TERTULIA LITERARIA SOBRE PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA

Con una charla sobre Pedro Henríquez Ureña, en la que rebatió el supuesto Positivismo del filólogo dominicano, el distinguido escritor y académico Andrés L. Mateo ocupó la tribuna de la Tertulia “Letras de la Academia”.

A juicio de nuestro reconocido Académico, son numerosos los dominicanos que incluyen a Pedro Henríquez Ureña en el listado de los positivistas por el hecho de que sus padres, Francisco Henríquez y Carvajal y Salomé Ureña, fueran devotos seguidores de Eugenio María de Hostos. Sin embargo, a partir de 1907, cuando Pedro Henríquez Ureña vivía en México, su nombradía se acrecienta justamente por el antipositivismo que caracterizará su práctica y su pensamiento. La filosofía positivista es muchas cosas al  mismo tiempo en el continente americano y en México se convirtió en la sustentación teórica de la dictadura de Porfirio Díaz, a través del llamado grupo de “los científicos” y figuras intelectuales como la de Justo Sierra, subrayó el charlista. Al combatir esa corriente de la época, Henríquez Ureña se destacó como “joven maestro” en el México pre-revolucionario, razón por la cual los historiadores mexicanos lo consideran como precursor intelectual de la revolución, junto a los ateneístas.

Precisó Mateo que Octavio Paz, en su libro El laberinto de la soledad, reseña un discurso de Justo Sierra, en el que señala que ese texto “inaugura otro capítulo en la historia de las ideas en México” y de inmediato enfatiza: “Pero no era él quien iba a escribirlo, sino un grupo de jóvenes: Antonio Caso, José Vasconcelos, Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña. Ellos acometen la crítica del Positivismo y lo llevan a su final descrédito”.

Mientras el Positivismo dominicano hacía propuestas de regeneración social desde fuera del poder, el mexicano encarnaba el poder mismo, comentó el tertuliante.  El propio Pedro cuenta los afanes y empeños por leer a los autores que nutrían ese pensamiento filosófico. “Creo que es hora de situar a Pedro Henríquez Ureña como lo que fue: Un pensador de vanguardia que no temió enfrentarse en su época a la deformación que el Positivismo sufrió en México como filosofía”, consignó el disertante en la Tertulia Literaria de la Academia.

Andrés L. Mateo nació en Santo Domingo el 30 de noviembre de 1946. Poeta, novelista, ensayista y educador, es Licenciado en Letras por la Universidad Autónoma de Santo Domingo y Doctor en Filología por la Universidad de La Habana. Miembro fundador del grupo “La Isla”, fue coeditor de “Coloquio”, suplemento literario del periódico El Siglo y dirigió la editora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, centro académico donde también fue catedrático de literatura. Actualmente dirige el Decanato de Estudios Generales de la Universidad APEC.  Obtuvo el Premio Nacional de Novela otorgado por la Secretaría de Educación con La otra Penélope; el Premio de Novela de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña con La Balada de Alfonsina Bairán y el Premio Nacional de Ensayo con Mito y cultura en la era de Trujillo. También recibió el Premio a la Excelencia Periodística por el Listín Diario y el Premio “Caonabo de Oro” por la Asociación de Periodistas y Escritores. En el año 2004 obtuvo el máximo galardón de las letras dominicanas: el Premio Nacional de Literatura. Es Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Lengua y de la Academia de Ciencias. Ha publicado las novelas Pisar los dedos de Dios, La balada de Alfonsina Bairán, El violín de la adúltera. La antología Poetas de Post-guerra. Los ensayos Manifiestos literarios de la República Dominicana, Mito y cultura en la era de Trujillo, Al filo de la dominicanidad, Las palabras perdidas y Pedro Henríquez Ureña: Errancia y Creación. Santo Domingo de Guzmán, 3 de octubre de 2009.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *