MARIQUITA – *MARIQUITO

“Con otras nomenclaturas lingüísticas, nombres de igual intención descalificadora como majunches, MARIQUITOS, escuálidos, conspiradores utilizados para referirse a. . .”

Hasta que se leyó lo copiado más arriba nunca antes se había oído el uso de la palabra “mariquito”. Se recuerda con todo detalle que hace más de 50 años se usaba con mucha frecuencia la palabra mariquita para nombrar con ella al afeminado.

La voz no es exclusiva de los dominicanos; muchos otros países de la América mestiza la utilizan con la misma significación que los dominicanos. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española reconoce que es un nombre masculino que se utiliza en el registro coloquial y que corresponde a hombre afeminado.

Hay algunas puntuaciones que hay que hacer antes de abandonar el tema. En la República Dominicana casi siempre se la usó para aplicársela a los jóvenes que demostraban ademanes afeminados, sobre todo los que preferían juegos que eran más bien considerados de hembras. Se usaba para nombrar a los muchachos jóvenes más bien que a los hombres adultos.

Vale la pena que se retenga ese matiz porque para los adultos existían y existen vocablos más crudos, más indelicados. Con estas líneas se ha pretendido aportar algo con relación a una particularidad del uso dominicano para el término estudiado.

GENTE

“Somos GENTE, y la GENTE debe actuar con buena voluntad.”

Esta es una palabra muy interesante porque tiene una historia larga y diversa. A través del tiempo ha pasado por etapas diferentes. En un principio no era un término favorecido para lisonjas, mas luego pasó a adoptar mejores matices. En algunas ocasiones se ha hecho acompañar el vocablo estudiado de otras voces que especifican o detallan el tipo de gente a que se refiere.

Como consecuencia del amplio campo semántico de la palabra, no se pretenderá en esta sección agotar todo ese caudal, sino solamente tocar algunas de las significaciones más americanas y sobre todo aquellas que se prestan a expresiones o locuciones.

En la frase de la cita cuando el articulista utiliza el vocablo “gente” lo hace con el sentido americano de “persona decente”, como echa de verse no hubo necesidad de agregarle nada al término para que reflejara la intención del redactor.

En la América hispanohablante ya en el año 1998 el maestro Manuel Seco aseguraba que gente se empleaba para denotar a “persona”. Antes de eso el DRAE de 1992 asentaba que “en algunos países de América” significaba “persona, individuo”. En esa edición del mentado diccionario la Academia se explayó en toda la clase de gente. Ya en la edición de 2001 redujo el tamaño de la entrada en el diccionario eliminando muchos de los “tipos de gente”. Es probable que al actuar de esa forma la Academia lo hiciera siguiendo la frecuencia del uso.

Todavía en el Diccionario de uso del español, de María Moliner de 1997 al referirse a gente se podía leer que “es una designación que no expresa especial consideración hacia los designados”. Naturalmente esto hay que interpretarlo así para el español peninsular. Ese diccionario no deja de reconocer que “con un adjetivo u otra determinación se emplea como atributo equivaliendo a personas”.

El Diccionario panhispánico de dudas asienta que es un sustantivo femenino que se emplea como nombre colectivo no contable y significa “personas”. Reconoce ese diccionario que en ciertas zonas de América se emplea el término como sustantivo contable y no colectivo. No es ocioso recordar que sustantivo colectivo es el que en singular denota un número indeterminado de personas u objetos. Naturalmente con ese sentido acepta plural cuando se desea aludir a más de una persona o individuo.

Una vez alcanzado este punto del desarrollo puede derivarse el asunto hacia algunos de las combinaciones y acepciones propias de América. En República Dominicana y muchos otros países americanos gente es “persona decente y de buen comportamiento” tal y como lo escribe el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias (DAA).

En República Dominicana y Cuba “gente de orilla” es “gente pobre y humilde”. La locución “como la gente” en República Dominicana y otros países americanos cuando se refiere a persona vale para expresar “que se comporta del modo debido, como corresponde, correctamente”. En los países mencionados y en muchos otros más “muy gente” referido a persona significa que es “educada y honesta”.

El autor de estas reflexiones acerca del idioma sostiene que en República Dominicana se usa decir “de gente”, referido a cosas, para dar a entender que eso a lo que el hablante se refiere es “de buena calidad, excelente, especial en su género”. Este autor, de modo festivo, en sus conversaciones acostumbra a usar esta combinación para expresar satisfacción ante algo.

En el mismo país recién mencionado se emplea “parecer gente” de modo jocoso para reconocer que alguien está ataviado o se presenta de una manera que denota elegancia. Esta es otra frase que favorece el autor de estos comentarios.

Con estas ponderaciones acerca del vocablo del título se espera dejar concluido lo concerniente a esta palabra. Ya antes se había criticado por este medio la mala práctica de algunos traductores del inglés al español que siempre utilizan “gente” para trasladar al español la voz people.

DE PAQUETE

“Es indignante, afirmó Martínez. Estos vehículos nuevos DE PAQUETE los compraron sin control y fueron estacionados  en. . .”

La palabra paquete ha ido criando prole en el idioma español, especialmente en el hablado en América. El vocablo ha servido para componer varias expresiones que dan colorido a las conversaciones diarias. No todas las locuciones adjetivas, como la del título aparecen reconocidas en el léxico oficial de la lengua. Sin embargo, no pierden vitalidad por la falta de reconocimiento oficial.

Se hará propicia la ocasión en esta sección no solamente para observar la locución del título sino también para comentar otras formadas con la ayuda de “paquete” y, sobre todo, destacar los usos americanos del término paquete con sus significados particulares.

No se va a recalar en los significados asentados en el DRAE para el vocablo paquete porque ya en ocasiones anteriores se ha ocupado el tiempo en algunas de ellas. Aquí se va derecho a “de paquete” en el diccionario de la RAE.

A la locución adjetiva la Academia le reconoce o asigna un registro coloquial. Escribe la digna junta de Madrid que en Argentina, Cuba y Uruguay equivale a “acicalado”. No está de más recordar que acicalado es extremadamente pulcro.

Hay varios de los paquetes americanos que se ganaron su inclusión en el lexicón general de la lengua común. Entre otros está el bulto de los órganos genitales masculinos que se nota por encima de una ropa muy ceñida. Junto con este va la persona torpe y aburrida; a eso hay que añadir la “mentira” que representa el término.

En República Dominicana se conoce la palabra “paquete” para “cantidad grande de cosas”. La locución adverbial “de a paquete” en ese país corresponde a “en gran cantidad”. No debe olvidarse que la voz francesa paquet y el haitiano pakèt tienen un significado semejante al dominicano, para significar: mucho, gran cantidad de. Sería interesante poder seguirles la pista para saber si hay relación entre estos significados.

Al final, el “de paquete” americano es el que referido a un automóvil dice que es nuevo, nunca usado, que no se ha estrenado. La alusión que se hace con la expresión es que el vehículo a que se refiere es salido de la envoltura del paquete; que no ha sido mancillado por el uso.

MUSCULOSO

“El Volkswagen CC se ve más elegante y al mismo tiempo luce más MUSCULOSO, con nuevas llantas de aleación de aluminio de colores y otras. . .”

Hay escritos que hay que leerlos con la imaginación calibrada en su mayor potencia. El poder de la imaginación es algo muy sorprendente por la capacidad generativa de creación que desencadena. Si quien escribe despliega imaginación para redactar, es posible que el lector para poder asimilar lo que lee tenga que encender a su vez el motor correspondiente en su cerebro.

Al normal de los cristianos le cuesta un gran esfuerzo poder entender qué busca este adjetivo que se ha destacado en la cita copiada en esta sección. Puede transigirse y aceptar que un vehículo es musculoso cuando cuenta con gran fuerza o caballaje en su motor. Ahora bien, de ahí a aceptar que aparenta eso es larga la distancia.

Como no puede señalarse solo la exageración, hay que tratar de dar con el origen del mal. Se hará una excursión a la lengua inglesa para encontrar una explicación satisfactoria a esta antipática composición.

En los Estados Unidos fabrican unos automóviles deportivos de dos puertas con poderosos motores diseñados para altas características de funcionamiento por su potencia, a esas máquinas se las conoce en anglosajón con el nombre de muscle car.

Se ha observado últimamente que algunos hispanohablantes utilizan el vocablo músculo con la intención de llevar a quien escucha la idea de algún tipo de “fuerza”. De esta suerte se ha oído a algunas personas calificar a algunos políticos diciendo que tienen músculo para denotar con ello que tienen poder de convocatoria, poder de atracción, que atraen seguidores, que tienen ángel o que son carismáticos. En el país antes mencionado (EE.UU.) sí usan esta combinación political muscle para referirse a lo que acaba de exponerse.

De nuevo hay que ser muy audaz para aplicar el adjetivo musculoso a una cosa, en este caso a un vehículo automotor. La audacia llega hasta el punto de escribir que el auto “luce musculoso” que es un paso más hacia el abismo.

Hubiese sido de mejor gusto español haber escrito que el carro se veía fuerte, de líneas que reflejaban fortaleza o cualquier otra solución que sugiriera una imaginación bien cultivada en los linderos del español auténtico.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *