El secreto del monje

Por Luis Quezada

 

Cuando las coincidencias se convierten en evidencias

De Luis Colón a un tal Juan Tenorio

 

Acotación teológica

En una loma de Palestina llamada La Flor (que en hebreo se dice Nazaret) vivió en el siglo I de nuestra era un tal Jesús, campesino galileo, hijo de una tal Miryam y de un tal Yosef.

 

Miryam es un nombre conformado por dos vocablos hebreos, mir-yam, que significa luz (mir) sobre el mar (yam). De ahí el apelativo latino Stella Maris, Estrella del mar.

   

¡Esta vez en el mar no habrá tormenta! (Última frase de El secreto del monje)

Cuando las coincidencias se convierten en evidencias

De Luis Colón a un tal Juan Tenorio

 

Sorprendido, el licenciado López Fournier expresa: “Tras escuchar su rimero de pruebas, las coincidencias han dejado de ser coincidencias para constituir un rastro de evidencias tangibles, que a semejanza de un hilo de Ariadna nos conducen a la fuente primaria” (El secreto del monje, p.262).

 I. UNA MIRADA DE ACERCAMIENTO AL AUTOR DE “EL SECRETO DEL MONJE”

El Dr. Arnaldo Espaillat Cabral, para muchos pioneros y padre de la oftalmología moderna en nuestro país, quizás por su condición de especialista en la visión, tiene un ojo experimentado para novelar la historia y para historificar la novela.

Es un hombre atraído por la CIENCIA y la LITERATURA. Por su talante científico, se fija en la HISTORIA. Por su vocación literaria, se fija en la NARRATIVA, específicamente la NOVELA. Para decirlo en una frase, tiene “ojos” para la historia y para la literatura.

A sus 88 años de existencia, después de un largo servicio científico al país desde la Oftalmología, entrega a la nación dos frutos maduros de su vocación literaria, que desde ya lo consagran con un nombre elocuente, en cualquier antología de la novela dominicana.

Ya con 77 años de edad, en el año 2008, publica su primera novela histórica, “La Tumba vacía”, con más de 700 páginas, publicada por el Banco Central de la República Dominicana.

Y a los 88 años de edad, el 19 de septiembre de 2019, nos entrega su segunda creación narrativa, “El secreto del monje”, con 293 páginas, publicada por la Academia de Ciencias de la República Dominicana, institución que había presidido en tres ocasiones.

El impacto de ambas publicaciones ha sido ponderado por excelentes comentarios de los críticos literarios dominicanos. Un escritor nuestro, Roberto Marcallé Abreu considera estas dos entregas del Dr. Arnaldo Espaillat Cabral como “las más apasionantes novelas históricas que se hayan escrito en la República Dominicana”.

Pienso que la HISTORIA le marca por las circunstancias que conforman su vida.

Nace en Mao en 1931, apenas comenzando la llamada “Era de Trujillo”, en la cual vivirá los primeros 30 años de su vida. El hecho trágico de que su padre fuera asesinado por el régimen trujillista, le marca como ser humano y como intelectual. El haber nacido y crecido en la ciudad de los bellos atardeceres, pudo haberle inspirado en su inconsciente personal a la ficción literaria, para la cual tiene un dominio magistral.

En 1956, a los 25 años de edad, se gradúa de médico en la Universidad de Santo Domingo. Su tesis tuvo que ver con algo que el vulgo llama “bomba de tiempo”: los aneurismas. Para un servidor, esto tiene una resonancia especial, pues he visto partir de forma inesperada tres personas amigas, por causa de los aneurismas.

En 1960 viaja a Barcelona, a estudiar en el famoso Instituto Barraquer. España está omnipresente en sus dos novelas históricas.

Iniciando la década de los setenta del siglo pasado funda el Instituto Espaillat Cabral, centro oftalmológico especializado, caracterizándose el mismo desde sus inicios por su servicio docente (estaba afiliado a la UASD) y su servicio social.

El Dr. Arnaldo Espaillat Cabral es un hombre de dos siglos: Hasta ahora, de sus 88 años de vida, 70 pertenecen al siglo XX y 18 al siglo XXI. Y ha sido en estos 18 años cuando ha sorprendido al país con dos novelas que pueden ser consideradas modélicas en su técnica narrativa. En el otoño de su vida, el Dr. Espaillat Cabral inició su primavera literaria.

Académico consagrado, educador de generaciones, médico con sentido humano, nos enseña a ver físicamente las cosas, pero también nos enseña a ver espiritualmente la vida, echando una mirada retrospectiva a la historia dominicana, no desde la fría historiografía, sino desde la cálida narrativa. Si una vez identificó el Instituto Espaillat Cabral que fundó como ciencia, arte y amor, también su impronta literaria lleva esta triple marca indeleble. En alguna parte leí que su autor preferido es Homero, el poeta historiador, quien siendo ciego compuso La Ilíada y la Odisea. Arnaldo Espaillat Cabral, el novelista historiador, que curando la vista también nos regala ojos para mirar el pasado, deleitándonos con su estética narrativa, que ya empieza a ser cualificada como excelente en la literatura dominicana.

II. VISUALIZANDO COINCIDENCIAS QUE SE TORNAN EVIDENTES EN SUS DOS ENTREGAS NARRATIVAS

Al leer pausadamente sus dos entregas novelísticas, uno percibe una multiplicidad de coincidencias, pues de su novela precedente (La tumba vacía) aparecen incorporados muchos elementos históricos narrativos en su segunda novela (El secreto del monje). Vayan pues algunos ejemplos fugaces:

  • Ambas presentan como un lugar emblemático de su trama narrativa la Torre del Homenaje.
  • Ambas presentan sus diálogos y parte de sus personajes en el siglo XIX.
  • La anexión a España aparece referida en ambas obras.
  • José Antonio Salcedo, primer presidente de la patria restaurada, es citado en ambas narrativas. Incluso, Fari Rosario dice, refiriéndose a “La tumba vacía” que “el personaje más real de esta novela es José Antonio Salcedo.
  • Muchos otros personajes del período anexión-restauración-segunda república, aparecen en ambas novelas: Pedro Santana, Meriño, Ulises Heureaux, para citar algunos.
  • Aparece citado en la narrativa sin mencionar el nombre, el decreto de San Fernando, emitido durante el gobierno del Padre Meriño (p.31).

El doctor Espaillat Cabral, aunque publica su primavera literaria en su otoño existencial, no es un improvisado en la narrativa a última hora. El mismo relató una vez, refiriéndose a su primera novela, que desde 1957 completó los primeros borradores de la obra; al ser torturado por la tiranía, su obra es quemada, pero la recupera gracias a unos pliegos conservados en un baúl de su madre”.

III. EL TÍTULO: PRIMERA LLAMADA DE ATENCIÓN

Cuando a un exégeta le llega un texto literario con un título que lo encabeza, las primeras preguntas que le vienen a la mente se refieren al título mismo.

Al llegar esta novela histórica a nosotros con el sugestivo título de EL SECRETO DEL MONJE, surgen de inmediato en nuestra imaginación dos preguntas: ¿cuál secreto? ¿qué monje? Entonces, el exégeta se dispone a leer el texto, buscando la explicación de tal título. Es el primer jalón que uno le da a la obra.

IV. UN MONJE Y UN SECRETO

La novela histórica de Arnaldo Espaillat Cabral nos habla de un monje de la Orden de la Merced (mercedarios) llamado fray Gabriel Téllez, que escribió bajo el pseudónimo de Tirso de Molina, y autor de una obra de teatro titulada El burlador de Sevilla.

En la p.16 de la novela, el autor cita la fundación de la primera ciudad del nuevo mundo, a la que bautiza con el nombre de La Isabela, fundada por el propio almirante Cristóbal Colón. ¿Será casualidad o causalidad que la Jornada Primera de El Burlador de Sevilla inicie con una mujer llamada Isabela? Para un teólogo bíblico, este nombre tiene una connotación muy especial: Isabel en hebreo Ishabetel es un nombre compuesto por tres partes: Isha (mujer) – bet (casa) – El (nombre más antiguo que la Biblia le da a Dios). Ishabetel significa: Mujer casa de Dios. Precisamente, Juan Tenorio, el personaje protagónico de El Burlador de Sevilla no tendrá oportunidad para el arrepentimiento, pues se convierte en un burlador de las mujeres, es decir un burlador de la casa de Dios.

V. ¿NOVELA HISTÓRICA O HISTORIA NOVELADA?

La narrativa del doctor Espaillat Cabral acentúa tantas precisiones históricas, que nos hace pensar si en realidad estamos ante una novela histórica o una historia novelada.

Valgan algunos ejemplos de un sinnúmero de precisiones históricas que aparecen en esta narrativa:

  • Los primeros religiosos que se establecieron en la isla no fueron los franciscanos ni los dominicos, sino los mercedarios (p.17)
  • Que Alonso Díaz Moreno, quinto abuelo por vía materna del libertador Simón Bolívar residió en nuestra isla, en la población de Higuey; pero también vivieron radicados en Higuey Simón Bolívar el Viejo y Simón Bolívar el Mozo, bisabuelo y abuelo por vía paterna del Libertador (p.18).
  • Que a principios del siglo XVII, en 1616, vino una segunda presencia de cinco mercedarios a la isla, uno de ellos era fray Gabriel Téllez, que escribió bajo el pseudónimo de Tirso de Molina, a quien se atribuye la obra El burlador de Sevilla (p.19).
  • Que el Juan Tenorio de El burlador de Sevilla no pudo estar inspirado en Miguel Mañara, “acaudalado aristócrata de Sevilla que llevó una vida turbulenta”, como aducen ciertos ensayistas, pues la primera presentación de El burlador de Sevilla casi coincide con el nacimiento de Miguel Mañara. La narrativa expresa: “¿Cómo su vida, por pecaminosa que fuera, podía servir de modelo, si la obra fue escrita antes de que él naciera?” (p.25).
  • Cómo la estadía de fray Gabriel Téllez coincide con la vida en esta colonia de don Luis Colón Toledo, hijo de Diego Colón y doña María de Toledo, nieto de Cristóbal Colón
  • Como la Torre del Homenaje fue construida por Nicolás de Ovando y sirvió de alojamiento a Diego Colón y María de Toledo, hasta que construyeron el Alcázar (p.29).
  • El autor transmite sus precisiones y apreciaciones históricas a través de las teorías que expone el profesor Isaac Espinoza, que a partir de la p.66 entra en el escenario de la narrativa.
  • Las precisiones históricas sobre el llamado Sermón de Montesinos (p.75).

En resumen y para no ser extenso, la obra está saturada de precisiones históricas que me obligan a pensar que estamos más ante una historia novelada que ante una novela histórica.

VI: LOS PLANOS CRONO-HISTÓRICOS DE LA NOVELA

La novela se trenza en tres planos crono-históricos:

  • Época colonial: siglos XV, XVI y principalmente XVII.
  • Época de la Segunda República, después de la Guerra de Restauración: XIX (1881 en adelante).
  • Época actual: sobre todo, el pasado siglo XX, con la visita del Papa Juan Pablo II a la República Dominicana.

Tanto la dedicatoria como el epílogo de la novela, centrados en la visita del Papa Juan Pablo II, son las que inspiran esta novela histórica.

Los diálogos de la narrativa se circunscriben en la época de la Segunda República, a partir de 1881.

El tema que desarrolla la narrativa se ubica en la época colonial, básicamente en el siglo XVII.

  • NUEVE CAPITULOS: NUEVE PASOS PARA DESENTRAÑAR UN SECRETO

La narrativa de “El secreto del monje” parece una verdadera sinfonía, que va incrementando el suspenso, así como los acordes de una partitura van in crescendo, hasta provocar un clímax que mantiene hasta el final la intriga, el interés y el deseo de lector de no soltar la obra hasta que se clarifiquen los planteamientos que la narrativa va desarrollando con una textura de avidez impresionante.

Hay que esperar pacientemente la p.110, perteneciente al Cap.4 (El Convento de la Merced), para conocer el secreto que va tejiendo la obra: “Don Juan Tenorio, en El Burlador de Sevilla, protagoniza la vida de Luis Colón Toledo”. El profesor Isaac Espinoza, que aparece como cicerone a partir del Cap.3 (El Alcázar) es el personaje de ficción que va clarificando “el secreto del monje”. Pienso que con mucha sapiencia, el doctor Espaillat Cabral crea al profesor Espinoza para poder dilucidar en una trama literaria toda una serie de planteamientos históricos que son verdaderamente novedosos algunos y otros con agudo sentido crítico, presentados en una narrativa no solamente creativa sino bien lograda en todos los aspectos literarios, que hacen de esta novela histórica, un modelo de narrativa en la reciente literatura dominicana.

MUCHAS GRACIAS

26 de noviembre de 2019

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