Temas idiomáticos

PALABRAS PARA UN HIMNO I

04 /02/ 2020

En febrero de 2018 le dediqué una Eñe al análisis de la métrica de la letra del himno nacional dominicano. Gustó mucho a los lectores acercarse al himno desde el punto de vista literario. Este febrero les propongo leer sus estrofas poniendo especial atención en sus palabras, desde el vocativo inicial al eco libertario final.

El hermoso gentilicio quisqueyanos parece tener origen indígena. Que no aparezca en el Diccionario de la lengua española no quiere decir que no exista, como muchos creen. La primera estrofa anima a los quisqueyanos a cantar y a mostrar (ostentar) a la cara del mundo la bandera dominicana. El vocablo faz es un cultismo latino para referirse al rostro («del mundo a la faz»). La palabra pendón, de origen francés, se utiliza como sinónimo de bandera, a la que se califica de «gloriosa» y de «invicta», un adjetivo que se refiere a su condición victoriosa.

La segunda estrofa comienza con la interjección poética salve, utilizada para saludar. Su origen es el latín, donde significaba ‘ten salud’. Ya ven, nuestros saludos y este salve tienen en su germen un deseo de salud. Se saluda al pueblo dominicano, al que se describe como «fuerte» e «intrépido», ‘que no teme a los peligros’. El adjetivo bélico es el sinónimo de origen latino del adjetivo guerrero, de origen germánico.

 

PALABRAS PARA UN HIMNO II

11/02/2020

 ¡Oh, lectores, que se han animado a releer el himno dominicano con ojos de lingüistas!, si la pasada semana desgranamos las tres primeras estrofas, aquí están las tres siguientes. Empezamos con una reflexión ortográfica. Recuerden que la conjunción adversativa mas (‘pero’), cada día menos usada y relegada al lenguaje escrito, es un monosílabo átono y se escribe sin tilde, en contraposición a más, adverbio de cantidad, monosílabo tónico.

Los dos primeros versos suman tres adjetivos calificativos con los tonos combativos propios del momento histórico: Quisqueya es «indómita» ‘que no se puede o no se deja domar’, y «brava» ‘valiente’, de frente «altiva» ‘orgullosa, soberbia’. El contraste entre esclavitud y libertad se prolonga hacia el porvenir gracias al contraste entre dos formas verbales que expresan el futuro de muy distinto modo: el futuro simple de subjuntivo, casi desaparecido de nuestra lengua («si fuere mil veces esclava») y el futuro simple de indicativo («otras tantas ser libre sabrá»). Aquí tienen los docentes un bello ejemplo histórico para enseñar las diferencias entre indicativo y subjuntivo.

Si la cuarta estrofa la protagonizan los adjetivos y los tiempos verbales, la quinta es de los sustantivos. El desdén (‘indiferencia y despego que denotan menosprecio’) que han provocado el dolo (‘engaño, fraude, simulación) y el ardid (‘artificio, medio empleado hábil y mañosamente para el logro de algún intento’) se convierte en gloria en los campos, en alusión a los campos de batalla.

 

 

PALABRAS PARA UN HIMNO III

18/02/2020

 El himno dominicano, doce estrofas construidas con palabras, nos sirve este mes de febrero como excusa para aprender un poco sobre el léxico de nuestra lengua. Recuerden que los diccionarios se convierten en nuestros mejores aliados, a veces los únicos, para bucear en los significados de las palabras. Y hay que saber hacerlo. Si consultamos empañar en el Diccionario de la lengua española, tenemos que leer hasta la quinta acepción para encontrar el matiz de significado que puede aplicarse a este contexto: «oscurecer o manchar el honor o la fama, amenguar el mérito o gloria de una persona o de una acción». Cuando buscamos inconsulto y encontramos que es un adjetivo desusado en la actualidad, comprendemos por qué los diccionarios deben registrar las palabras que van perdiendo actualidad en la lengua. Si buscamos el sustantivo caudillo aprendemos que tiene su origen en el diminutivo latino capitellum y en una imagen que está también en el diminutivo español cabecilla. El «incendio» de la guerra deja al soberbio león castellano «atónito», ‘pasmado, espantado’.

Algunas palabras significan una cosa particular si forman parte de la terminología de una determinada disciplina. Así sucede con el adjetivo cruzado. Cuando se emplea en heráldica se refiere a una bandera o a un escudo que lleva una cruz sobrepuesta. Y esta acepción con la que lo leemos en nuestro himno es solo una de las diez que descubrimos en su entrada en el DLE.

El segundo verso de la novena estrofa concluye con la preciosa locución advebial de hoy más ‘de hoy en adelante, desde este día’. Navegar por las páginas del diccionario nos guarda estas pequeñas joyas que nuestra lengua atesora y que tenemos el placer de descubrir cuando la tratamos con respeto y la usamos con pasión.

 

PALABRAS PARA UN HIMNO IV

25/02/2020

 Se va terminando este febrero en el que nos hemos propuesto releer las palabras de nuestro himno, y todavía nos reservan muchas cosas interesantes: adverbios relativos, conjugaciones verbales, tildes diacríticas y figuras retóricas.

Empecemos por el adverbio relativo do (‘donde’), una contracción de la preposición de y del adverbio desusado o. Ya solo lo encontramos en antiguos poemas, y hoy lo hemos redescubierto en nuestro himno. Sigamos con el reto de la difícil conjugación del verbo erguir; basta recordar que la forma que encontramos en el himno (yergue) puede también conjugarse como irgue. ¿Dudas? Acuda al Diccionario de la lengua española y le echará una mano con su conjugación, con esta y con la de cualquier verbo. Dos veces se repite el adverbio de tiempo aún (‘todavía’), con tilde diacrítica, gracias a su condición de monosílabo tónico, para diferenciarlo de aun (‘incluso’), monosílabo átono.

La anáfora, recurso expresivo retórico, se convierte en el hilo conductor que nos lleva de la mano hasta el eco final del himno: la hermosa palabra libertad, repetida cinco veces en las dos últimas estrofas. Doce acepciones tiene su entrada en el DLE, entre las que prefiero la primera (‘facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos’) y la quinta, por aquello de ‘derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas’.

 

POPIS Y WAWAWÁS

03/03/2020

El eco de lo que está sucediendo en nuestras calles llega a las páginas de los diarios y a los debates en las redes sociales. Con el eco de la calle y de la juventud llegan nuevas palabras: popiwawawá, o su compuesto popiwá. Recuerden que la ortografía se les aplica a los recién llegados como a los que ya estaban aquí: no olvidemos colocar las tildes en su sitio.

¿Existen? Las nuevas generaciones las usan; existen, sin ninguna duda. Que estas palabras entren o no en los diccionarios dependerá de si arraigan en el gusto de los hablantes o son voces pasajeras. Si finalmente estos sustantivos/adjetivos llegan para quedarse en nuestra lengua, serán bienvenidos. Tengan por seguro que los lexicógrafos las estaremos observando, documentando, analizando, como hacemos con todas las palabras de nuestra lengua, que no son pocas, y que demuestran día a día su vitalidad.

Como casi todas las palabras, nacen ya con matices de uso, con connotaciones particulares, o se van tiñendo con ellos a medida que las hacemos nuestras. Mientras algunos grupos las usan despectivamente, otros se reconocen en ellas y se enorgullecen de ser contados entre los popis o los wawawás. Que los protagonistas, felizmente, sean los jóvenes es motivo de ilusión y debemos asumirlo como una lección de compromiso para los que ya no lo somos tanto. Ustedes son los dueños de la lengua, los depositarios de siglos de tradición, historia y cultura; los dueños del futuro. En ustedes tenemos puesta nuestra esperanza.

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