, “Quitar el seguro de un arma de fuego dejándola lista para disparar”. Esta acepción puede ser exacta para los demás países que se mencionan en el Diccionario de americanismos (2010), pero en República Dominicana no expresa la realidad de la acción.

En el habla de los dominicanos el verbo rastrillar se relaciona con la manipulación de un arma de fuego semiautomática o automática. Consiste en accionarla para colocar el proyectil en posición de ser disparado.

Quien escribe estas notas entiende que este verbo se usa para nombrar esa acción por el ruido que produce el arma al quedar lista para ser disparada. El hablante ha relacionado este ruido con el que produce un rastrillo al arrastrarse sobre las superficies de las cuales retira las hierbas.

La última acepción que se calificó más arriba de privativa del habla de los dominicanos es un dominicanismo semántico. Se piensa que el verbo pasó del campo de lo concreto al de las ideas, pero guardó la aspereza de las púas o dientes del rastrillo, pues es “amonestar vituperando”.

 

MEREQUETÉN

“… un libro que te ZUMBA EL MEREQUETÉN…”

Hace años se pensó que la radio había revolucionado las comunicaciones. Luego vino la televisión que incluyó imágenes. En la actualidad ya no hay palabras para describir lo que acontece en el mundo digital con las comunicaciones. Como consecuencia de esos progresos el tránsito de voces autóctonas ha crecido de modo exponencial.

La introducción anterior viene al caso porque este merequetén y su zumbido llegan al habla dominicana desde otras orillas. El contacto con las hablas se ha multiplicado y el intercambio entre dialectos y variedades de español es más notorio; sobre todo, lo que es más notorio es la transferencias de hablas nacionales entre países.

Lo expuesto más arriba no significa que haya una uniformización de las hablas hispanas, algo que afortunadamente está lejos de suceder. El merequetén del título llega al habla de los dominicanos desde otra variedad de español del Caribe.

La documentación señala hacia Venezuela en tanto país en donde se usó la voz merequetén por primera vez. D. Ángel Rosenblat en Buenas y malas palabras (1974-III-38) cita un trabajo del año 1950 de Pedro Grases sobre “expresiones venezolanas para designar el alboroto o el desorden”; entre ellas aparece el merequetén. Con esto queda establecido que en ese país se conocía esa voz ya en 1950.

En el mismo año aludido D. M. Picón-Salas también la mencionó en uno de sus escritos para la prensa. Más tarde en el año 1957 M. A. Martínez vuelve sobre ella en un trabajo sobre “la idea del alboroto”.

Merequetén se utilizó en tanto sustantivo masculino en el nivel coloquial para “bullicio, agitación o desorden”. En otras áreas de la geografía venezolana se le tomó para expresar, “Repetición fastidiosa de un asunto o tema”, Diccionario de venezolanismos (1993-II-212).

En Venezuela se conoce o conoció la locución verbal temblar el merequetén para denotar, “Comenzar la pelea”.

A Cuba llega la expresión coloquial ¡le ronca el merequetén! Para expresar asombro, sorpresa o contrariedad. ¡Le zumba el merequetén! sirve para expresar las mismas emociones o reacciones que la anterior; puede así mismo comunicar sorpresa y desaprobación. Con esa expresión se refieren a “alguien que ha planteado algo insólito o inaudito”. Diccionario ejemplificado del español de Cuba (2016-II-193-4).

Ya en el año 1982 en El habla popular cubana de hoy (1982:227) fue recogido el término merequetén para “comparación en la frase con la cual se subraya algo que es inaudito”.

En los últimos tiempos, durante varios años la República Dominicana ha recibido un influjo extraordinario de migrantes venezolanos. Como es natural ellos llegan con su bagaje de voces propias y las usan en el quehacer diario de la vida en el seno de la sociedad dominicana. Es algo sabido desde hace largo tiempo que el habla de los cubanos ha influido en gran medida en la de los dominicanos. Las últimas dos influencias señaladas sirven como indicios de que la voz y la locución verbal puede provenir de las hablas venezolana o cubana.

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