CONVERSATORIO DE LITERATURA CON LA POETA PATRICIA MINALLA
El Taller de Creación Literaria “Pedro Mir” fue el escenario del conversatorio con la poeta Patricia Minalla Cruz, a quien presenté como comunicadora, poeta y narradora de Santiago de los Caballeros. Y le pedí que nos hablara de su origen, su inicio en su formación intelectual, su conciencia del mundo y su incursión en la carrera literaria.
Patricia Minalla contó que empezó a tener conciencia del mundo en Santiago, porque en ella influye mucho la naturaleza y para ella es una necesidad estar en un ambiente natural, rodeada de lo viviente para complementar su interior: “Yo no sé si efectivamente fue porque nací y crecí en Santiago ya que me metía a matorrales y montes y eso, por supuesto, hace que uno haga la costumbre”, compartió la joven. Manifestó que se considera un producto de la naturaleza: “Yo empecé a sentir este vínculo con la naturaleza desde mi niñez. Yo vivía la naturaleza desde niña como una niña, o sea, jugando, disfrutando, apreciando la parte visual, que siempre me ha impresionado mucho, y luego en la adolescencia, porque lo primero que escribí fueron cuentecitos para mi hermana pequeña. Entonces, cuando me conecto con la poesía, logro esa conexión con la naturaleza, donde uno cree que su espíritu está fundido como con un todo”, expresó.
Habló de la dificultad verbal que ha experimentado cuando escribe, y un problema es el querer autoeditarse. Explicó que cuando está escribiendo fluidamente sobre algo, quiere devolverse a arreglar lo que ha escrito o a editarlo: “Hay cosas que las dejo reposar y cuando las retomo, encuentro un valor y hay otras veces simplemente las desecho. Yo pienso que eso puede ser un punto a favor y también en contra, porque es como una autoexigencia”, subrayó la poeta.
Bruno Rosario Candelier le explicó a Minalla Cruz que a veces una exigencia muy intensa o muy exagerada no es buena porque hay sujetos que se exigen a sí mismos más de la cuenta. Entonces, no hacen nada, porque rayan en el perfeccionismo, y eso no es bueno, porque lo perfecto es enemigo de lo bueno. La joven poeta habló de los autores que han influido en ella como literata, y citó a los escritores de la novelística hispanoamericana del siglo XX con cuya obra ha tenido mayor contacto, porque sus libros eran parte de la biblioteca familiar, y ponderó las novelas y cuentos de Juan Rulfo y Julio Cortázar.
Confesó que siempre quiso estudiar literatura, pero lo más cercano que se podía asociar era la educación, porque en Santiago había una limitante, ya que no existía esa carrera. Contó que por encima de los consentimientos de su madre estudió comunicación social, ya que es lo que más se parece a la carrera de “letras” y, además, tiene mucha relación con el periodismo y la sociedad. En respuesta al redactor de esta crónica confesó que aspira a convertirse en una buena narradora y reveló que está escribiendo una novela, aunque a veces la deja a un lado y se involucra en la poesía, que es también su vocación. Señaló que le han gustado muchas novelas latinoamericanas y dominicanas, tales como Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Rayuela, de Julio Cortázar; La pasión está en el último piso, de Pedro Peix; y El sueño era Cipango, de Bruno Rosario Candelier.
La joven escritora abordó uno de los aspectos negativos que percibe en su generación y señaló que los jóvenes de la actualidad están muy segmentados, y tienen poco interés por las cosas que valen, ya sea por la pintura, la moda, la literatura, la música, y se queda con lo que está ocurriendo en el aquí y el ahora. Expresó que esa situación se debe a que no hay un verdadero interés para la formación intelectual y estética: “Porque cuando me interesa algo yo busco y comparo; por ejemplo, a mí me gusta mucho Cortázar, pero a mí me interesaba saber por qué a Cortázar le gustaba mucho la obra de Thomas Mann”.
Luego de las felicitaciones del público y las palabras del director de la ADL, quien la felicitó por el magnífico dialogo que protagonizó, cuyo coloquio confirmó que es una joven con una mente brillante. La poeta Patricia Minalla agradeció el apoyo que siempre le ha brindado este escritor y crítico literario, quien desde sus inicios la motivó e impulsó en su creación literaria en su natal Santiago: “Don Bruno era como un oasis. Don Bruno, usted está en mí para siempre y por mucho, en todo lo que escribo”, expresó con emoción la joven escritora. Rosario Candelier acogió con beneplácito las piadosas palabras de la escritora y agradeció su presencia y todo lo que ha hecho a favor de nuestras letras.
Santo Domingo, Biblioteca Juan Bosch, 13 de marzo de 2018.
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