Que el futuro nos pille leyendo

Faltan unos días para despedir este 2015 teresiano y cervantino. Para la Academia Dominicana de la Lengua ha sido el año del reencuentro con los clásicos. Nos lo hemos tomado en serio: diez talleres con los que hemos recorrido desde el Cantar de Mío Cid, primera obra literaria conocida en español, hasta el extraordinario aliento poético de San Juan de la Cruz y su Cántico espiritual. Como todo lo bueno, la lectura da seguidilla, así que 2016 nos pillará leyendo.

Todos hemos aprendido; un clásico, como decía Italo Calvino, nunca termina de decir lo que tiene que decir. A través de estos talleres he reafirmado mi convicción de que debemos trabajar para el futuro. Los jóvenes que se están formando como lectores hoy serán los lectores y escritores de mañana.

Un asiduo lector de Diario Libre decidió regalarle el Lazarillo de Tormes a su hija Eleonora, que ha cumplido quince años recientemente. Un regalo que nos habla bien del padre y de la hija. Otra amiga lectora, Marian, quien acaba de cumplir nueve años, me contaba de su éxito escolar con un cuento de su autoría titulado “La gallareta que se equivocaba”.

Eleonora y Marian son el futuro. Con su afición por la lectura se están formando como mejores personas y sentando los cimientos que les servirán como impulso en todo lo que decidan emprender. Decía Dostoyevski: “Déjennos ustedes solos y sin libros y enseguida nos haremos un lío, nos extraviaremos”. Y así nos va desde que nos hemos apartado de los libros.

Estos jóvenes lectores serán los que lleven las riendas de nuestro mundo mañana; y el mañana (un día como hoy es aún más evidente) está a la vuelta de la esquina. No los dejemos sin libros. Felices nuevas lecturas para todos y que el futuro los pille leyendo.

© 2015, María José Rincón.