Platanú / platanuses, romo, decricaje

Por Roberto E. Guzmán

PLATANÚ – PLATANUSES

“… los PLATANUSES de Cotuí…”

Los dominicanos son muy proclives a consumir plátano. Naturalmente el plátano americano, no el peninsular. El último también se consume, pero en menor cantidad.

El plátano ocupa un lugar tan importante en la cultura dominicana que el poder de bateo de los jugadores dominicanos de beisbol en las ligas de los Estados Unidos se conoce con el nombre de platano power. Antes de llegar a ese punto, los dominicanos eran reconocidos en Nueva York con el nombre de “los plátanos”.

La introducción que antecede resalta la importancia del plátano en la cultura y la historia de los dominicanos; esto a través del consumo de la musácea. De aquí puede deducirse que no hay sorpresa acerca de que la voz platanú descienda de plátano. Esto es, existe relación directa entre esta voz extraña al español general y la muy conocida plátano. Solo en República Dominicana podía producirse algo así.

El platanú es un, “Personaje del carnaval dominicano cuyo disfraz se compone de muchas hojas de plátano que le cubren el cuerpo”. Diccionario del español dominicano (2013:557).  Otro rasgo de esta voz que llama la atención es el plural que le ha asignado el hablante, platanuses.

 

ROMO

“… sobre todo las multitudes de la pobreza, con muchas personas que prefieren, en lugar de libros, la cerveza, el ROMO y los estilos desinhibidos de diversión”.

“… y no que les entreguen mendrugos para que coman tres días, y se beban uno o dos o diez potes de ROMO.”

Según parece a algunos hablantes y bebedores de ron no les bastó con que ese licor se conociera con un monosílabo. Quizás de allí salió la idea de llamarlo romo también. Más adelante en esta sección se lanzará una idea acerca del origen de esa voz.

La producción y consumo de ron ha ido en aumento con el paso de los años. De la misma manera en que ha sucedido con otras bebidas espirituosas, en los últimos tiempos se ha visto un incremento de consumo en el mercado de rones añejados. Esto ha impulsado a la industria ronera a añejar cada vez más algunos de sus productos para complacer el exigente gusto de algunos aficionados al ron de mayor calidad.

Las informaciones de que se disponen por medio de los diccionarios de etimología sugieren que la palabra ron procede del inglés dialectal rumbullion “tumulto” por las refriegas que ocasionaba el efecto del consumo de este licor. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-V-62-3).

En francés el nombre rhum se encuentra desde 1688. Entró primero al inglés en el 1654 rum. La clave para el romo de los dominicanos y venezolanos se encuentra en el nombre que recibió por esos años el licor, rumbo. En francés se conoció también con la variante rumme, cercano también al nombre cariñoso, romo.

Algunos etimólogos han encontrado una metonimia entre rumbustion, pleito, riña, en tanto alusión a los efectos de la bebida y el nombre que terminó imponiéndose, sobre todo en la isla Barbuda. Dictionnaire historique de la langue française (2012-III- 3091-2).

Don Augusto Malaret en Provincialismos de Puerto Rico considera la palabra romo vulgar, y sin más explicaciones, ofrece en cambio la original ron. Esta puede considerarse la primera mención de romo en una obra sobre lexicografía americana.

En la historia más reciente el vocablo romo aparece en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española como conocido en Puerto Rico y República Dominicana, con la mención de que es de poco uso. Se podría argumentar contra esta calificación con respeto del uso, pero la frecuencia en el habla es difícil de evaluar. Es posible y probable que sea de poco uso en la expresión escrita.

Con respecto al uso del vocablo o al conocimiento de lo que significa; en Venezuela saben del vocablo para llamar con ese nombre al, “Ron, aguardiente de caña y en general cualquier clase de bebida alcohólica”. Así consta en el Diccionario de venezolanismos (1993-III-74). Obsérvese que en ese diccionario al final de la acepción añadieron, “y en general cualquier clase de bebida alcohólica”. Esto denota la generalización de su uso. En esa obra se menciona la primera documentación del año 1859. El Diccionario del habla actual de Venezuela (1994:434) entiende que romo es, “Bebida alcohólica fuerte semejante al brandy, preparada con aguardiente de caña destilado”.

En el Diccionario de hispanoamericanismos (1997:406) aparece de nuevo el romo para, “Ron, aguardiente destilado de caña”. Ahí se menciona empleado el nombre en Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela.

Se desconoce la razón por la que Venezuela no aparece mencionada en el Diccionario de americanismos entre los países donde el ron se conoce con el nombre romo.

 

DECRICAJE

“… y los numerosos asuntos del DESCRICAJE del clima se evaporan…”

En algunas ocasiones algunos redactores piensan que añadiendo una letra ese /s/ intercalada entre una vocal y la consonante siguiente se convierte una voz impura en una legítima.

La aclaración del primer párrafo de este escrito viene a cuento porque en el curso de este se verá que no hay tal palabra *descricaje. No puede existir una letra ese /s/ en esa posición porque la voz del título la creó el hablante llano del español dominicano.

La voz usada por los hablantes de español dominicano es decricaje. Escrita de este modo consta en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española. De acuerdo con ese diccionario tiene dos acepciones conocidas.

Lo primero que debe quedar bien establecido es que esa voz es netamente dominicana, tanto por su formación, como por su significado. La primera acepción se refiere a cosas o personas y al “estado lamentable de estas”. La segunda acepción alude al “agotamiento, extenuación de alguien”.

En general las voces nuevas se forman sobre voces ya conocidas que les sirven de base. Se piensa que quizás la voz del título tiene algo que ver con la voz crica que el Diccionario de la lengua española define así, “partes pudendas de la mujer”. Los académicos no pudieron encontrar un término más elegante para disfrazar el coño.

La experiencia que se puede compartir con respecto de esta voz es que quien escribe estos comentarios cuando oyó por primera vez la voz decricaje y el verbo decricajar pensó que procedía de Puerto Rico. La idea que vino a la mente fue la de tomar las voces en cuestión en tanto expresión de dolor. Es fácil imaginar porqué, si se piensa en lo explicado más arriba. Se pensó en algo que se rompía, -metafóricamente- se desgarraba.

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