Cachucha, departamentalización, a quemarropa/a quema ropa

Por Roberto E. Guzmán

CACHUCHA

La voz cachucha no tiene secretos para un hablante de español dominicano. Todo buen dominicano sabe que una cachucha es, “Gorra de tela con visera”; Diccionario del español dominicano (2013:124-5). Además de eso gorra es un tipo de ají. Para los españoles de la península la cachucha es un tipo de baile.

El Diccionario de la lengua española escribe que gorra es, “Prenda para cubrir la cabeza, especialmente la de tela, piel o punto con visera”.

El autor de estos comentarios entiende, de acuerdo con las Academias de la Lengua, que si es gorra, tiene visera. La prenda para cubrir la cabeza que no tiene visera es el gorro. Quizás la cachucha es un gorro con visera, o simplemente, una gorra.

Si se ha traído la voz cachucha a estos comentarios no se hace solo para argüir acerca de las definiciones de esta, sino para recordar por este medio otra significación de esa voz. En el español dominicano cachucha corresponde exactamente a lo que el recién mencionado diccionario entiende que es una visera en el español corriente.

Es una cachucha la visera, el parasol que se instala en el exterior de un vehículo para evitar que el sol deslumbre a los ocupantes de ese vehículo, sobre todo al conductor. Esa cachucha iba y va instalada inmediatamente sobre el parabrisas, en la parte delantera de la cabina de las camionetas y camiones. Era además un adorno añadido a la vistosidad del vehículo. Algunos automóviles también las llevaban. En la actualidad muchos camiones llevan este aditamento, pues el parabrisas de estas modernas maquinarias es alto y ancho.

Esta cachucha ha permanecido en el cajón de las palabras, pues los diccionarios de español diferencial dominicano no la han rescatado para inventariarla y definirla.

 

DEPARTAMENTALIZACIÓN

“. . .especialización en el trabajo, DEPARTAMENTALIZACIÓN. . .”

Esta palabra es verdaderamente larga. Por esa característica goza del favor de personas cultas. Es tan larga que se hace difícil enunciarla en el habla, y, esto la hace desaparecer de las conversaciones.

No cabe duda alguna de que esta larga palabra tiene relación con los departamentos que son ramas de la administración pública, de empresas privadas de grandes dimensiones o, de las universidades que son las que con mayor frecuencia cuentan con este tipo de división administrativa en República Dominicana.

La departamentalización es una palabra que no está incluida en el Diccionario de la lengua española publicado por la Asociación de Academias.

A pesar de que las instancias oficiales todavía no han reconocido carta de naturaleza en el seno de la lengua a la luenga palabra, esta aparece en algunos diccionarios de uso y en el Diccionario de americanismos de la misma Asociación que elabora y publica el lexicón oficial antes mentado. Esto presagia que en un futuro no muy lejano entrará en el redil reservado a vocablos reconocidos por las autoridades encargadas de asegurar la unidad del español.

El recién mencionado diccionario asienta que la palabra se usa en Honduras, Costa Rica y Chile para, “Proceso de organizar académicamente una Facultad o centro educativo por departamentos según los campos del saber”. Es también el “Proceso de organizar administrativamente algo en cada uno de los departamentos del país”.

Está reconocida la palabra en cuestión en el Diccionario de uso del español (2007-I-933), con la acepción siguiente, “Acción de departamentalizar”. Esto implica también el reconocimiento del verbo. El verbo sirve para expresar, “Organizar en departamentos”.

El Diccionario del español actual (1999-I-1450) asienta también la voz del título y escribe, “Organización por departamentos”. Hay que mencionar sin demora, que el último diccionario no registra el verbo departamentalizar. El departamento que se mienta aquí corresponde a un “ramo de la administración” o a una “sección o parte diferenciada [de un todo, especialmente de una organización]”.

Si se observa la formación de la nueva palabra, puede presumirse que se formó tomando como base el adjetivo departamental. A esa base le añadieron el sufijo –iza, y, luego una terminación de sustantivo –ción.

Lo que se ha descrito en el párrafo inmediatamente anterior a este es una presunción que se desvirtúa tan pronto se descubre que en inglés existe una voz semejante a la que se comenta aquí, departmentalization; el verbo que le sirve de base al sustantivo en esa lengua sirve para expresar “dividir en departamentos”. (Merriam-Webster Dictionary).

En francés se introdujo este uso de la palabra département, pero a regañadientes y con protestas, el Dictionnaire des Mots Contemporains (1987:156) así lo consigna y lo define como “Servicio o subdivisión de un servicio en una administración, una empresa, etc.” Ese diccionario lo califica de “anglicismo vergonzoso”. En Francia desde hace largo tiempo existe un Département que es una división administrativa del territorio francés bajo la autoridad de un Prefecto.

Hay unos departamentos que se han olvidado, son los que corresponden a las “tiendas por departamentos” que es una denominación que provino del inglés y penetró en español y en francés, así como en otras lenguas.

Es muy posible que la voz del título se haya colado en el español por medio del vocabulario de los expertos que trabajan en administración de empresas y negocios y, que se ocupan de organizar el trabajo de esas organizaciones.

 

A QUEMARROPA – A QUEMA ROPA

“. . .y lo asesinaron A QUEMA ROPA. . .”

Con relativa frecuencia se encuentran casos parecidos al que sirve de tema a esta sección. Aquí se comprueba que quien redactó hizo lo que se ha criticado en otras ocasiones; es decir, alguien toma una locución y le cambia el orden, la secuencia. Al hacer esto no se tiene en cuenta que una locución es un grupo de palabras que constituye un significado único para una determinada función.

“A quemarropa” es una locución que puede considerarse adverbial o adjetiva, según el contexto en que se use. Una locución de acuerdo con la definición que de ella hizo D. Julio Casares es una “combinación estable de dos o más términos, que funcionan como elemento oracional y cuyo sentido unitario, familiar a la comunidad lingüística, no se justifica, sin más, como una suma del significado normal de los componentes”. Diccionario de términos filológicos (1962:268).

Las locuciones adverbiales son las equivalentes a un adverbio; esto es, con función de adverbio; las adjetivas son las equivalentes a un adjetivo.

En cuanto a los disparos “a quemarropa” equivale a “desde muy cerca”. Entre esta locución adverbial y la realidad existe una relación directa y fácil de encontrar. Cuando se realiza un disparo desde muy cerca, el objetivo muestra señales de quemadura como resultado de la explosión que se produce para efectuar el disparo en cuestión. Se impuso la ropa como objeto de la quemadura por transmisión reiterativa. En algunos diccionarios puede leerse que este uso de “a quemarropa” como locución adverbial pertenece solo al verbo disparar.

Es locución adjetiva en el caso en que se usa inmediatamente después del sustantivo masculino “disparo”. Así, por ejemplo, “Recibió un disparo a quemarropa que le causó la muerte”.

La locución objeto de estudio ha adquirido tal fuerza que migró su sentido más allá de su primer objeto, y así puede encontrarse desempeñando la función de locución adverbial, cuando se refiere a la forma de actuar. En estos casos se entiende que la locución actúa para comunicar “de forma brusca y sin rodeos”, esto es “de modo demasiado directo”. Generalmente tiene que ver con la manera de decir algo, “sin preparación”, equivalente a “por sorpresa”. Podría decirse que es sinónima de “de sopetón”, que expresa “de improviso, sin avisar, inesperado”.

Para zanjar este asunto de una vez por todas se transcribe lo que se halla en el Diccionario panhispánico de dudas, “Hoy solo está vigente la grafía en dos palabras, por lo que no debe escribirse *a quema ropa”. (2005:549). (Las negritas son mías, RG).

© 2018, Roberto E. Guzmán

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