Conversatorio con Franklin Domínguez sobre teatro

En el Taller de Creación Literaria “Pedro Mir”, efectuado en la Biblioteca “Juan Bosch”, tuvo lugar un conversatorio con el dramaturgo, director teatral y académico de la lengua Franklin Domínguez.

Al iniciar la actividad, Bruno Rosario Candelier ponderó la vitalidad del dramaturgo dominicano, quien a sus 87 años de vida sigue activo, dinámico y entusiasta, como lo evidencia una producción dramática de más de 80 obras escritas y estrenadas en escenarios nacionales e internacionales.

Franklin Domínguez saludó y agradeció la presencia de los invitados y comentó que ha escrito dramas, comedias, tragedias, sátiras políticas, teatro infantil, cortos musicales y óperas para canalizar sus inquietudes creadoras en el ámbito teatral.

En respuesta a una interrogante de este director sobre su infancia, el dramaturgo contó: “Desde niño yo organizaba actividades artísticas en mi casa. Ponía a mi hermano de boletero. Yo actuaba, bailaba y cantaba”.

Habló de una de sus primeras obras, Se busca un hombre honesto, que se presentó en el Palacio de Bellas Artes en 1964, y desde hace más de 50 años se sigue presentando con el aplauso del público. Además, explicó que lo interesante de esta obra es su carácter social, no político, aunque ha participado en política desde la época de Trujillo: “Yo me gradué en el 1955. Sucede que éramos un grupo bastante “cabeza caliente” contra el régimen. Nos juntábamos a criticar, y en la época de Trujillo no se podían reunir tres jóvenes en una esquina, ya que de una vez venían y desbarataban el grupo. Suponían que si había un grupo pequeño estaban conspirando. Todo era en contra de Trujillo”, comentó.

Dijo que era muy amigo de Minerva, María Teresa y Patria Mirabal: “Estábamos en diferentes cursos, pero nos juntábamos e inclusive nos visitábamos. Yo iba mucho donde Minerva y María Teresa en la pensión donde se hospedaban e íbamos un grupo de enamorados, porque eran muy bellas”, dijo. Debido a esa vinculación, el dramaturgo escribió un pasquín con motivo de la muerte de las hermanas Mirabal. Publicó un pasquín pidiendo que el 25 de febrero en todos los sitios, como restaurantes, hoteles, cines, etc., quedaran vacíos en protesta por el asesinato de las hermanas Mirabal: “Ese hecho causó un problema tan grande que medio país cayó preso”, relató.

Explicó de qué manera metió el tema de la política en la obra teatral. Lo hacía de una manera indirecta. Domínguez se atemorizó porque había una cadena al repartirse los volantes y llegó un momento en que metieron preso a los que los regaron. Relató que por esa situación partió a Puerto Rico, siendo recibido por el escritor y político dominicano Juan Isidro Jimenes Grullón, de quien dijo: “Era un hombre talentoso y brillante. Entonces me lo presentaron, y él me puso a dirigir el periódico Unión de exiliados dominicanos”.

Franklin Domínguez narró que cuando retornó al país, don Rafael Díaz le dice que Juan Bosch quiere verlo, y así fue como asumió el cargo de director de prensa del Palacio Nacional por petición del presidente Bosch. Cuando deponen el gobierno de Bosch, escribió Se busca un hombre honesto: “Yo la he presentado como en cuarenta versiones y actúo también, porque trabajo en la obra. Yo hago de secretario”, expresó.

Domínguez también fue premiado como mejor actor de cine en el Festival Internacional de Cine de Honolulu, con la película «El fallo». Al respecto, habló de su formación académica, y aconsejó a los padres a que lleven a sus hijos a los espectáculos artísticos, a conciertos de música, de danza y de teatro: “Ustedes no saben qué vocación tienen esos niños y esa puede ser la ocasión que despierte en ellos el interés por el teatro, el cine o cualquier otro arte”, expresó el dramaturgo. Relató que a él se le despertó la vocación teatral viendo una obra de teatro infantil que presentó un colegio en Santiago, y se dijo a sí mismo: “Pero yo puedo hacer eso, yo puedo escribir”. Efectivamente comenzó a escribir, y la primera comedia que escribió la tituló Todo al revés. Luego dijo que para escribir una obra dramática hay que ser sincero con lo que se va a escribir, ya que el dramaturgo tiene una tarea muy difícil, porque ha de encerrar en hora y media o dos horas lo que otros escriben en un libro.

Con este dato, Bruno Rosario Candelier puso fin al encuentro y agradeció a Franklin Domínguez su presencia: “Él sabe la admiración que le tenemos y que la gente con conciencia de lo que es la creación dramática lo ubica a él en el elevado sitial que ocupa, el más alto peldaño como dramaturgo dominicano”, subrayó. Agregó que Franklin Domínguez tiene las tres categorías de quien participa en los escenarios, pues es director, actor y autor”, manifestó el director de la ADL al cerrar el conversatorio con el académico y dramaturgo dominicano.

Santo Domingo, 4 de julio de 2017.