MEMBRESÍA – MILLAJE POLÍTICO – DAÑOS FÍSICOS – LESIONES

En una ocasión me ofrecí para redactar un documento de promoción en el cual había que explicar los derechos, deberes y demás asuntos acerca de una asociación sin fines de lucro. Cuando llegué a la parte en la que tenía que escribir acerca de eso le coloqué como título: MEMBRESÍA

Yo sabía que había que revisar el texto antes de darlo a la impresión, pero eso lo pospuse a jamás. Un amigo que vive en los Estados Unidos desde hace más de treinta años leyó el documento y de inmediato me espetó: “pero…esta palabra no existe en español”. Entre incrédulo y dudoso asentí y me excusé. Le prometí que tan pronto como llegara a mi casa verificaría con el  “mataburros”.

La “baja” se produjo en casa, pues el vocablo NO existe. La moraleja de la historia es que cuando uno escribe siempre tiene que llevar “la ropa de pelear” puesta, pues al menor descuido termina uno haciendo el ridículo. Me vino a la memoria el profesor de mi juventud que usaba la expresión “dormirse en sus laureles”.

El vocablo del título fue incluido por la Academia en el Diccionario de 2001. La aceptación me salvó con unos meses de retraso. En esa edición del diccionario mayor definen el asunto así: “Condición de miembro de una entidad”. En otros países es “conjunto de miembros”.

El “Diccionario panhispánico de dudas”, asegura que la grafía correcta es “membrecía” porque el sufijo español para este tipo de derivados es “-cía”. No obstante, esta palabra no consta en el léxico mayor de la Lengua Española. La explicación que ofrece el DPD para la grafía americana es el seseo.

Para tipificar al amigo del cuento no me quedó más que recordar el refrán de mi país que dice que “de cualquier yagua vieja sale tremendo alacrán”. Aquí cabe traer el refrán haitiano: “pwazon gen konfians nan dlo, men se dlo ki kui li”. (= el pez se confía en el agua, sin embargo lo cuecen en agua.)

Algunos refranes al respecto:

El zapatero lleva el zapato roto. En casa del herrero, cuchillo de palo.
He (him)that makes the shoes goes barefoot himself.
Cordonnier, soigne tes souliers. Les cordonniers sont toujours les plus mal chaussés.
Che il calzolaio non giudicasse più in su della scarpa. In casa di calzolaio non si hanno scarpe.

MILLAJE POLÍTICO

“…no ha hecho ninguna oferta razonable y está usando el asunto de los contratos para obtener MILLAJE POLÍTICO para el alcalde…”

Como ya muchos de los lectores saben, la palabra MILLAJE no existe en español. Se la escuchó con frecuencia hace mucho tiempo ya, para referirse con ella a la cantidad de millas recorridas por un vehículo.

El término también servía para indicar que algún vehículo tenía largo tiempo de uso. Llevado al campo de la expresión figurada se la empleaba además para aplicársela a las personas con EXPERIENCIA, en este caso es sinónimo del último vocablo destacado.

Después de convenir en lo anterior se hace necesario reiterar que la palabra no existe en español castizo. La dificultad mayor es que en el caso en que se la encontró es este: “…no ha hecho ninguna oferta razonable y está usando el asunto de los contratos para obtener MILLAJE POLÍTICO para el alcalde…” Con este trozo se queda uno en la luna de Belén, porque no concuerda con los conocimientos previos.

El “Diccionario de hispanoamericanismos” coordinado por Renaud Richard asienta “millaje” con el valor de “registro, récord”. Cuba y Puerto Rico son los países en los cuales se usa la voz con este significado de acuerdo con la misma fuente.

Haciendo funciones de adivino, se presume que lo que ha querido expresar el redactor es ACUMULAR CAPITAL POLÍTICO, CAPITALIZAR POLÍTICAMENTE, explotar un asunto con fines políticos personales. ¡Hagan girar la ruleta !!!

DAÑOS FÍSICOS – LESIONES

Cuando se escribe acerca de causar desperfectos en las cosas, por lo general se usa el vocablo DAÑO. En cambio, cuando se refiere a las personas, se usa la palabra LESIÓN. Durante largo tiempo se usó el término LESIONES CORPORALES en el ámbito legal para referirse a las LESIONES que experimenta una persona. Una LESIÓN indica cualquier daño o perjuicio. El último muchas veces resulta del primero. En la lengua actual LESIÓN tiene una connotación de “daño causado al cuerpo”, por lo que aquello de “lesiones corporales” ha pasado a ser considerado pleonástico.

En la lengua moderna cuando se desea mencionar el daño causado sobre una persona, sobre su cuerpo, contra su integridad física, entonces lo más apropiado es usar LESIONES, pues de esta manera se cubre toda la gama de golpes y heridas.

Una mercadería o un objeto casi nunca resulta “lesionado”, los lesionados son las personas en la mayoría de los casos. Los objetos, las mercaderías y las cosas son los que resultan dañados.

Para quienes se interesan por las etimologías, la palabra lesión viene del verbo latino “elidere”, compuesto de “laedo”, formado del griego “deleô”, que significa herir, ofender, romper o quebrar. Daño, a su vez, viene de “damnum”, que entre los latinos no significaba más que perjuicio, como término contrario de lucro. Para establecer las diferencias sin vacilaciones, recuérdese que de lesión procede el verbo lisiar. Nunca se le ocurriría a una persona educada en la lengua decir o escribir que una persona está DAÑADA.

*DANZARIA

“…mosaico de manifestaciones DANZARIAS, musicales y culinarias…”

Para desgracia de los diccionarios que se compulsan para esta columna ninguno trae esta palabra. Es una pena, porque así podría uno ponerse al día y cerrar la brecha que lo separa de los avanzados creadores de neologismos. Lo que sucede con esta palabra es que se la localizó por la primera vez y quizás muchos de los lectores de estos comentarios se encuentren en el mismo caso.

Lo publicado en la “mera” primera plana del periódico rezaba así: “…mosaico de manifestaciones DANZARIAS, musicales y culinarias…” No sé por qué se saltó el musicales, donde también pudo inventar un nuevo vocablo y escribir “musicarias”, de esa forma la rima de las -arias le habría salido como “canto”rimado.

El sufijo -ARIA y su correspondiente masculino -ARIO lo que significan es pertenencia cuando se aplican al sustantivo para formar con ellos los adjetivos. En los casos en los cuales se usan para formar nombres, entonces se refieren a profesión, persona a quien se da algo o lugar. Así sabemos que se forman nombres y adjetivos, y que se le añaden a los nombres.

No creo que sea un término con fortuna y que vaya a ser aceptado por la Academia, ni impuesto por el uso. Se entiende que la intención es buena, mas en la mayoría de los casos se expresa lo mismo o algo muy parecido al “danzario” usando MANIFESTACIONES BAILABLES. Claro, surge el problema de saber si la danza y el baile es la misma cosa. Una opción era emplear manifestaciones COREOGRÁFICAS.

LOS HA ESTADO VISITANDO  – LOS HA VISITADO

“La. . . los ha estado visitando diariamente, llevándoles alimentos y efectos personales.”

En español ese “estado” colocado entre los dos elementos del tiempo verbal compuesto, es decir entre el verbo auxiliar y el verbo principal en participio pasado, tiene funciones restringidas en nuestra lengua. En el caso precedente lo que se pondera es el caso de la periodicidad de la visita, que se hace A DIARIO. De paso se propone que se obvie el uso del feísimo -MENTE.

El verbo estar en el participio pasado, ESTADO se emplea para reconocerle más importancia a la permanencia, es decir a la duración de la acción. Si se escribe por ejemplo: “Los ha estado visitando durante diez años”. Aquí es correcto, porque el acento invisible se coloca sobre el período transcurrido.

La repetición de la acción en el pasado la expresa en el español, como en todas las lenguas romances, el imperfecto del indicativo. Cuando se trata de una fecha reciente en el pasado, cuyos efectos aún repercuten en el presente, entonces es legítimo usar el tiempo verbal empleado en el caso este HA VISITADO y se expresa la frecuencia igual.

ZAFARRANCHO

“Los chinos de zafarrancho en Cuba”.

No es que se tenga muchos conocimientos acerca de las palabras de la Lengua Española, sino que no dejo piedra por voltear cuando se encuentra un vocablo que “choca”.

La palabra que figura a manera de título de esta parte de los comentarios se la localizó así: “Los chinos de zafarrancho en Cuba”. Lo que se recordaba de la palabra es que en los cuarteles militares la usan para las faenas de limpieza general. Se compulsa el diccionario que confirma el concepto y se queda uno en este caso sin enterarse como se acomodaba la voz a la situación.

El lexicón de ley de la Lengua Española consigna que zafarrancho es “acción y efecto de desembarazar una parte de la embarcación para dejarla dispuesta a determinada faena”. En el nivel coloquial es “limpieza general, destrozo, riña”.

En el española de Argentina, según el “Diccionario del español de Argentina” de Haensch y Werner, el vocablo zafarrancho en el nivel coloquial es “cosa hecha sin esmero ni pulcritud”. Es también la “persona que se viste o arregla de manera poco esmerada o ridícula”.

Téngase en cuenta que en el periódico en el cual apareció esta frase se reseñaba un festival en Cuba dedicado a los chinos, a la comida china.

DELITOS DE ARMAS

Como se acostumbraba a decir en tiempos ya idos “a mí que me registren”, porque no se logra entender que es lo quieren expresar con esto.

Como se está en libertad de conjeturar, al igual que cualquier hijo de vecino, se piensa que aluden así a los “delitos a mano armada”, lo que en casi todos los casos convierte el delito en un crimen, porque le agrava la calificación. Es decir, produce un cambio de naturaleza del hecho hasta convertirlo en un crimen. Como tal, la sanción aumenta.

Quizás se esté equivocado, una vez más, y se refieren así al acto de posesión de armas de fuego, sin autorización de la ley, sin permiso de las autoridades. En algunos países se sanciona la posesión de cualquier objeto capaz de herir o causar lesión si este se usa durante la comisión de un delito cualquiera. Esa combinación vino en una noticia servida por una agencia internacional de noticias. Existe la posibilidad de que en algún país se denomine de este modo un delito específico. Eso no se puede descartar.

CONFRONTAR *A

Además de que no agrada el empleo del verbo para expresar ENFRENTAR, se debe añadir que la preposición en el caso en que se le emplee con este valor está de sobra.

Uno CONFRONTA la realidad. Una persona CONFRONTA dificultades. Tal o cual político CONFRONTA sus adversarios (no sus enemigos.)

Cuando el verbo se emplea con el significado de COTEJAR, entonces admite preposición. Así se escribe correctamente CONFRONTAR CON EL ORIGINAL. También en el caso en que dos personas se CONFRONTAN para que surja la verdad, entonces en ese caso, lo que hace es que se les COMPARA, como se hace en los tribunales cuando se CAREAN los testigos, de manera consecutiva, pues no se permite hacerlo ante el tribunal simultáneamente.

Después de explicado lo anterior, empleó mal la lengua quien redactó un titular que rezaba: CHÁVEZ CONFRONTA A LA IGLESIA CATÓLICA.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *