EL ROL DE LA LENGUA EN LA FORJA DE LA CONCIENCIA

Con la participación de intelectuales, profesores y estudiantes de lengua y literatura, así como académicos, intelectuales y escritores de varios países de América, la Universidad de Costa Rica celebró el V Congreso de Literatura Mesoamericana, en la que los Directores de las Academias Costarricense, Chilena y Dominicana de la Lengua presentaron sendas ponencias sobre el influjo de la lengua en la sensibilidad espiritual y en la creación literaria.

La disertación de nuestro Director, Bruno Rosario Candelier, versó sobre “El logos en la forja de la conciencia”. En esa ponencia el académico dominicano subrayó el influjo del pensamiento y el lenguaje en nuestra manera de asumir e interpretar el mundo. Puntualizó que desde que Heráclito de Éfeso intuyó la existencia del logos como principio de la conciencia, abrió la compuerta de la reflexión intelectual sobre la sabiduría del Universo, el desarrollo de la conciencia trascendente y la potencia de la creatividad. De esas importantes reflexiones, el crítico dominicano infirió tres intuiciones que fundan la cultura de Occidente: 1. La presencia de la energía interior de la conciencia, principio espiritual del pensamiento, que nombramos LOGOS. 2. La existencia de una memoria cósmica que conserva la sabiduría universal acumulada en algunas capas del Universo, aliento de la inteligencia y la sensibilidad, que denominamos NUMEN. 3. La vida interior de la conciencia que hace posible el crecimiento del espíritu, aludida en NOMOS.

Enfatizó el escritor dominicano que la concepción del Logos tiene importantes implicaciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales en la forja de la sensibilidad humana. Base de la conciencia cósmica, enlaza al hombre con la sabiduría universal y con la divinidad. En virtud de esa potencia vinculante, subrayó que el Logos hace posible la vinculación con lo viviente, ya que confirma el principio de que todo tiene una relación con el Todo. Por eso san Juan en su Evangelio enlaza a la Divinidad el concepto del Logos, en cuya virtud logramos el desarrollo de la conciencia, el acopio de la sabiduría universal y la coparticipación divina.

Subrayó en su ponencia que el Logos otorga sustancia a la palabra, base del pensamiento y principio de la conciencia, que es lo mismo que decir, esencia y sentido de la trascendencia humana. El Logos nos ha dotado del don para pensar y del poder de articular las palabras para hablar, propiciando las operaciones del intelecto en sus manifestaciones conceptuales, espirituales y estéticas. Lo que hace posible que pensemos y hablemos, lo que escriben pensadores y poetas, lo que se crea mediante el concurso de la palabra, se debe a la energía interior de la conciencia, basada en el Logos que el lenguaje formaliza. Como sistema de comunicación verbal que expresa conceptos, emociones y anhelos, el lenguaje canaliza en la palabra la intuición de la inteligencia, la percepción de la sensibilidad y el dictamen de la voluntad mediante la articulación de sonidos y sentidos. San José de Costa Rica, Instituto Cultural de México, 21 de septiembre de 2010.

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