Ortoescritura
Por Rafael Peralta Romero
NOMBRES PROPIOS QUE TAMBIÉN SON COMUNES
Hace unos nueve años, publiqué en este diario un artículo titulado “Divertimento con los apellidos”, en el cual mostramos que muchos apellidos son homónimos de términos que tienen sentido léxico, es decir son palabras comunes con las que se mencionan cosas, lugares, plantas, situaciones, procedimientos, animales, accidentes geográficos, partes del cuerpo, entidades abstractas o metales.
El de hoy, es también una diversión, pues citaré nombres de personas que han sido tomados de sustantivos -y hasta adjetivos- comunes que designan cosas, seres, fenómenos de la naturaleza, deidades, funciones, acciones, por igual nombres que se conocieron primero por países y regiones.
Es muy evidente que rosa, margarita, orquídea, violeta y hortensia son flores, mientras la flor se define como “brote de muchas plantas, formado por hojas de colores, del que se formará el fruto”. Y flores son también dalia, camelia, jacinto, clavel y melisa, todos los cuales funcionan como nombres de personas, escritos con mayúscula inicial.
Quizá sorprenda saber que /carmen/ es una palabra común, al menos en Granada, donde se denomina con esta palabra a una quinta o huerto con jardín. El culto a la Virgen del Carmen, una de las advocaciones con que se alaba a santa María, la madre de Jesucristo, es responsable de que tantas mujeres en el mundo sean llamadas de este modo.
El nombre procede de la veneración a María en el Monte Carmelo, ubicado en Israel. Según un diccionario bíblico, Carmelo o Carmen derivan de la palabra hebrea Karmel o Al-Karem, la cual se traduce como “jardín de Dios”.
De la religión viene también Ángel, Presbiterio (parte de la iglesia), Mártires, Obispo, Santo, Gracia, Confesor (sacerdote), Pastor, Trinidad, Diosa, Deogracia, Cruz, Crucita, Inmaculada (sin mancha), Evangelista, Rosario, Sagrario, Providencia, Fe, Natividad, Esperanza, Caridad y Salvador.
Los nombres terminados en -o son ordinariamente masculinos, pero algunos, por lo que significan, han servido para nombrar mujeres: Rosario (rezo a santa María), Sagrario (lugar sagrado), Socorro (ayuda), Milagro (acción portentosa), Consuelo (alivio de la pena), Amparo (protección), Rocío (lluvia tenue) y Remedio (medicina).
Como rosario, amparo y socorro, en santa María encuentran motivos los nombres Piedad (devoción por las cosas santas), Dolores, Virgen, Concepción, Reina, Mercedes (plural de merced, favor).
Fenómenos de la naturaleza prestan sus nombres a las personas: aurora, luz, alba (amanecer), luna, mar, sol, estrella.
El vocablo alba es también sinónimo de blanca, y en esta función es, por tanto, un adjetivo, como lo son también blanca, pura, cándida, clara, marina, digna, iluminada, amable, aquilino (rostro largo y delgado), argentina (relativo a plata), paulino (relativo a san Pablo), justo, bienvenido, augusto, máximo, silvestre, facundo (de fácil hablar), linda, bruno (nombre de un árbol, también de color oscuro) todos los cuales, escritos con inicial mayúscula, fungen como nombres de personas.
Muchas personas llevan nombres de países, que no necesariamente tienen valor semántico en nuestra lengua: América, Argentina, Francia, Grecia, Germania, Albania, Bolivia, Colombia, Bélgica, Argelia, África, Asia, Australia, Oceanía, Filadelfia, Virginia, Janeiro, Italia, Helvecia, Lusitania, Nápoles, Austria, Kenya, Israel, Nairobi, Belén. Siriaco (relativo a Siria), Delia (natural de Delos, Grecia).
Las siguientes palabras son sustantivos y adjetivos comunes usados para nombrar personas: Olivo (nombre de árbol), León, Ventura, Petra (nombre de planta), Erinia (deidad griega), Paloma, Patria, Patricia, Patricio, Lucía (del verbo lucir), Modesto (adjetivo), Amado (adjetivo), Domingo, Norma (regla), César (emperador romano), Rey, Reyes, Delfín (pez, primogénito de un rey) Delfina (mujer del delfín). Se agrega Julio que antes de denominar al sexto mes correspondía a una autoridad romana de igual nombre.
Ya lo ha visto usted, este tema es una diversión.
¿ES CÓVID O COVID? ¿LLANA O AGUDA?
Muchas serán -y ya son- las consecuencias del coronavirus de 2019, agente responsable de la terrible enfermedad denominada COVID-19.
Su escritura se corresponde con la sigla inglesa de “coronavirus disease”, enfermedad del coronavirus. Dado que contiene el sustantivo enfermedad en su forma inglesa, se ha recomendado que su género sea femenino (la COVID-19, mejor que el COVID-19). Lo que sí creo es que la fuerza del uso hará prevalecer el masculino.
Como es un acrónimo, formado a partir de la expresión “coronavirus disease”, se suele escribir por completo en mayúsculas. Pero dada su sobrada presencia en todos los niveles de lengua, el vocablo se ha lexicalizado (se hizo parte del español) por lo que puede escribirse en minúsculas. Se recomienda no dejar la inicial mayúscula porque se trata de un nombre común: covid-19. Fundéu defiende el guion como parte del nombre establecido y cita la Ortografía de la lengua española cuando explica: “…en aquellas piezas léxicas constituidas por una combinación de segmentos de cifras y letras se han venido separando tradicionalmente dichos segmentos con guion”.
Lo recomendable en el género: la cóvid o la covid; en grafía: COVID o covid (también cóvid).En su versión en línea, el Diccionario de la lengua española incorporó esta palabra indicando antes de la definición “m. o f”, que quiere decir masculino y femenino. Luego la define de este modo: Med. Síndrome respiratorio agudo producido por un coronavirus.
Entonces vamos a lo prosódico. ¿Cuál será la recta pronunciación de esta nueva palabra?
Los hablantes del español están divididos entre la pronunciación aguda /covíd/ y la llana /cóvid/
Algunos creen, entre ellos la Fundéu, que es mayoritaria la forma aguda, es decir con el acento en la última sílaba, aunque no se le marque. La pronunciación /cóvid/, con la fuerza de entonación en la penúltima sílaba se asocia al inglés. Sin embargo, no son -o no somos- pocos los hablantes del español que desde el inicio del fenómeno adoptaron la forma llana /cóvid/. Será difícil acoger una forma única, y como ha ocurrido con el género (enfermedad de la covid-19) que contra lógica se ha impuesto el masculino (el covid-19), las academias habrán de admitir las escrituras llana (cóvid) y aguda (covid), aunque se prefiera esta última. Ya ha ocurrido con otras palabras, tomadas de otras lenguas, tal el caso de élite o elite (Minoría selecta o rectora).
De algo podemos estar seguros: si la pronunciamos como llana, debemos colocar tilde, aunque en otras lenguas no la lleve. Aplicaremos la regla de las llanas terminadas en consonante diferente a /n/ y /s/, es decir, acentuaremos gráficamente a cóvid igual que hacemos con lápiz, árbol, cáliz, áspid (culebra), túnel, ángel, mármol, cérvix (útero) y los apellidos López, Gómez, Sánchez, Pérez o Féliz.
Quien la pronuncie como aguda, debe recordar al momento de escribir esta palabra, que no se le marca el acento como ocurre con cerviz (cabeza),cariz, verdad, ardid, David, salud, enfermedad, bondad, maldad, venid, tapiz, feliz o variz.
Medusa y merluza
Medusa es un animal marino. El Diccionario académico la define así: Una de las dos formas de organización en la alternancia de generaciones de gran número de celentéreos cnidarios y que corresponde a la fase sexuada, que es libre y vive en el agua. Su cuerpo recuerda por su aspecto acampanado a una sombrilla con tentáculos colgantes en sus bordes. En tanto que de merluza el Diccionario dice: 1. f. Pez teleósteo marino, anacanto, muy apreciado por su carne, de color gris plateado, que alcanza hasta un metro de longitud, de mandíbula prominente y dientes finos, y que abunda en las costas de España.
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