Académico Manuel Matos Moquete presenta disertación sobre los escritores dominicanos en la Nueva gramática de la lengua
El académico Manuel Matos Moquete presentó la disertación “Los escritores dominicanos en la Nueva gramática de la lengua” en el marco de las cnferencias magistrales programadas mensualmente por la Academia Dominicana de la Lengua. Este nuevo espacio de diálogo en la Academia Dominicana de la Lengua constituye una instancia de comunicación con el público dominicano que el director abrió como una oportunidad de promover conocimientos lingüísticos y literarios en un punto de encuentro directo entre el público y la fuente primaria del saber. Al iniciar su conferencia, el académico Matos Moquete dijo que este tema implica la relación de la lengua, la literatura y la gramática. Señaló que la gramática y la literatura son soportes fundamentales de la cultura, junto con la retórica y la filosofía, las partes más prestigiosas de la tradición humanística y de las humanidades, y dijo: “Desde que una lengua accede al nivel superior de su desarrollo, cuenta entre sus más preciados recursos con una gramática formal y una literatura reconocida, con obras y autores que la coronan de esplendor”. Subrayó que hoy las lenguas de las grandes naciones y las grandes culturas se apoyan en una literatura y en una gramática firmemente arraigadas en la tradición. Asimismo, desde los tiempos más remotos, esas dos manifestaciones de la lengua han estado mancomunadas, consagrándose su unión en los diversos tipos de la comunicación y, de manera ejemplar, en el nivel más culto del uso de la lengua. Ese nivel ha sido el espacio de apogeo de la gramática y la literatura hasta el punto de que, en la época clásica, pertenecer al ámbito de las letras y ser gramático era lo mismo, ya que las dos actividades se confundían y gozaban de igual prestigio social. El académico aclaró que el concepto “gramática de la lengua” no es el manual de gramática, sino su estructura, que se aprende con la lengua misma y se cultiva. Matos Moquete explicó que aunque el lenguaje y la gramática son ramas de mismo tronco, que es la lengua, son dos quehaceres muy diferentes, dos rumbos del quehacer intelectual bien distintos. La gramática es la estructura de la lengua y no pocos gramáticos han querido erigirla en cárcel para la literatura. La literatura es la parte más libre del uso de la lengua y por eso no pocos escritores han visto en la gramática al carcelero de la creación literaria. Hizo alusión al empleo de la literatura en la obra gramatical, por la que el texto gramatical es ganancioso y, aunque representa un gran riesgo para la literatura, riesgo de verse manoseada por gramáticos cuya vocación es ajena a la exploración del placer literario, riesgo de que se despoje a la literatura de su integridad significativa y de sus valores formales y temáticos. Señaló que los usos literarios facilitan la labor del gramático, aportando a su obra la plusvalía del prestigio del arte literario y es una gran dificultad, una anormalidad someter la literatura a los cánones de una obra gramatical tan compleja y rigurosa. “Las obras, los autores, son para los gramáticos de la NG conejillos de Indias o ratones de laboratorio, con gran beneficio para la obra gramatical. Es verdad, también, que con gran prestigio, a pesar de todo, para los escritores incluidos en la nómina literaria”.
Matos Moquete hizo un recuento de los escritores dominicanos cuyas obras fueron tomadas como ejemplo de diferentes aspectos lingüísticos en la Nueva gramática de la lengua española, publicada por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española. Entre los dominicanos citados en la Nueva gramática figuran los escritores Fernando Arturo de Meriño, César Nicolás Penson, Tulio M. Cestero, Pedro Henríquez Ureña, Max Henríquez Ureña, Manuel de Jesús Troncoso de la Concha, Juan Bosch, Ramón Marrero Aristy, Antonio Fernández Spencer, Félix Servio Doucudray, Federico Henríquez Gratereaux, Bruno Rosario Candelier, Marcio Veloz Maggiolo, Ramón Emilio Reyes, Pedro Vergés, Andrés L. Mateo, José Enrique García, Ramón Elena Campos, Dinorah Coronado y Julio Adames.
El escritor exaltó que es un gran prestigio para los escritores haber sido incluidos en la obra gramatical en la que se citan ejemplos de Andrés L. Mateo, La balada de Alfonsina Bairán; Tulio M Cestero, La sangre; Dinorah Coronado, La sombra del flamboyán; Félix Servio Ducoudray, Naturaleza; Antonio Fernández Spencer, Un pueblo sin memoria; José Enrique García, Contando lo que pasa; Federico Henríquez Gratereaux, Disparatario; Pedro Henríquez Ureña, Ensayos críticos; Ramón Marrero Aristy, Over; Fernando Arturo de Meriño, Papeles de monseñor Meriño; Cesar Nicolás Penson, Cosas añejas; y de Bruno Rosario Candelier, El sueño era Cipango, entre otros. Subrayó que los escritores citados no son todos de la misma categoría en cuanto a la calidad de las obras. Arguyó que se pretendió trabajar en las obras el tratamiento que se le da al quehacer verbal, creativo.
El académico indicó que su indagación no está orientada a censurar ni a quitarle méritos a la Nueva gramática por el tratamiento que da a la literatura. El propósito no es oponerme a la NG ni a los procedimientos y técnicas empleados por los especialistas en la elaboración de esa obra. Reconoció que se trata de una grandiosa gramática y que en su elaboración prima la visión gramatical por encima de cualquier otra consideración: literaria, filosófica, sociológica y hasta lingüística en el sentido comunicacional y discursivo. Manuel Matos Moquete explicó que una gramática es un objeto lingüístico- académico que responde a criterios normativos y también descriptivos, como en el caso de la NG y tradicionalmente, los textos literarios de los autores más prestigiosos de la lengua han dado las pautas para la elaboración de los cánones y modelos gramaticales. Señaló que en realidad hay una serie de conciliaciones acerca de la relación de la gramática y la literatura. La gramática y la literatura son dos hechos complementarios.
Luego hizo alusión a la Nueva gramática, que es un retrato del español actual en el que no se presenta la lengua de un solo país como eje vertebrador, sino que se muestra el español de todas las áreas lingüísticas del mundo hispanohablante con sus variantes geográficas y sociales. La Nueva gramática abarca el español en toda su extensión. Resaltó que una gramática es un objeto lingüístico, responde a criterios normativos, como en el caso de la NG. Es un saber acuñado por la tradición de los grandes gramáticos de la lengua española, encaminado a reducir la lengua a su estructura morfosintáctica, analizando e interpretando cada uno de sus elementos en función de una teoría al uso y de determinados cánones y modelos de uso. Matos Moquete dijo que no ha usado todos los ejemplos de los autores, pero sí de un buen número de ellos, como es el caso de Dinorah Coronado, Andrés L. Mateo, Federico Henríquez Gratereaux, Bruno Rosario Candelier y Pedro Vergés. Señaló algunos ejemplos tomados de la novela Sólo cenizas hallarás, de la cual hizo alusión al carácter morfológico de varias palabras que Vergés emplea en su obra.
Al finalizar su conferencia el académico explicó que la gramática está sustentada en dos o tres criterios básicos. El primer criterio el análisis estrictamente morfosintáctico de la oración y en esa oración hay una parte que es morfológica y otra parte que es sintáctica, que se refiere a la relación de la palabra en la oración. Ese criterio podría modificarse si hubiese una gramática y piensa que se puede hacer tomando en cuenta un contexto mayor a los ejemplos que se aportan en las diferentes obras.
El segundo criterio procede de las dificultades, entre lingüistas y gramáticos, para entender la literatura. Siempre creen que la gramática es lo fundamental, es la regla, es el patrón y que la literatura es un elemento poco creativo, puede decirse de una manera o de otra y entonces tratan de fijar normas en la lengua. Cuando se usa una obra literaria de manera documental es difícil que el techo que se crea, como es el caso de la Nueva gramática, no tenga elementos que solamente les interesen a una comunidad, a un grupo, a un sector de especialistas, que son los gramáticos.
Manuel Matos Moquete expresó que el balance que hace del tema que está tratando es que tampoco la literatura se usa como modelo a imitar, sino que está mezclada con una cantidad de textos de carácter periodístico, de carácter informal y dedujo que esta no es una gramática como habitualmente hemos tenido, ya que es una gramática orientada, que da ciertas normas del buen uso de la lengua.
Significó el académico que algunos ejemplos presentados en la Nueva gramática los fragmentos sirven para mostrar casos específicos de aspectos gramaticales, como el de sustantivos ilustrados con textos de Andrés L. Mateo o Bruno Rosario Candelier. Expuso algunos ejemplos tomados de la novela Sólo cenizas hallarás para ilustrar sustantivos como “bebedera”, “bailadera”, “gozadera” o “fiesterío”, entre otros. Asimismo citó los ejemplos tomados la novela La sangre, de Cestero, para presentar diminutivos como “toditos”, “todititos”, “manita” o “manecilla”.
Matos Moquete explicó algunos de los criterios que, a su juicio, han servido de base para estructurar esta Nueva gramática, a saber: a) hacer un análisis estrictamente morfosintáctico. b) evidenciar la dificultad para entender el valor de la literatura, porque hay una visión sesgada de la literatura. c) mostrar un carácter eminentemente descriptivo de la obra, evidente en la multiplicidad de textos ilustradores, lo que hace que no se subraye el aspecto normativo o prescriptivo que predominaba en las gramáticas anteriores. Dijo que estos criterios reflejan la nueva visión o perspectiva lingüística de los académicos, cónsona con el desarrollo de la lingüística y con la creciente incorporación de lingüistas a la Real Academia Española. “La obra de arte, la literatura no registra hechos lingüísticos, ni psicológicos, ni de la realidad; la literatura es ficción y como tal hay que contextualizar el sentido de las palabras en su conjunto, porque cada una tiene valor en el corpus que la acoge. La Nueva gramática despoja, en cierta medida, el valor trascendente de la obra literaria al fragmentarla”, dijo Manuel Matos Moquete. Se apoyó en una cita de Pedro Henríquez Ureña, quien recomendaba enseñar a partir de obras completas, no de fragmentos.
Manuel Matos Moquete nació en Tamayo, población del sur dominicano, el 6 de abril de 1944. Poeta, novelista, ensayista, crítico literario y educador. Premio Nacional de novela y de Ensayo, entre sus obras figuran El discurso teórico en la literatura en América hispana, La cultura de la lengua, Los amantes de abril y Cien años de enseñanza del español en República Dominicana, entre otros aportes del destacado académico dominicano. Santo Domingo, Ciudad Colonial, 2 de marzo de 2013.
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