Pi[s]tonear – gracias a – cachumbambé

PI[S]TONEAR

Este verbo que consta a manera de título en esta sección tiene una acepción derecha en el ámbito de la mecánica y, otra en sentido figurado. Además, los dominicanos usan una expresión que lleva este verbo en su seno. Todo esto se examinará en esta sección.

El Diccionario de americanismos (2010) de la Asociación de Academias de la Lengua Española recoge en sus páginas el verbo pistonear en tanto intransitivo y reconoce el uso en Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Ecuador, Perú y Argentina. La definición es: ‘Funcionar mal y ruidosamente un motor por fallo en la combustión’.

El ruido del pitoneo del motor dominicano no es tan fuerte como sugiere la definición de más arriba. Es el ruido que producen los pistones del motor que son los émbolos de esos motores. Esa pieza funciona dentro del cilindro donde se produce la combustión de la mezcla carburada. Es un “taque, taque, taque” que generalmente se produce cuando se alimenta con combustible el motor al acelerar.

Una persona pitonea cuando falla. Puede ser en sentido estricto cuando tiene problemas motores o cuando le falla la memoria. En muchos casos este verbo se aplica a una persona de modo festivo. Algunas personas le aplican el verbo al tartamudo.

La expresión que los dominicanos recuerdan es “darle para que pitonee” o “darle hasta que pitonee”. En estos casos como se comprueba mediante el verbo dar este le confiere funciones de verbo transitivo al verbo del título. Pitonear en este caso de la expresión hay que tomarlo como equivalente de hacer ruido, quejarse, gritar.

Hay que subsanar la falta de mención de la República Dominicana entre los países en los cuales se emplea el verbo pistonear para el fallo que se escucha en el funcionamiento de un motor de combustión. Así hay que registrarlo también en los lexicones del habla dominicana.

GRACIAS A

“Pero ahora el proyecto está estancado GRACIAS A la intransigencia de un grupo. . .”

La locución prepositiva “gracias a” se ha usado durante largo tiempo en la lengua española. El problema con la locución se presenta cuando la persona que lo utiliza desconoce el valor real que esta tiene. El uso impropio se hace cada vez más frecuente. En esta sección se harán las explicaciones pertinentes con la esperanza de que quede muy claro su alcance semántico real.

En el entorno en que se encuentra la locución no parece que esté en buena compañía porque hay allí dos palabras que la distraen de su propósito. Esas dos palabras son “estancado” e “intransigencia”.

En español común desde que se dice o lee “gracias a” se entiende “debido a” con la matización de que se refiere “a hechos favorables”. A veces este recurso se emplea de manera irónica. Las informaciones contendidas en este párrafo se extrajeron del Diccionario fraseológico documentado del español actual (2004).

Tal y como sucede en muchas ocasiones en lo que concierne a los matices de la lengua, hasta los diccionarios a veces olvidan destacar literalmente pequeñas diferencias. En la mayoría de los diccionarios consultados para documentar este examen, esos lexicones de manera específica exponen que la locución prepositiva tiene un uso restringido, se utiliza para destacar que algo sucede “por causa de alguien que produce un bien o evita un mal”.

Esa clase de redacción mencionada más arriba es la que sigue la mayoría de los repertorios de este género, aunque a veces se deja sobreentendido el sentido de “gracias a” con la inclusión de un ejemplo escrito con ese propósito.

El Diccionario integral del español de Argentina (2008) para “gracias a” en sus páginas trae lo siguiente: ‘Se usa para indicar que algo se realiza o sucede por acción o a causa de determinada persona o cosa’. Se echa de ver aquí la ausencia de los términos que cualifican los tipos de sucesos o acciones. No obstante, el ejemplo suple la falta explicada, pues es: ‘Pudimos terminarlo gracias a su ayuda’.

Para resumir. La locución prepositiva “gracias a” se usa exclusivamente para propiciar sucesos, acontecimientos o acciones que van en beneficio de alguien o que impiden hechos o resultados perjudiciales.

 

CACHUMBAMBÉ

“Cada una en su sitio, en sus vidas y con su trabajo tienen un lugar que los salva de la seducción de los intercambios culturales con equilibrio de CACHUMBAMBÉ”.

Esta voz del español cubano se la ha escuchado desde los años cincuenta del siglo XX. Esto equivale a decir que tiene historia. Si mal no se recuerda formaba parte de un estribillo de una canción de moda de esa época.

Es la famosa canción de “la vieja Inés, que fuma tabaco y toma café, cachumbambé”. Esa que muchos otros conocen por el estribillo de “ay mama Inés, todos los negros tomamos café”.

Este cachumbambé corresponde al subibaja de los dominicanos. Este vocablo logró su inclusión en el Diccionario de la Academia en el año 2001. Eso demuestra que los cubanos son diligentes, tanto como para conseguir la inclusión en ese lexicón de un término que es de uso exclusivo de sus hablantes.

El juego infantil consiste en una madera colocada en su parte media de la longitud sobre un eje o apoyo. En los extremos se sientan las personas que se impulsan con los pies para producir el movimiento que justifica el nombre dominicano de subibaja para este juguete.

  1. Fernando Ortiz en su obra Glosario de afronegrismos escribe que cachumbambé, de acuerdo con lo que Esteban Pichardo escribió en su Diccionario provincial casi razonado de voces cubanas: “Parece derivado de la voz marítima cachón y, de bamba, silla o asiento de columpio”. Esteban Pichardo era dominicano de nacimiento, nació en Santiago de los Caballeros en 1799. Su familia se trasladó a Cuba en el año 1801 con motivo de la cesión que España hizo a Francia de la isla.

Ortiz por su parte escribe que por la terminación le parece voz africana, parienta de bembé, cumbé, zumbé, cocuyé y otras. La parte cachum del vocablo equivalía antaño a un tablón, o cacho de tronco. El otro elemento bambé puede tener relación con bambalear que es moverse de un lado a otro. En la parte en que Ortiz no cede es en la parte final de la palabra, la terminación, con la /é/ así acentuada, pues a él le recuerda esa influencia fonética mencionada antes lo que él llama ‘linaje etiópico’.

© 2015 Roberto E. Guzmán