ENERVAR

“Son individuos que actúan irresponsable, arbitraria y descortésmente. Con sus modales y acciones contribuyen al caos, que ENERVA a los que intentamos ser respetuosos y vivir en armonía con los demás.”
El verbo enervar tiene una larga historia en el español. Ha pasado por variadas acepciones. En esta sección se tratará de trazar la historia del verbo para entender su recorrido a través del español y su valor actual.

Este verbo no siempre ha tenido el mismo significado en español aun cuando en otras lenguas ha sido más coherente en sus significados.

En el Diccionario de la Lengua Española de la RAE de 1970, el verbo del título solo aparecía con dos acepciones. La primera era la de debilitar, quitar las fuerzas; y la segunda con el contenido de debilitar la fuerza de las razones o argumentos. En ambos casos era posible usar el verbo en funciones pronominales.

Las vicisitudes del verbo provinieron al principio del campo del francés. Ya en 1915 D. Atalo Castañs publicó un libro con el título Galicismos, barbarismos, hispanismos. En esa obra consideraba que enervar era un galicismo que debía traducirse por: “quemar los tendones; debilitar; excitar, dar grima, impacientar, etc.” Por la fecha de impresión del libro puede deducirse que la intromisión del verbo en español es de larga data.

En la edición vigésima primera del DRAE, 1992, en la tercera y nueva acepción aparece: “poner nervioso”. La RAE se toma la molestia de añadir que utilizado como verbo pronominal es un galicismo frecuente. Ya en la edición siguiente no aparece ese comentario.

En francés el verbo ha ido evolucionando también. Desde el año 1897 es “excitar, poner nervioso”. En sus funciones pronominales es “tornarse más nervioso, agitado”. En esa lengua se lo usa a la par que excitar, perder la sangre fría, estar ansioso.

En inglés el verbo ha quedado rezagado a su sencillez original. Significa reducir el vigor mental o moral; disminuir la vitalidad o fortaleza.

En la actualidad en inglés el verbo en cuestión se admite con el valor de “irritar, molestar” eso constituye una falsa amistad entre los dos verbos en ambas lenguas, francés-inglés. En buen angloamericano deberían usarse to upset, to irritate, para que el mensaje fuese fiel a la lengua de Shakespeare.

Si se relee el pasaje reproducido al principio de esta sección se notará que el columnista coloca el verbo en español con un significado que no posee en esa lengua porque a lo que se refiere es a que “irrita o molesta” a los que intentamos ser respetuosos y vivir en armonía.

Vaya usted a saber cómo llegó este galicismo a conocimiento del periodista. En realidad la forma en cómo llegó no es lo importante sino enmendar la pifia y encaminar los esfuerzos a fin de que no se haga frecuente este disparate desorientador.

LEVANTAR

“. . .en algunos casos de alta población latina, durante varios días para LEVANTAR infracciones de tráfico y de otro tipo y arrestar a los infractores.”

En un caso como el que presenta este verbo en este lugar se le hace la tarea difícil al estudioso del lenguaje porque a todas luces el verbo se presenta fuera de su contexto. No hay explicación válida que haga posible explicar el origen de la “metida de pata”.

El verbo levantar consta de 34 acepciones en el diccionario oficial de la RAE. Como el verbo es tan prolífico se hace muy engorroso tratar de reducir o reproducir los significados del verbo en una sección como esta que por vocación debe ser corta.

La única hipótesis plausible es pensar que el verbo levantar en esta redacción se lo toma con el sentido de “recabar datos acerca de un hecho o de una situación” que es una de las acepciones que asienta el DAA y la reconoce de uso en México, Nicaragua, Ecuador y Paraguay. Ha de tenerse en cuenta que ese mismo diccionario coloca en el registro popular esta utilización del verbo.

La única explicación posible para que este verbo se haya inmiscuido en el español de algunos países con este significado es que haya llegado allí por influencia del francés. Esta se reconoce como una explicación aventurada pero se propone a falta de una mejor.

En francés el verbo dresser es levantar, alzar, erguir. También es redactar un acta, una lista, un contrato. De allí puede que salga redactar (levantar) una constatación de una infracción que luego sirve como prueba para que el infractor se presente ante el tribunal o, en su defecto haga el pago correspondiente sin negar los hechos.

Algún diccionario español-francés-español ofrece como traducción de dresser del francés este “levantar” del español para los casos que se mencionaron más arriba.

CIVILIZATORIO

“Yo creo que uno de los grandes avances CIVILIZATORIOS de la humanidad será cuando logremos que los negocios privados dedicados a la comunicación sean la excepción y no la regla.”

Son muchas las voces que se emplean en el diario acontecer que no pertenecen al español general. Esta manera de actuar y sobre todo de hablar es un producto de la interacción entre hablantes de un dialecto.

La comunicación entre los hablantes permanece perfecta aunque otros hablantes del español no logren comprender la totalidad del mensaje transmitido mediante este español. No puede criticarse este modo de comunicación establecido en una comunidad de hispanohablantes.

Se llega a este modo de comunicación a través del uso constante, del reconocimiento que los hablantes hacen de las palabras y expresiones. El tiempo y el uso son los que en realidad otorgan la carta de naturaleza a esas voces que transitan en un territorio delimitado.

Con respecto al vocablo que figura a manera de título en esta sección, uno no sabe si es una manera aceptada de expresarse o es la creación de un individuo que trata de generar una palabra nueva porque no encuentra satisfacción en el español general para la idea que tiene del asunto y desea expresar eso por escrito.

EQUIPAJE

“R., el titular, también tiene su EQUIPAJE. Es objeto de una investigación estatal y federal en relación con un pago secreto de. . .”

La primera vez que se encontró el término del título empleado de esa manera no se pudo escribir la sección porque no pudo darse con una buena explicación acerca de este uso. Esta es la segunda vez que se posan los ojos sobre la misma palabra y en esta ocasión se emprendió una búsqueda más exhaustiva. La explicación acerca del uso viene más abajo.

Aunque parezca ocioso hacerlo se repasarán las acepciones para el vocablo equipaje en español. No hay secreto en las acepciones. El equipaje es el conjunto de cosas que se llevan en un viaje. Es el conjunto de ropas y cosas de uso particular de una persona. Por último es la tripulación de una embarcación o aparato de locomoción aérea que se ocupan de su maniobra y servicio.

Después de vaciar estos significados cabe que uno se haga la pregunta sobre cómo es que encaja el equipaje una vez definido con la oración que se copió más arriba. Para entender el enredo habrá que recurrir una vez más al diccionario de la lengua inglesa.

Además de las nociones compartidas con el español la palabra baggage del inglés trae una muy interesante que proyecta luz sobre el asunto tratado en esta sección. Ese baggage son “las cosas, como objetos, circunstancias o creencias que se interponen en el camino” y luego el diccionario de lengua inglesa coloca una palabra del latín después de la definición: impedimenta. Hay que entender el concepto del inglés como las “cosas intangibles” tales como los sentimientos, de allí que en inglés se hable del emotional baggage.

La palabra del latín es conocida en el español académico. En esa condición consta en el DRAE definida como el bagaje que suele llevar la tropa, e impide la celeridad de las marchas y operaciones. Se subrayó esta parte porque allí reposa la clave para entender el asunto. No ha de olvidarse que esta impedimenta no forma parte de la definición del español.

Ya se encontró la piedra sobre la cual tropezó el periodista cuando escribió en español su artículo e incluyó esta perla. Hay que reconocer que no fue de fácil solución el acertijo que desencadenó el encuentro con el vocablo del título.

AFRONTAR – CONFRONTAR

“. . .no ofrecer conferencias de prensa sino información a través de actos públicos, CONFRONTAR cada crítica o demandar judicialmente contra ellas. . .”

Parece que no es ocioso ocuparse de los dos verbos del título porque no siempre pueden sustituirse uno por otro, es decir, usar uno u otro como si fuesen sinónimos. Se enumerarán las similitudes y se subrayarán las diferencias.

Afrontar es poner cara a cara; hacer frente al enemigo; hacer cara a un peligro, problema o situación comprometida. Confrontar a su vez es carear una persona con otra; cotejar una cosa con otra, especialmente escritos; en el caso de una persona o cosa es estar o ponerse frente a otra. En ambos casos se dejaron fuera las significaciones caídas en desuso o antiguas.

Después de leer las acepciones que corresponden a los dos verbos se hace necesario volver a leer la cita que se transcribió para determinar si el uso es justo y adecuando. Hay que recordar que en el mejor de los casos la persona que “confronta” la crítica lo que hace es que la coteja con otros escritos o con otras críticas.

Parece más acertado en el caso de la oración citada utilizar el verbo “afrontar” porque sirve para hacer cara a un problema o situación comprometidos. Es darle la cara a la crítica, no rehuirla. Leído con la mejor voluntad posible el pasaje transcrito vale para expresar que la persona se pone frente a la crítica. Naturalmente eso no es lo que deseó dar a entender el redactor.

Aquí erró el redactor. Debió usar afrontar o enfrentar que es plantarle cara a la situación difícil. Habrá que rogarle a algún santo específico para que ilumine estos redactores y les guíe los dedos y el cerebro para que no confundan los vocablos con tanta frecuencia.

Antes de cerrar esta sección resulta saludable recordar que enfrentar es sinónimo de afrontar en los casos de poner frente a frente; hacer frente al enemigo; hacer cara a un peligro.

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