Presentan poemario místico de Jit Manuel Castillo

La Academia Dominicana de la Lengua presentó el poemario En la voz del silencio, del sacerdote, poeta y narrador fray Jit Manuel Castillo de la Cruz con la lectura de ponencias de Nina Bruni, Camelia Michel y Bruno Rosario Candelier.

Luego que el superior de los Frailes Franciscanos en Santo Domingo orara para encomendar la actividad al amparo divino, la poeta dominicana Camelia Michel inició el acto literario con la lectura de su estudio sobre “La dimensión estética y mística en la poesía de Jit Manuel Castillo”. La ponente expresó que con esta obra Jit Manuel se lanza a la parte más profunda de su camino literario, la poesía mística, en la que despliega un renovado vigor y ternura: “Este fuego espiritual no nos sorprende, porque en sus anteriores trabajos muestra una parte importante de ese camino interior: en su novela Apócrifo de Judas Iscariote explora profundos senderos para abordar los temas bíblicos”.

La disertante manifestó que la dimensión estética en la poesía de Jit Manuel Castillo debe ser descubierta paso a paso, ya que debemos atarnos las sandalias si queremos recorrer su ruta. Hay que prestar atención y guardar silencio, pues su camino poético puede ser engañoso y hasta sumergirnos en una trampa, debido a que el mundo en que su voz se pasea, apacible y solitaria, llega vestido con un ropaje literario de sobriedad y equilibrio, vertebrado por textos breves, sencillos en apariencia, con la limpieza y la economía de palabras que vemos en poetas y sabios orientales, para luego asestarnos el zarpazo de la desazón, del deseo vigoroso, de la angustia que doblega, provoca y nos marca con un aro de fuego y un lanzallamas terrible: “Es que su camino literario no es más que el ropaje que embellece la búsqueda quizás aterradora de lo divino; aquello que supera y destruye nuestros límites y fragilidades para dejarnos atisbar lo eterno”, dijo la poeta.

Destacó que En la voz del silencio refleja el llamado de la Divinidad, que se vuelca en todas las formas de inspiración posibles: por momentos delirante, como la describe Platón; por momentos como una especie de soplo, a semejanza de los episodios bíblicos; y sobre todo, receptivo y lleno del misterio que surge de la otredad, como la concibe Octavio Paz. Escribe Camelia: “Es, sobre todo, una búsqueda silente de lo otro, de la Divinidad, que unas veces parece eludirlo, y otras, se hace una con el hablante poético”. La poeta observó un elemento recurrente en este poeta: la búsqueda del silencio. No del silencio físico, sino del silencio interior que permite echarnos a los pies de la Divinidad sin siquiera formular pensamientos. Crear el espacio para que el silencio deje escuchar su voz, es, pues, el objetivo patente de este poemario. Finalmente subrayó que al igual que los poetas místicos de la tradición hispanoparlante, Jit Manuel Castillo se auxilia de paradojas, del oxímoron, para crear nuevos y complejos significados con los que supera los pares de opuestos y trasciende a lo unitario. Precisó que la poesía de Jit Manuel Castillo es, sin duda, una forma personal de orar: la forma más sublime de poesía mística.

Por su parte, la escritora y estudiosa de la literatura, la escritora argentina Nina Bruni, participó con “De la palabra a lo trascendente”, acompañada de una explicación digital.

Nina Bruni señaló que el motivo de su explicación es demostrar cómo la palabra y el lenguaje nos llevan al contenido trascendente y místico. Expresó que En la voz del silencio se manifiesta el ejercicio de un pensamiento y de una práctica intercultural.

Bruni abordó el lenguaje de la poesía con que elabora el autor su creación. Destacó el detalle que emplea Jit Manuel Castillo para expresar lo divino y definir la búsqueda de lo divino como un acto de comunicación: “En la composición de En la voz del silencio se puede observar la relación entre palabra o la voz del silencio y el misterio, dos movimientos distintos pero complementarios y ambos determinados por componentes estilísticos, estructurales y rítmicos”.

Señaló la distribución de los poemas bajo los conceptos de “totalidad”, “palabra”, “silencio” y “misterio”, que revelan el predominio de apego en torno al tema del silencio. La escritora argentina mostró una gráfica simulando un electrocardiograma donde explicó la relación entre los recursos del estilo y el perfil espiritual del poeta que exhibe la conexión entre los recursos, sus combinaciones y los momentos de sus arrebatos. Las imágenes, las paradojas y los símbolos son un destacado elemento en el poemario, en cuyo texto hizo referencia del aire, la tierra, el agua y el fuego, sin obviar el silencio.

El director de la ADL, Bruno Rosario Candelier, al iniciar su intervención expresó que le llama la atención el hecho de que un escritor asuma la palabra con el aliento, el entusiasmo y la espiritualidad como lo hace fray Jit Manuel Castillo de la Cruz en una obra de poesía en la que, para entender y profundizar el sentido trascendente, hay que disponer no solo de tiempo, sino de una honda capacidad intuitiva y una alta sensibilidad trascendente.

Este director destacó el título de la obra En la voz del silencio, que se compone de dos palabras contrapuestas, como son “voz”  y “silencio”. Comentó que esa es justamente una de las claves de la poesía mística: elegir términos contrapuestos, realidades contradictorias y lograr que armonicen bajo la luz del misterio y la onda del sentido: “Quiero aclarar que se trata de una voz poética, de alguien que asume el mundo con actitud contemplativa, es decir, de quien lo contempla de una manera diferente, porque asume la realidad sensorial para nutrirse de ella y crear a partir de la riqueza interior con que su espíritu se alimenta cuando se pone en contacto con la realidad de lo visible y lo invisible”.

En su intervención, Rosario Candelier subrayó que como poeta, el escritor trata de plasmar lo que siente, ya que tiene una voz singular y diferente de la voz común, y esa voz la usa para testimoniar su hermosa percepción del mundo desde la óptica de su sensibilidad y bajo la orientación espiritual de su formación cristiana y teológica.

Al leer la obra de Jit Manual Castillo, el escritor captó cuatro voces a las cuales les puso atención: su voz personal, que es su voz interior; la voz que testimonia lo contemplado; la voz que testimonia el fuero del contemplado; y la voz que testimonia al Contemplado: “Todo este poemario es un canto al Contemplado, es decir, un canto a la Divinidad. Eso lo hace distintivo, porque canta el sentimiento de amor a lo divino que experimenta el poeta cuando canaliza lo que siente y expresa lo que sacude su sensibilidad, y eso le da un signo de distinción a este poemario de Jit Manuel Castillo de la Cruz”, dijo Rosario Candelier.

El charlista manifestó que esta obra merece que le pongamos atención y que la leamos como se lee una obra sagrada, porque tiene una clara connotación espiritual.

El sacerdote Jit Manual Castillo expresó un especial agradecimiento a todas las personas que lo acompañaron a este importante acto: “Este día es importante también para mí para despertar esas ansias en ustedes del encuentro con Dios, para que podamos arribar al centro que le da sentido a todo lo que somos y a todo lo que hacemos”, expresó el fraile poeta.

En el acto de presentación de la obra se pudieron apreciar la calidad y la profundidad de las ponencias sobre el poemario del escritor dominicano. En palabras del autor de la obra, el acto fue un momento sublime, de honda y reverente conexión con el Misterio, en el que los presentes pudimos participar no solo de la belleza de la palabra, sino también de la trascendencia del Silencio. Luego Jit Manuel Castillo comentó: “Creo que lo que en el acto aconteció fue algo más que la convencional presentación de un libro: esa tarde la Academia Dominicana de la Lengua se convirtió en un templo del Cosmos en el que confluyeron las creencias y energías que nos unen en la infinitud de Dios”.

Jit Manuel Castillo de la Cruz nació en el sector capitaleño de Villa Duarte. Fue ordenado sacerdote en la Orden de los frailes franciscanos. Estudió Teología pastoral en el Instituto Teológico Franciscano, de Petrópolis en Brasil. Ha sido párroco, profesor de teología y orientador espiritual. Creó la Pastoral de la Salud con servicios de médicos y enfermeras en un dispensario parroquial. Es guardián de la Custodia Franciscana del Caribe, asentada en Puerto Rico. Es autor de artículos publicados en revistas y periódicos de diferentes países. Teólogo, poeta y novelista, es vicario de la parroquia San José Obrero en Sabana Seca, Puerto Rico, donde imparte clases de eclesiología y antropología teológica en la Universidad Central de Bayamón. Allí obtuvo una maestría en Divinidad, y es vice-custodio de la Custodia Franciscana del Caribe. El padre Jit Manuel Castillo de la Cruz publicó el ensayo La interculturalidad, nuevo paradigma de evangelización; la novela histórica Testamento de Judas Iscariote y el poemario místico En la voz del silencio.

En una atmósfera de arte, espiritualidad y gratitud a la Academia Dominicana de la Lengua y a quienes contribuyeron en la realización de esta producción, finalizó la actividad cultural.

Santo Domingo, ADL, 15 de septiembre de 2017.