Isabel Marín diserta sobre el lenguaje de El Greco

La profesora española y especialista en temas históricos, artísticos y geográficos, doctora Isabel Marín, disertó en la Academia Dominicana de la Lengua sobre “El lenguaje de ´El Greco´”, con motivo de la celebración del IV centenario del nacimiento del destacado pintor hispano-griego.

Isabel Marín justificó la pertinencia de compartir estos conocimientos en torno a El Greco y sus obras, puesto que en este mes de abril se cumplen 400 años de su muerte en Toledo. Tras consignar la contextualización histórica del pintor, destacó los altibajos en la valoración de su persona y su obra. El Greco es considerado en la actualidad como el mejor pintor español del Renacimiento, y esta valoración viene avalada por el descubrimiento y la investigación de una cantidad importante de escritos del pintor, en los que evalúa a los pintores de su tiempo y manifiesta su postura estética en aspectos como el color, la composición y la anatomía de la obra pictórica.

Enfocó la disertante el recorrido teórico y práctico de El Greco por sus tres etapas como artista: Creta (Cadia, 1541 a Venecia 1567), donde se forma como pintor de iconos; en Venecia, Italia (1567-1570) donde conoce y admira a Tiziano, del que toma la riqueza de colores y tonos. Estudia la pintura de Tintoretto, del que asume la escenografía arquitectónica, el movimiento y la destreza compositiva. Manifestó que Roma es meta ilusionante para El Greco, pero allí no encuentra mecenas que le apoyen.

Relató la charlista que en Roma El Greco hace amistad con Luis de Castilla, hijo del deán de la Catedral de Toledo, quien lo anima a que vaya a España para participar en la decoración de El Escorial (1577-1614). Es la etapa decisoria en la configuración de un estilo diferencial. Presenta su pintura a Felipe II, El sueño de Felipe II, conocido también como Adoración del santo nombre de Jesús y actualmente como La liga santa. Reúne tales novedades en luz, color e imaginación interpretativa del tema. El monarca español le encarga para El Escorial un cuadro con el tema El martirio de San Mauricio. El Greco se establece en Toledo.

La destacada profesora española relató que allí trabaja con gran éxito y es reconocido por la sociedad toledana. Son muchos los encargos que recibió del clero y la aristocracia. Su técnica evolucionó, mientras circunscribe la temática a escenas religiosas y retratos. A este periodo corresponden obras magistrales como El Expolio, La Trinidad, La adoración de los pastores, La Virgen y Jesús con la cruz a cuestas.  Punto y aparte es El entierro del conde de Orgaz, por la originalidad y la riqueza de personajes que introduce: desde Felipe II,  el párroco de Santo Tomé y su hijo Jorge Manuel, hasta santos de los siglos V y XIII. Trata con pinceladas largas y sueltas algunas partes del cuadro y con delicadeza y minuciosidad, otras. Son múltiples las representaciones de santos, individualmente o en pareja, de cuerpo entero o busto.  Y sin duda son excepcionales sus retratos: El caballero con la mano en el pecho, Retrato de un anciano, o la Dama de armiño, consignó la expositora. La profesora Marín destacó que El Greco es considerado precursor e inspirador de los pintores de las vanguardias por su indiscutible originalidad.

Al ponderar la significación pictórica del afamado pintor, Isabel Marín subrayó: “En la actualidad es creciente la admiración que despierta entre pintores y público. Y esta alta valoración viene avalada por el descubrimiento y la investigación de numerosos escritos del artista hasta hace poco desconocidos, en los que critica a los pintores de su tiempo y deja claro cuál es su postura en aspectos como el color, la composición, la anatomía, etc. Se trata, sobre todo, de anotaciones que hacía en los márgenes de tratados sobre arte. Todo ello indica que El Greco era un teórico de la pintura, además de un artista en el más amplio sentido del vocablo. La originalidad compositiva de sus cuadros, el alargamiento de las figuras, el simbolismo del color, son realidades pensadas y queridas por él”.

El famoso pintor, durante los primeros años de su estancia en Toledo, participaba en tertulias y en actos sociales y culturales, algunos de cuyos asistentes le encargaban retratos y pinturas, como El entierro del conde de Orgaz, que era un atractivo para los espectadores. Con razón Manuel Cossío señaló el carácter cultural que tenían los encuentros en el Cigarral de Buenavista y el ambiente literario que rodeaba al Greco en una ciudad donde santa Teresa fundaba conventos, Cervantes ilustraba La ilustre fregona, Lope de Vega concurría a certámenes poéticos y Antonio de Covarrubias, entre otros, eran retratados por el pintor, según consigna Manuel B. Cossío en El Greco (Madrid, Espasa-Calpe, Colección Austral, no. 500, 1983, 4° ed. pp. 108-109).

Al agradecer la disertación de la española, el director de la ADL significó que El Greco ha sido considerado el pintor de los poetas y puntualizó que el reconocido artista se valió de la palabra para explicar el sentido de su pintura. De ahí la justificación de un tema sobre El Greco en un escenario como el de una Academia de la lengua. Y a sus imágenes pictóricas supo imprimirle la forma estética que canalizó su visión mística del mundo. Contemporáneo de Miguel de Cervantes, Luis de Góngora y Lope de Vega, Kyriakos Theotokópoulos o Domingo Teotocópulos, mejor conocido como El Greco, expresa en su obra pictórica el alma de las personas y sugiere el aliento interior de cosas y personas mediante el peculiar colorido de los contornos, por lo cual logra comunicar la tormenta interior de la conciencia en su anhelo de proyectar el sentido de la espiritualidad.

Santo Domingo, 14 de abril de 2014.