PEAJE
“. . .también era visto como una suerte de fenómeno, pero igual tuvo que pagar el PEAJE de entrada a la gran carpa con tres años en los niveles inferiores de los Angelinos.”
Al examinar las nuevas acepciones producto del habla popular se evaluarán las formas como estas se producen y los argumentos que pueden aducirse para explicar en este caso como operó el ensanchamiento de los significados originales.
El peaje es la suma de dinero que se paga como derecho de tránsito por un lugar. Es además el sitio donde se efectúa este pago. Eso es lo que se acepta comúnmente.
El DAA asienta otras acepciones que no son tan generales y con esto cumple con el deber de censar los significados americanos para el vocablo sometido a estudio. En Chile y Paraguay es el pago que exige y cobra en un lugar apartado un delincuente u otra persona necesitada de dinero, bajo amenaza de agresión. En Chile en la bolsa es el pago de comisiones por las operaciones bursátiles hechas con otra ciudad. En El Salvador es soborno y pertenece al registro festivo.
En República Dominicana es un soborno que se paga a la autoridad competente de un lugar para que permita el tránsito de drogas en su jurisdicción.
Si se analizan las diferentes acepciones de peaje hay que concluir que en todas ellas está presente el elemento del pago. En el concepto de El Salvador es soborno que naturalmente puede ser hecho a cualquiera. El soborno dominicano se hace a alguien con poder legal. Y la noción dominicana de peaje retiene otro rasgo del peaje común; el pago es para cubrir el derecho de tránsito, con la particularidad de que transita droga.
Cuando los estratos populares de la población crean sus palabras o le reconocen nuevas acepciones a palabras conocidas de la lengua general y operan al margen de las construcciones pensadas deliberadamente. Casi siempre operan llevados por las semejanzas de los acontecimientos como ocurre en el caso de este término.
En la mayoría de los casos cuando se genera una voz nueva o cuando se le reconoce un significado nuevo a una voz conocida los hablantes de los sectores populares son movidos por la afectividad. Muchas veces la nueva acepción obedece a un reflejo espontáneo, que traslada a la expresión un sentimiento que se comprueba por medio de los sentidos, por experiencia, algo sentido o visto y no algo estudiado producto de la reflexión intelectual.
Con estos comentarios escritos más arriba se pretende aportar algo a la comprensión del fenómeno en cómo un vocablo puede pasar de una esfera del habla a otra y expandir su cobertura al mismo tiempo.
ARTICULAR
“Cierta derecha ARTICULA que los medios de prensa son zurdos.”
Se hace necesario escribir en términos derechos para que se entienda el mensaje. A veces quien escribe piensa que lo hace en términos entendibles para todos los cristianos de la tierra pero olvida que hay vocablos que no se entienden a menos que no sea adivinando.
Lo que se persigue en esta sección es algo obvio. Se examinarán los significados conocidos para el verbo articular. Después de terminar ese examen quedará demostrado que el único “zurdo” (=gauche) es el articulista. En francés se utiliza la voz del paréntesis para denotar que alguien es poco diestro, falto de habilidad, desprovisto de gracia, torpe.
El verbo del título posee acepciones en anatomía, en derecho y en lingüística. Se le considera de modo general como equivalente de organizar. Terminada esta enumeración hay espacio para que uno se pregunte de dónde sale este articular en el contexto.
El único resquicio abierto (a empujones) por el que es posible hacer pasar una perla de este género es arguyendo que es una extensión o ensanchamiento de una o las acepciones de lingüística.
Eso obliga a examinar en detalle lo concerniente a esa ciencia atinente a este verbo. Articular es pronunciar palabras distinguiendo perfectamente cada uno de los sonidos. Es además pronunciar los sonidos de una lengua colocando adecuadamente los órganos de fonación. Esas definiciones pertenecen al Gran diccionario de la lengua española, de Larousse.
Como se desprende de lo transcrito más arriba no sirve este verbo para comunicar “dice, considera, piensa, cree” o cualquier otra cosa parecida.
Como en tantos otros casos estudiados por medio de estas reflexiones la confusión nace de la semejanza entre el inglés y el español. De manera que como ya se estudió el español, a seguidas se hará lo mismo con el inglés.
El verbo articulate en inglés se entiende en esa lengua, y solo en esa lengua, para expresar que se “provee definición”, como se procede con las formas de un objeto; es además dar forma o expresión como se hace con un tema o un concepto.
Para terminar si se lee la frase copiada al principio de esta sección en español, pero se la interpreta en inglés, podría significar algo así como: “Cierta derecha “define” que los medios de prensa son zurdos”. Tal y como se comprueba: la distancia es mucha.
SOCOTROCO – ZOCOTROCO
“Refugiados en un escándalo por las opiniones de un SOCOTROCO visceral o de un miserable con las bases llenas. . .”
Esta voz perteneció al léxico pasivo de los dominicanos durante muchos años. Se la escuchaba por la radio con relativa frecuencia y se deducía el significado por el tono y el ambiente que predominaba en el programa.
No es de uso constante en el español dominicano pero el programa humorístico que se transmitía por las ondas radiales a diario con la participación del personaje Tres Patines llevó a los oídos de los dominicanos este vocablo.
Se profería la palabra “zocotroco” en esas transmisiones radiales. Al encontrarla en este escrito es como un reencuentro con una vieja conocida a la que le llega el momento de que se la investigue para conocerla cabalmente.
Los diccionarios generales de la lengua española no registran este vocablo. Para dar con la significación hubo que ir a su encuentro en el DAA (Diccionario de americanismos de las Academias).
Como puede comprobarse en el cuerpo de esta sección la voz del título puede escribirse de dos formas. Con la ese o con la zeta: socotroco, zocotroco, esto así aunque oficialmente solo se apruebe el de la zeta.
En Argentina, Paraguay y Uruguay con esta voz del título se nombra un objeto grande. En Argentina y Uruguay se usa para la “persona robusta”. En Argentina y Uruguay define a la persona torpe con un tono despectivo. Con ese mismo tono se la usa en Cuba para (un poco más moderado), la persona poco inteligente.
HACIA
“De ahí que debemos mostrarnos escépticos HACIA las justificaciones de los colosos cada vez que nos imponen aumentos garroteros.”
Cuesta trabajo entender cómo es que algunos profesionales de la comunicación tienen problemas para hacerse comprender. No aciertan en algunos casos con las preposiciones que convienen para que el mensaje trascienda derecho.
Este “hacia” en este sitio y con esta compañía, complemento, no tiene razón de ser. Este desliz denota falta de cuidado, para usar palabras suaves.
Generalmente las personas se muestran escépticas “ante” complementos de este tipo, encabezados por sustantivos. Los verbos que generalmente acompañan a escéptico son mostrarse, como en este caso; volverse, mantenerse, continuar y permanecer. En oraciones en las que participan verbos de este género la preposición adecuada es ante, como se señaló más arriba.
Una de las funciones principales de la preposición hacia es expresar dirección. También indica la tendencia de algo. Además hablando de situación en un lugar o de tiempo equivale a “aproximadamente en” o “aproximadamente a”.
A su vez, la preposición “ante” que se propuso expresa la idea de “delante de” o “en presencia de”. Este “delante de” ha de aceptarse para expresar la situación que motiva una decisión. La preposición recién mencionada puede desempeñar otras funciones, tales como en casos de comparaciones.
No ha de extenderse más el asunto porque con lo expuesto ya se satisface el propósito de esta sección, que era dejar en claro el error y presentar algo a modo de solución.
*PULSEO
“Aquí, la excesiva calma, el PULSEO (pro)tagónico entre figuras y espacios, obliga a advertir la carga psicológica.”
La voz pulseo no se encuentra en los diccionarios que se acostumbra a consultar. Se hace constar por este medio que no son pocas esas obras. Otras palabras de la misma familia sí se localizan en varios diccionarios.
En el DAA se encuentra todas las palabras de la América Hispana que tienen relación con la voz del título. Pulsador en Guatemala es la persona que echa pulsos. Pulseador es como se conoce en Bolivia a la persona que tiene gran habilidad y fuerza pulseando. Pulsar en Colombia es el verbo para la acción que otros conocen con el nombre de pulsear.
A la acción de pulsear, probar dos personas la fuerza asiéndose de las manos y con los codos apoyados, en algunos países de Hispanoamérica llaman de “pulseada”. Entre esos países se encuentran: Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay y México. Para esta contienda en Bolivia tienen un vocablo diferente: pulseta.
De esta familia de palabras se han derivado otros significados que contienen la idea de la acción de pulsear. En Perú una pulseada es un tanteo o investigación de un asunto para averiguar la manera de tratarlo; así lo define el DAA.
El verbo pulsear se utiliza en varios países americanos para traer a la mente la idea de que se produce un enfrentamiento que no es físico con la intención de vencer o de hacer prevalecer su postura. Así lo emplean en Ecuador, Perú, Chile y Argentina.
Después de este repaso se puede externar la opinión personal con respecto de la voz del epígrafe. Esa forma de nombrar el asunto se ha oído de labios de más de una persona. El sufijo –eo se utiliza en español para denominar la acción resultante. Si el verbo es pulsear lo que hizo el crítico de arte es que eliminó la terminación del verbo (ar) y añadió el sufijo. Por lo general este modo de formar nombres se produce en los casos en que el verbo termina en –ear. No hay que olvidar que una vez formado el nombre de la acción toma el género masculino debido a su terminación.
Se citarán algunos ejemplos de nombres así formados: besuqueo, blanqueo, ceceo, empleo, papeleo, recreo, salteo, tartamudeo, volteo y zapateo.
No se alaba la formación de nuevas palabras, porque no debe molestarse al lector con la invención e introducción de voces desconocidas. No debe temerse hacer el ridículo porque se repiten palabras en un escrito. Vale más evitar la ambigüedad que se suscita con voces nuevas que el temor a la repetición.
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