HALCÓN

“los ideólogos más extremistas y los HALCONES  más belicosos, ya ubicados…”

Este uso de HALCÓN, procede del inglés, como era de esperarse. En el sentido figurado que se le reconoce en inglés a la palabra “hawk”, es “la persona que tiene una postura militante y aboga por respuesta inmediata de fuerza, especialmente un partidario de la política belicosa”.

En español los halcones hasta ahora son sólo las aves y de este tronco derivan algunos vocablos que abundan sobre el tema.

Para la persona que se conduce de modo parecido al “hawk” del inglés, un diccionario de neologismos propone como definición para el español, la que se copia a continuación, “persona que adopta actitudes intransigentes y que es partidaria del uso de la fuerza para solucionar un conflicto: los halcones del régimen dictatorial ”.

En México, según Brian Steel, en su “Diccionario de americanismos”, halcón es “el matón a sueldo del Gobierno”. A manera de ejemplo cita un uso de E.  Poniatowska, en su libro “Fuerte es el silencio”, publicado en el año 1983.

En el mismo orden de ideas se usa la palabra “paloma”, para significar que se es pacifista, o partidario de resolver los diferendos a través de negociaciones, es decir, sin recurso a la agresión belicista. Esta acepción no está completamente desligada del genio de la lengua española, pues en nuestra lengua la Academia admite que en sentido figurado, paloma es la “persona de genio apacible y quieto”.

Aún guardo los recuerdos cuando por primera vez leí la oposición “faucon-colombe” en el diario parisino Le Monde, en el 1966, a propósito de la guerra de Vietnam. En francés, como en español, en literatura se ha retenido a la paloma como símbolo de “ternura, pureza, de paz”. Es de seguro conocido de muchos de los lectores la representación de la paz que hizo el genio de la pintura universal Pablo Picasso, cuando representó la paz como una paloma para un congreso de los años cincuenta. En francés se puede oponer la paloma no sólo al halcón (faucon), sino también a “l´épervier”.

De acuerdo con lo recogido por unos estudiosos franceses, la primera vez que se documentó en inglés este uso fue en 1962, por los periodistas norteamericanos Alsopp y Barlett con motivo de la crisis de Cuba.

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