TEORÍA DE LA CREACIÓN LITERARIA DE BRUNO ROSARIO CANDELIER
Presentación de La Belleza y el Sentido
Por Ofelia Berrido
Cuando hablamos de Bruno Rosario Candelier nos viene a la mente el Movimiento Interiorista que, como sabemos, es el movimiento literario internacional creado por el escritor dominicano hace más de 20 años y que hoy se encuentra más activo que nunca; sus más de 35 libros escritos; la tremenda labor que ha ejecutado como promotor cultural y sus viajes mensuales a todos los rincones del país junto a un grupo de los más destacados escritores que lo acompañan en su inmensa tarea, pero hoy lo que realmente pretendo es contarles acerca de la lectura que realicé de su libro más reciente: La belleza y el sentido.
Este libro surge tras un año de clases impartidas que se iniciaron a petición de Leonel Fernández con el propósito de estimular la creación literaria. Las mismas fueron impartidas en la “Biblioteca Pedro Mir” de FUNGLODE correspondiente al Departamento de Estudios Superiores a la manera de sus propias clases en la Pontificia Universidad Madre y Maestra o a las de Andrés Avelino, de Mariano Lebrón Saviñon o las de Roland Barthes, Jean Paul Sartre o Ernesto Sábato en sus respectivos centros de enseñanza. Las clases han sido grabadas, así que, quedará para la posteridad la figura de este maestro e intelectual de las letras dominicanas que ha entregado su vida a enseñar y a promover la literatura en particular y la cultura dominicana en general.
El texto reúne lo más importante del pensamiento de Rosario Candelier sobre el tema. La reflexión que realiza comprende las ideas que ha ido madurando a través de una observación especial, fusión de raciocinio e intuición sobre el prodigioso acto de “la creación” y sobre todo de la rica y sublime carga emocional convertida en fruición y estremecimiento que transmite la belleza y el sentido de una verdadera obra de arte literaria.
Se trata de la representación de la esencia misma de la creación y tiene como soporte el conocimiento alcanzado y experimentado desde dentro, desde su propia experiencia, ya que se trata de un escritor consumado que domina a plenitud el contenido que se propuso y desde el intercambio con los cientos de escritores que han pasado por sus manos de experto algunos como compañeros del oficio, otros como pupilos. Esta obra es el resultado, como ya hemos indicado, de un ver y sentir diferente que hace que el escritor realice nuevos hallazgos para manifestar su conciencia y crear escritos, que como este, aporten a la humanidad.
Por otro lado merece la pena destacar que no es solo la formación filológica, lingüística y filosófica de Rosario Candelier lo que le da un matiz de obra completa a este texto: Es la elaboración que realiza sobre sus propias concepciones; nociones que tienen como sustento una acumulación de saberes. Los ensayos contenidos en el libro plantean desde diferentes ángulos las bases teóricas profundas de la creación y dan pautas para un firme accionar a la hora de escribir. Como cuando nos revela:
Un aspecto importante de la belleza es su correspondencia con el sentido. La belleza y el sentido son los dos polos esenciales en la creación literaria porque la belleza no opera sin sentido y el sentido tiene la belleza del concepto; el sentido expresado con acierto conceptual inspira el encanto de belleza por la belleza del sentido, fruto de la percepción intuitiva del autor…[1]
Rosario Candelier muestra los símbolos que encarnan la idea del mundo representado en el acto creativo: Energía instintiva, fascinación de lo que no es un trabajo sino una forma de vida que vivifica y permite la realización total manifiesta, como bien dice el autor en un estado bienestar indescriptible que hace que el escritor-creador genere un nuevo dinamismo e incremente su potencialidad … Para tales fines nos habla con profundidad sobre el logos, el significado de la vocación, los recursos literarios y técnicas compositivas, las figuras expresivas, el sentir, la intuición, la sabiduría, el sentido cósmico, la memoria de la humanidad, el cultivo del saber, la poesía metafísica, el valor místico, la energía de la conciencia, el Numen, la buena literatura entre otros interesantes temas. El libro sin duda incluye en todas sus vertientes el qué y el cómo del proceso creativo haciendo hincapié en la importancia de la belleza y el sentido. Veamos los que nos dice el autor sobre el poder de hacer literatura: “Hacer literatura desata el poder creador del lenguaje, activa la energía interior de la conciencia y encauza la dimensión conceptual y estética del sentido de la belleza”. [2]
Uno de los puntos vitales y que se repite a través del libro, como haciendo énfasis en la importancia del hecho, es la necesidad que tiene Bruno Rosario Candelier de que nos demos cuenta de que existe más de una realidad que debemos conocer y que él describe de la siguiente manera: “La obra literaria canaliza una verdad poética, una verdad de vida o una verdad metafísica, cuando atrapa el sentido que infiere de las cosas con la luz de la intuición. Como se trata de una dimensión ficticia en una creación verbal, la realidad de la literatura difiere de la realidad de las cosas o de la realidad de la vida real. Es la verdad que clama el poeta, que es ideal, fictiva y sutil. La realidad literaria es otra realidad, es decir, una realidad diferente de la realidad real, porque es la expresión de una realidad estética y una realidad metafísica; no es una realidad sociológica, ni una realidad histórica, social o cultural”. [3]
No se pretende en esta obra fabular sobre la realidad porque bien es sabido que es imposible enseñar el virtuosismo o crear un genio enseñándole conceptos. Se entiende que o se es genio o se es virtuoso son dones o talentos innatos en el ser. Por otro lado, es imposible a través de escritos crear una ética o una estética que cambie el arte porque el arte surge de una necesidad vital del hacedor, espontanea y libre que se convierta en un objeto de contemplación como es la obra literaria.
[1] Rosario Candelier, Bruno, Factores espirituales y estéticos en la gestación de la creación, La Belleza y el Sentido, Santo Domingo, Búho, 2012, p. 84.
[2] Rosario Candelier, Bruno, Factores espirituales y estéticos en la gestación de la creación, La Belleza y el Sentido, Santo Domingo, Editora Búho, 2012, p. 74.
[3] Rosario Candelier, Bruno, Vertientes de la Creatividad en la obra de creación. La Belleza y el Sentido, Santo Domingo, Editora Búho, 2012, p. 157.
Esta obra brinda un conocimiento diáfano y verdadero que orienta sobre el proceso de la creación y luego se convierte en espejo de la voluntad creadora con una finalidad que surge consciente o inconsciente de ser la manifestación de la existencia. “Porque como aseguró Schopenhauer “La afirmación de la voluntad es un continuo querer no perturbado por conocimiento alguno”.[1] Y así, Bruno Rosario Candelier busca el entendimiento de las verdades que plantea y, además, propicia la transformación del lector a sabiendas de que el escritor que lee y estudia la literatura de todos los tiempos facilita el logro de su propio fin: Escribir para que su obra se convierta en representante de sus ideas que no son más que representación de las ideas universales de su tiempo.
Por otro lado, la ordenación de los ensayos dentro del texto nos permite ir entendiendo y escalando hacia la cúspide del proceso creativo con una fluidez que se da gracias a un estilo claro que discurre sin obstáculos bajo un dominio total de la lengua. El tránsito entre temas se efectúa sin exabruptos como un todo que se encadena con argumentos que se sostienen unos con otros para comprobar premisas invaluables. Y es que en el género literario del ensayo, más que en ningún otro, es donde Bruno Rosario Candelier manifiesta su gran ingenio, agudeza y lucidez.
La lectura de este libro se convierte en un acto ceremonial donde los símbolos se develan cargados de una energía que se transforma en energía disponible para crear. Naturalmente estos principios solo rigen como bien aclara el autor en aquella alma que tenga la vocación para ello.
Otro punto que también interesa enfatizar es su estilo original y apasionado, pero expresado con la calma de aquel que sabe esperar que las uvas maduren para con equilibrio y moderación abordar el tema en toda su extensión, estilo único de Bruno Rosario Candelier: claro, ausente de rebuscamientos y con una profundidad de pensamiento cargada de un empeño contagioso de ser comprendido y de motivar el acto creador.
Como bien hizo notar hace unos años el gran crítico dominicano Manuel Matos Moquete en el III Congreso Internacional del Movimiento Interiorista celebrado en FUNGLODE Bruno Rosario Candelier usa palabras que ha hecho suyas y que se repiten en todos sus escritos como lo son: trascendente, logos, efluvios… Sobre eso quiero hacer notar que la estructura intima de la obra corresponde a la estructura interna del espíritu de donde procede y en el caso de nuestro autor el trasfondo filosófico, religioso y metafísico de su pensar impacta su obra y el mundo supra sensorial ocupa su curiosidad creativa para lo cual hay palabras imprescindibles, ya que el lenguaje cotidiano no permite expresar el contenido de ese mundo intangible, de ahí ese lenguaje propio que se convierte en parte del estilo del autor.
Se advierte el impacto de lo antes dicho en la formación de los conceptos del ensayista, aunque resulta notorio que en muchos casos no parece una acto consciente sino un advenimiento intuitivo de un escritor que ha pasado su vida por el camino del conocimiento transcendente… Dicha particularidad es tan notable que leyendo párrafos sueltos podemos detectar si su autor es Bruno Rosario Candelier porque como Van Goth deja su huella inconfundible. En la Belleza y el sentido se presenta el material imprescindible para comprender en su totalidad la “Teoría de la creación literaria” teniendo en cuenta como bien dice Kant que “La comprensión es un conocimiento adecuado a nuestras intensiones[2]”. Impónese pues la obligación de preguntarnos para qué y cómo ha de comprenderse el proceso creativo… Aquel que tenga la intención de entender el proceso para iniciarse en la escritura o la persona que ya vive la escritura como oficio encontrará en esta obra un conocimiento fundamental.
Este volumen de carácter concreto consta de cuatrocientas ochentaiocho (488) páginas y está dividido en tres partes: La primera, masa crítica y primaria del mismo, aborda los temas que son necesarios conocer y dominar para entender el proceso creativo, consta de 261 páginas sobre la “Teoría de la Creación”; la segunda, versa sobre estudios literarios incluye 6 ensayos sobre las obras de los escritores dominicanos: Hugo Tolentino Dipp, Pedro José Gris, Guillermo Pérez Castillo, Pedro Ovalles, Carmen Comprés y Conny Palacios y, además, un magnífico ensayo sobre “Los fundamentos estéticos del interiorismo”, espléndida pieza pues se trata de la conciencia, interioridad y creación del “Movimiento Interiorista” realizado por el mismo creador del Movimiento. El trabajo que resulta invaluable para los estudiosos de la literatura dominicana; y la tercera, sobre cartas físicas y correos electrónicos a los que nos tiene acostumbrados el autor desde hace unos años y que ha despertado la curiosidad y el interés de sus lectores. Algunas de ellas, por provenir de la mano de escritores de profesión contienen un valor estético notable y son cartas verdaderamente hermosas. Son correspondencias de interés literario por quedar como documentos del intercambio con importantes figuras del mundo de la literatura de todas partes del mundo, esta sección también incluye consultas sobre el uso de la lengua que son respondidas con amplitud por el autor.
Ya hilvanadas estas ideas alrededor de La belleza y el sentido, la más reciente obra de este gran escritor dominicano, queda claro que tenemos entre nuestras manos un libro vital para aquel que desee dedicarse al arte de escribir o para aquel que sea un viejo caminante del mundo de las letras. Este libro es una danza alrededor del fuego sagrado de la creación. Primavera para el escritor que desee fertilizar la tierra de su ser en busca de sus mejores frutos… porque como revela Bruno Rosario Candelier: La obra literaria canaliza el pensamiento, la expresión y la sensibilidad con el dictado de la voluntad, porque la obra literaria da cuenta de la relaciones del hombre consigo mismo, con sus semejantes, con la Naturaleza, con Dios, con todo”.[3]
[1] Schopenhauer, Arthur, El mundo como voluntad y representación I, Madrid, Trotta, 2004, p. 204.
[2] Jung, Carl, Energética psíquica y esencia del sueño, Barcelona, Paidós, 1982, p. 96.
[3] Rosario Candelier, Bruno, La voz interior y la voz universal en la creación literaria, La Belleza y el Sentido, Santo Domingo, Editora Búho, 2012, p. 258.
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