Sancocho/salcocho, aprochar, no ha lugar/no *a lugar
Por Roberto E. Guzmán
SANCOCHO – SALCOCHO
“. . .cuál es la expresión correcta si ´SALCOCHO´ o ´SANCOCHO´. . .”
Desde el principio hay que dejar bien claro que las formas de denominar el sabroso plato de la gastronomía dominicana varían de acuerdo con la condición social o cultural de quien habla.
Una persona de menor nivel cultural dirá que se ha comido un sancocho. Otro comensal con ínfulas de ilustrado que devoró y disfrutó el mismo plato dirá que degustó un salcocho. No hay que extrañarse, pues los dos se refieren al mismo sabroso plato de la culinaria dominicana.
Desde hace muchos años las dos formas de llamar la sabrosa sopa ha sido motivo de estudio. Aquí vale la pena traer la autoridad de D. Ángel Rosenblat para aclarar el concepto.
En su libro Buenas y malas palabras (1974) en la edición en papel en cuatro volúmenes D. Ángel se remonta hasta el año 1617 para encontrar el linaje del sancocho americano que desciende de uno de Burgos, en Castilla; aunque en otros lugares de España se le conocía con el nombre de zancocho. Se conocía hasta con las acepciones que se verán más adelante que no pertenecen al ámbito de la cocina. Concluye el citado estudioso, “El sancocho americano es, pues, una prolongación del castellano”. (1974-I-108-9).
Con esta afirmación documentada se desvirtúa la opinión de algunos antropólogos que ven en el sancocho la creación de los esclavos de América que cocinaban las sobras de sus señores en un caldo enjundioso.
A través de los tiempos en la lengua española la significación de la palabra sancocho ha sido diferente, dependiendo del sitio en que se use. Esas variaciones se han mantenido hasta el presente.
La explicación para las dos grafías que D. Ángel ofrece es, “Este salcocho rústico se explica sin duda como un caso de etimología popular. Del mismo modo que vagabundo se hizo vagamundo, tan usado desde la época clásica hasta hoy, sancocho se hizo salcocho por una tendencia a dar significación coherente a las dos partes de la palabra”.
Las dos formas sancocho y salcocho están en el Diccionario de la lengua española de las academias. Según parece los académicos representantes de las corporaciones americanas no han logrado introducir modificaciones en cuanto a los conceptos correspondientes a las dos palabras, sancocho y salcocho.
Dependiendo del país en que se use el Diccionario de la lengua española escribe que sancocho puede ser, “Alimento a medio cocer. Olla compuesta de carne, yuca, plátano y otros ingredientes, y se toma en el almuerzo. Revoltijo. Comida cocida con agua, sal y otro condimento. Comida mal preparada, insulsa, pobre en ingredientes. Resto de comida que se utiliza como alimento para los cerdos”. Para salcocho trae, “Preparación de un alimento cociéndolo en agua y sal para después condimentarlo.
En el Diccionario de americanismos (2010) para sancocho las acepciones van desde un dulce, pasando por la sopa dominicana, con los guisos variados en tipos de carne, pescado y otros ingredientes hasta llegar al lío, enredo; cosas revueltas; mescolanza de cosas e ideas, hasta cosa mal hecha.
Algunas de las acepciones de este sancocho o salcocho vienen de los verbos correspondientes. En el español dominicano sancochar o salcochar algo es hacerlo de prisa y con descuido.
Con esta exposición se espera dejar satisfechas todas las preguntas concernientes a los dos vocablos del título y los verbos correspondientes.
APROCHAR
“. . .mi interés es APROCHAR la presentación. . .”
No se ha conseguido información acerca de este verbo ni “en los centros espiritistas”, que es como acostumbran a decir los dominicanos. En este comentario se examinará el supuesto verbo con apoyo en conjeturas para explicar su origen.
Se piensa que el verbo del epígrafe se desprende de una mala traducción del inglés al español. Se cree que tiene algo que ver con el verbo to approach del inglés. Las traducciones más socorridas para el verbo son, “tratar, acercarse a, acceder a”. No se extenderá esto a la consideración de la voz del inglés en calidad de sustantivo.
Hace muchísimos años en el español de la República Dominicana se utilizaba la voz “aproche” para referirse a los accesos a ambos lados de los puentes a través de la vía, camino o carretera. En el español conocido como general, existe la palabra “aproches” que la Asociación de Academias de la Lengua Española entiende que deriva del francés approches, accesos.
El inconveniente que se presenta con este “aproches” es que el único significado que figura en el diccionario de la academia antes mencionada pertenece al campo militar, “Conjunto de trabajos que se hacían para atacar una plaza y acercarse a batirla; como las trincheras, paralelas, baterías, minas, etc.” No se entiende la razón para que el verbo de la definición figure en un tiempo pasado.
Lo que no se especifica en el citado diccionario es que la palabra del francés siempre va en plural y que en francés esa es una significación que pertenece al pasado, cuyo uso ha desaparecido. Quizá eso explica el verbo en imperfecto en la acepción en español a que se ha aludido antes. Diccionario Petit Robert (2007:123).
No hace falta recurrir a este aprochar cuando en español existen otros vocablos patrimoniales que ya se mentaron.
NO HA LUGAR – NO *A LUGAR
“. . .puede “caerse” el caso o resultar en NO A LUGAR. . .”
La primera frase que sirve de título a esta sección pertenece al campo jurídico. Se piensa que en otras circunstancias no tiene sentido. Esta frase consiste en una traducción de otra que existe en francés, non-lieu que servirá de punto de partida para el examen de la que pertenece al español dominicano.
El “no ha lugar” francés es un sustantivo masculino que existe desde el año 1836 y consiste en una “decisión mediante la cual una jurisdicción de instrucción, fundándose en una justificación de derecho o sobre una insuficiencia de pruebas, determina que no hay lugar a continuar el procedimiento tendiente a hacer comparecer la persona sometida a examen delante de una jurisdicción de juicio (fondo)”. Petit Robert (2007:1702).
Lo que se produjo en la frase en francés es una elipsis, no hay verbo alguno, esta es una figura de construcción que consiste en omitir palabras en una oración que no son indispensables para comprender su sentido, pues lo omitido queda sobreentendido.
El traductor dominicano no se sintió con derecho a prescindir del verbo, y con una redacción general se sirvió del verbo haber para expresar que no procede eso de lo que se trata. Con esta locución se designa una decisión de justicia que interrumpe un procedimiento.
© 2018, Roberto E. Guzmán
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