Presentan "Diccionario del español dominicano" en Puerto Rico
Con el auspicio de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española (APL), la Academia Dominicana de la Lengua presentó el Diccionario del español dominicano, que expone la creatividad lingüística de la República Dominicana. El libro se dio a conocer en San Juan de Puerto Rico, país donde reside una de las mayores colonias de ciudadanos dominicanos radicados en el exterior.
El acto tuvo lugar en la sede de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española, ante la presencia de dominicanos y puertorriqueños que, atentos y entusiastas, prestaron atención a las palabras de los expositores sobre el glosario de voces y expresiones usadas en el español de la República Dominicana. Enfatizamos en este encuentro que la importancia del Diccionario del español dominicano no radica solo en que contiene unas 11.000 entradas, 22.000 acepciones y más de 8000 ejemplos, concentrados en 800 páginas, sino en la calidad de su presentación y la precisión de sus definiciones.
Los doctores José Luis Vega y Bruno Rosario Candelier, directores de la APL y la ADL, respectivamente, presidieron la actividad cultural que contó con una masiva concurrencia de académicos, intelectuales, escritores, artistas, profesores boricuas y dominicanos residentes en la vecina isla. El director puertorriqueño dijo que esta obra sobre el léxico vivo del pueblo dominicano “contribuye al estudio y a la puesta en valor de la modalidad del español que hablamos en el Caribe, lo que constituye uno de los objetivos fundamentales de esta Academia”. Ponderó también la maestría en la confección de este singular código lexicográfico sobre nuestro lenguaje y la significación de la obra para los estudios lexicográficos en las Antillas y en América.
La obra registra las palabras y las acepciones del vocabulario habitual en el español dominicano como expresión de la variante antillana de la lengua española en América. Palabras como tíguere, mangú, echadías o expresiones como amolando y siempre boto, andar pianito o tirar pa´bajo son solo algunos de los ejemplos que incluye este diccionario y que fueron comentadas en el acto académico. Incluye citas de obras de autores dominicanos, así como de páginas electrónicas, revistas criollas, periódicos o ejemplos redactados por el equipo de colaboradores, entre los cuales figuran Fabio Guzmán Ariza, Pedro Caba Ramos y Roberto Guzmán. La obra fue coordinada por la lexicógrafa y académica María José Rincón y supervisada por el lingüista y escritor Bruno Rosario Candelier.
Los colaboradores que participaron en la redacción del diccionario son miembros correspondientes de la Academia Dominicana de la Lengua; y tres lectoras españolas, María Dolores Jiménez, Teresa Melián y Yolanda Garisoain, laboraron en la selección de vocablos y citas en los textos de autores dominicanos. La dominicana Ruth Ruiz laboró en la revisión final de la redacción.
La presentación de la obra lexicográfica en Puerto Rico estuvo a cargo de Fabio Guzmán Ariza, Maia Sherwood Droz y Bruno Rosario Candelier. Fabio Guzmán preside la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua y Maia Sherwood integra la Comisión de Lexicografía de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española, de la cual es miembro de número. El director de la academia anfitrión hizo de maestro de ceremonias al término de sus palabras de introducción.
En sus palabras de ponderación, José Luis Vega enfocó la necesidad del estudio y la puesta en valor de la variedad del español que hablamos en las Antillas y del potencial de trabajo en conjunto de las academias antillanas. Subrayó que la confección de este diccionario enaltece a la Academia Dominicana de la Lengua y es un aporte de nuestra institución a la obra lexicográfica en las Antillas.
Este diccionario constituye “la obra más emblemática y relevante publicada por la Academia Dominicana de la Lengua desde su fundación en 1927”, consignó el presidente de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua, en su intervención en la Academia boricua. Y añadió: “Quiero mostrarles una serie de particularidades del español dominicano: acreencia, es un crédito; bembe: ustedes lo reconocen como coloquial, aunque no es estrictamente dominicana, ya que se dice bembe en Puerto Rico. Chin es un dominicanismo emblemático; otro dominicanismo es lo que estamos haciendo aquí, un conversatorio, vocablo que no pertenece al español estándar. Escogencia es un invento nuestro, por decir selección. Experticio, medalaganario, vaporizo son palabras nuevas, que no existen sino en el lenguaje nuestro o en el lenguaje de nuestros compañeros americanos”.
Por su parte, Maia Sherwood enfocó la dimensión lexicográfica de la confección del diccionario. La lingüista boricua ponderó el hecho de que ciertamente dominicanos y puertorriqueños compartimos muchas voces en esta área antillana del Caribe hispánico. A mi sugerencia de que las tres Academias (Cubana, Puertorriqueña y Dominicana) trabajemos en la elaboración de un diccionario antillano, la joven estudiosa de nuestra lengua ponderó la importancia de esa idea y comentó que está asombrada de la cantidad de voces que ambas naciones, República Dominicana y Puerto Rico, comparten. En su comentario sobre los aspectos técnicos del diccionario, valoró el enfoque de la macro y la microestructura del DED y significó que esta obra es una aportación muy valiosa a la lexicografía caribeña hispánica, puesto que da una idea de la red léxica compartida (y por lo tanto de la visión del mundo), que nos une en un nivel tal vez más profundo de lo que advertíamos hasta ahora. Al respecto consignó que “es además un gran regalo a la lexicografía puertorriqueña porque justamente salva una laguna que existía. Es un diccionario del uso actual de español dominicano, un diccionario descriptivo que se ocupa de describir el vocabulario dominicano y caracterizarlo sin someterlo a ningún tipo de evaluación valorativa, juicio de incorrección o corrección, un diccionario diferencial que presenta el léxico con un contraste de lo que podíamos llamar el español general y lo más valioso para mí es que nos permite encontrar esos puntos en común”.
En sus palabras de presentación, Bruno Rosario Candelier reconoció la ejemplar labor de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española en el estudio de nuestro lenguaje y dijo que la APL es un ejemplo para la ADL y para todas las instituciones que procuran el desarrollo del lenguaje de sus respectivos países, al tiempo que agradeció al director puertorriqueño el apoyo por la convocatoria de dominicanos y puertorriqueños al acto lingüístico en la Academia boricua.
El director de la ADL explicó el origen histórico y social de algunos vocablos, como calié, lámina y pariguayo, así como el uso de composiciones como conchoprimo y medalaganario. Ponderó la identificación emocional y espiritual de los dominicanos con su lenguaje, así como el aporte léxico y semántico al español hablado en América. “El diccionario le dio cabida a las palabras que usan los dominicanos y que son distinguibles de la lengua general que comprende las voces y las expresiones de los hablantes del mundo hispánico”, detalló el académico y crítico dominicano para quien es importante destacar que “la lengua no es propiedad de las academias sino de los hablantes”, subrayó el director de la ADL.
El acto académico se efectuó en la sede de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española, ubicada en el Cuartel de Ballajá del Viejo San Juan.
San Juan de Puerto Rico, ADL/APL, 10 de abril de 2014.