Cajoneca, monda y lironda/*honda y lironda, pro bono, exiliar
Por Roberto E. Guzmán
CAJONECA
El poder de inventiva de los dominicanos no conoce límites. Ese es un recurso muy bien explotado por la inteligencia dominicana. El ingenio dominicano crea palabras que se avienen muy bien con las circunstancias. Esta del título que se expondrá en el cuerpo de esta sección es una muestra de lo dicho más arriba.
Muchas personas se preguntarán, ¿qué es eso de cajoneca? Es una voz de escasa circulación en el español dominicano; sobre todo en los últimos tiempos en que los avances científicos han dejado en el olvido muchas cosas.
La voz del título tiene relación con la palabra caja, o cajón; pero no es una colección de cajas, o puede serlo, pero eso no es lo que designa la voz.
Se hace necesario agregar a lo ya escrito que la voz cajoneca se utiliza en la mayoría de los casos en un tono jocoso, festivo, divertido.
Con la voz cajoneca se refiere el dominicano a su magra colección de libros que todavía no ha adquirido el carácter de biblioteca, y que sobre todo reposa en cajones; es decir, no están los ejemplares colocados en libreros. En otras palabras, es una colección de libros que no ha alcanzado la categoría de biblioteca y que permanece en cajas o cajones, de allí el nombre.
MONDA Y LIRONDA – *HONDA Y LIRONDA
“. . . porque la realidad *HONDA Y LIRONDA es que. . .”
Los sonidos juegan malas pasadas a algunas personas. El instinto del ser humano es identificar un sonido con algo que es conocido. Eso parece que fue lo que sucedió en la frase que consta a manera de ejemplo de empleo errado.
La honda que el dominicano conoce es el tirapiedras, es decir, es la horqueta con material elástico que sirve para lanzar piedras. Es el tirachinas del Diccionario del español dominicano (2013:659).
La palabra monda puede ser una conjugación del verbo mondar, que en el español dominicano corresponde al verbo pelar, sobre todo para referirse a frutas, hortalizas y tubérculos. La monda puede ser la cáscara que se retira de los antes mencionados cuando se pelan. Además, puede ser el sustantivo que corresponde al verbo mondar. La monda es también la persona que causa mucha risa. En el registro coloquial es el colmo.
Mondo, da y lirondo, da es una locución adjetiva que se usa para significar que algo es limpio, sin añadidura alguna. Cuando el sentido de mondo se refuerza con lirondo, se acentúa el grado de mondo, esto es, limpio (¿liso?). Limpio, libre de cosas añadidas, superfluas, mezcladas o adherentes.
Por su condición de locución no admite un cambio del tipo que se hizo en la cita, pues esta intromisión saca la locución fuera de su sentido original.
PRO BONO
“. . .envió suministros humanitarios PRO BONO. . .”
Este pro bono es un latinismo de poca circulación en español. Es más conocido en lengua inglesa. En su condición de expresión latina, es considerada como latinismo que no se ha incorporado a la lengua española y debe escribirse en cursiva o entre comillas.
Se considera latinismo la palabra o expresión latina que se utiliza en una lengua extranjera al latín, que en este caso es el español. Anteriormente los latinismos pertenecían a la lengua culta, al léxico científico. En la actualidad muchos de ellos se han incorporado a la lengua internacional española. Una vez que se incorporan pueden dejar de escribirse en cursiva y algunos adquieren tildes para marcar la sílaba de mayor énfasis.
Puede ser considerado latinismo también un giro privativo de la lengua latina. El latinismo es un préstamo procedente de la lengua latina a una lengua extranjera.
No debe confundirse el nombre latinismo con latinajo, que es una voz de índole despectiva usada en el registro coloquial. En puridad debería guardarse la palabra latinajo para el latín malo; es decir, incorrecto.
La expresión latina pro bono sirve para denominar un trabajo o labor generalmente profesional que se realiza sin percibir pago o indemnización. En la mayoría de los casos en inglés la usan para las defensas que asumen algunos juristas sin recibir emolumentos. Es un trabajo que se hace gratis.
En el caso de la cita el latinismo está mal empleado. En este caso se ha empleado para “suministros”, que no es un trabajo, sino una contribución en especie. Este tipo de error ocurre en los casos en que los escribientes trasladan conceptos de una lengua a otra.
EXILIAR
“Soplaron tan fuertes que lo EXILIARON de sus responsabilidades. . .”
Desde el inicio debe aclararse que el verbo soplar aquí está usado en sentido figurado, por lo tanto no hay que sorprenderse. No ha de tomarse este verbo en sentido literal, estricto.
El centro de atención en este apartado es la forma en que el redactor de la frase utiliza el verbo exiliar. Esta es la primera vez que se encuentra ese verbo usado de esta forma, por eso llama la atención.
En tanto verbo transitivo exiliar es condenar al exilio. Exiliarse es verbo que puede tomar la forma de intransitivo pronominal. En esa función es “marcharse una persona de su país por razones políticas”.
El exilio es la “separación, voluntaria o forzosa, del propio país, por razones políticas”. Diccionario del español actual (1999:2067).
En algunos casos hay personas que utilizan una palabra y lo hacen de modo metafórico. En los casos en que no son tropos usuales es un riesgo que corre quien así escribe, sobre todo si es una metáfora literaria como la llama D. Fernando Lázaro Carreter, que él define así: “que pertenece al habla, como modalidad individual de un escritor o un hablante”. Diccionario de términos filológicos (1962:275).
En poesía los tropos son muy frecuentes. En literatura hay tropos que están prácticamente fosilizados, es decir, que a fuerza de repetirlos son conocidos por lo menos por los lectores cultos. Claro, cuando esto hace un literato hay que tomar este recurso como una libertad reconocida.
© 2018, Roberto E. Guzmán
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