Macuteo – seroneo – fluente

MACUTEO – SERONEO

Las dos voces del título tienen carta de naturaleza en el español dominicano. La primera es de conocimiento general y se ha ejercido ampliamente en el país dominicano, donde se practica de manera endémica. La segunda es menos conocida en la actualidad porque ha sido reemplazada por vocablos más refinados. Se observarán detenidamente las dos voces en este estudio.

No es un secreto que la voz macuteo deriva de macuto, que a su vez es una voz indígena americana que ha resistido los embates del progreso.

Don Ángel Rosenblat expone con elocuencia el peso de las palabras heredadas del aborigen americano: “…los nombres indígenas son fantasmas evocadores de un mundo lejano y misterioso, casi desaparecido”. Rodolfo Lenz, citado por Rosenblat, describe el fenómeno con lucidez: “los indigenismos incorporados al castellano de nuestros países eran como cicatrices de la lucha gigantesca que libró el español para vencer al indio” (extractos tomados de Buenas y malas palabras, de Ángel Rosenblat).

El nombre masculino macuto es ‘una especie de saco largo y angosto tejido de guano’. Esa es la definición que consigna Esteban Pichardo en su Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas publicado en 1836. Este Pichardo nació en Santiago de los Caballeros. Una definición bastante detallada consta en el Diccionario del español dominicano (2013), ‘cesto tejido de cabuya o palma, de forma cilíndrica y con asa en la boca’.

Fernando Ortiz en su Glosario de afronegrismos sostiene que macuto es una voz de procedencia africana, pues en congo significa “saco, bolsa o talego de fibras vejetales, envoltorio, caja”. En su obra Ortiz escribe, “saco largo y estrecho y, por extensión, envoltorio de la hamaca y ropa que lleva al hombro el jornalero”. Este macuto servía de medida de sal, con capacidad de cuatro arrobas. Él la hace descender de las lenguas bantúes. En una parte de su exposición, cita el uso de “macutero” en México en tanto “ladrón, ratero”. [Se respetó la ortografía de los autores.]

En general la palabra macuto se tiene por taína o caribe, en dependencia de quien se ocupe del asunto. El macuto se ha usado en Venezuela para recoger o pedir limosnas. Antes de la llegada de las ubicuas bolsas plásticas, los macutos se utilizaban para transportar todo tipo de mercancía. En las zonas rurales los llevaban colgados del hombro, debajo de las axilas o terciado sobre las espaldas o, simplemente en las manos agarrados por el asa.

De este macuto sale el verbo macutear y el nombre macuteo. Macutear es solicitar dádivas, solicitar soborno. El macutero es la persona que acostumbra a pedir o exigir sobornos. Al examinar estos derivados, se nota enseguida la relación entre Venezuela y República Dominicana en cuanto al destino que se le da al macuto.

Llegado a este punto puede entrarse en el seroneo. Ese nombre tiene vinculación con el serón que es una especie de árgana, pero con mucho más fondo. Se usaba para cargar mercancías sobre las caballerías. Se colocaban sobre las monturas de forma que pendían a ambos lados de la bestia. Si llevaba jinete, este se montaba con las piernas hacia delante de los serones. El serón se confeccionaba también con fibras de guano.

En Cuba, de acuerdo con Pichardo, utilizaron el serón como medida para varios géneros de víveres. El serón dominicano tiene capacidad de cuatro cajas, el doble del árgana. Esta caja fue utilizada como unidad de medida para granos. Algunos de estos datos se tomaron de la Revista Dominicana de Folklore, núm. 1, marzo 1975, de un artículo allí de J. A. Cruz Brache.

El seroneo fue un vocablo que se oyó en la Era de Trujillo, para designar las dádivas pedidas y sobornos requeridos cuando eran de mayor cuantía y procedían de altos personajes. Como se echa de ver, el tamaño del serón supera en mucho el del macuto y eso explica la adopción de esa medida para el cohecho de gran cuantía.

FLUENTE

“. . .nos lleva al mundo de los arrayanos, una población de haitianos-dominicanos, perfectamente FLUENTES en creole y español. . .”

Por la forma en que está destacada la palabra del título se entiende enseguida que ese es el sujeto de examen en esta parte. Antes de entrar en esa materia es bueno explicar algo con respecto a la voz “arrayano” que consta en la cita.

El arrayán en el español general es un arbusto oloroso, el mirto. La voz tiene origen árabe como lo delata la letra /a/ al principio. El origen remonta al árabe al-raihan.

El arrayano dominicano tiene relación con “raya”, es decir, con la señal más larga que hay en la isla La Española, que es la frontera entre los dos países que comparten el territorio.

La voz “arrayano” funciona como adjetivo así como sustantivo y consta en el Diccionario del español dominicano (2013). ‘Referido a persona, que vive o es oriunda de la zona fronteriza’. Hay que mencionar que también se mencionan estas personas con la voz rayano, na, debidamente documentada en el mismo diccionario, ‘natural o habitante de la línea fronteriza entre República Dominicana y Haití’. Enseguida se nota que la “raya” es más obvia en este vocablo.

De este punto en adelante se entra en materia del fluente del texto. Se encuentra cerca del término que interesa para este examen la voz creole que es de uso bastante extendido, aunque no ha logrado su carta de naturaleza en el español académico.

Fluente es palabra que deriva del latín fluens, -entis y más cerca, es el participio activo de fluir. Al buscar este vocablo se encuentra con que el Diccionario de la lengua española  remite a fluyente. Este, a su vez en tanto adjetivo se define “que fluye”. El verbo fluir que se encuentra en la base del adjetivo del título a su vez enseña salir, correr, con respecto de líquidos y gases. Cuando se refiere a ideas o palabras significa que surgen con facilidad. Además de estas dos, se acepta que referido a cosa es que discurre con rapidez.

Alcanzado este punto, vale que uno se pregunte si es justo que se emplee fluente en la oración. Quien estas reflexiones escribe piensa que se ha ido más lejos de lo prudente. El hecho de que las palabras salgan con facilidad no significa que la persona sea versada en la lengua de esas palabras.

En ocasiones este fluente viene auspiciado por el inglés, pero hay que recordar que en esa lengua el fluent se traslada al español así, “con fluidez, con soltura, fluido, desenvuelto”. No ha de olvidarse que para incluir una de estas opciones en español no puede dejarse fuera el verbo hablar, si de ello se tratase. Fluente en español es adjetivo. Lo último es esencial porque el fluent del inglés en una de sus acepciones se define, “capaz de expresarse en una lengua fácilmente y con precisión”.

El diccionario de la Real Academia recoge una acepción que puede mover a equívocos, que se presta para llevarla más allá de su alcance. ‘Dicho de una idea o una palabra: brotar con facilidad de la mente o de la boca’. Debe repararse en el estilo de la redacción de esta y de la que se tradujo del inglés. En la última se tradujo de acuerdo con la idea que refleja en español la redacción en inglés, esto es, sin servilismo.

En inglés utilizan las palabras “expresarse, lengua y con precisión”. En español, “idea, palabra, facilidad”. De acuerdo con el criterio de quien estas líneas redacta, el ánimo del académico español no fue traducir del inglés; por lo menos, no en esta ocasión.

En fin, no faltará quien no esté conforme con el criterio expuesto en esta sección.

© 2015, Roberto E. Guzmán.