DECONSTRUCCIÓN
“. . . rebasa con creces el ya cansado concepto de Nuevo Latino o Pan Latino para ubicarse en el entorno sutil de la DECONSTRUCCIÓN.
El término sometido a estudio en esta sección es nuevo en la lengua española. Procede del francés, lengua en la que cobró notoriedad en los años de la década del setenta, más específicamente en el 1973. Con su incorporación en el diccionario de la Academia de 2001, se le aceptó oficialmente por ser una necesidad de actualización.
De acuerdo con lo que los académicos de la lengua entienden, además de ser la acción del verbo deconstruir, es “el desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades”. Al principio de su significado la Academia consigna que este concepto pertenece al campo de la filosofía.
La extrapolación que hizo el periodista es muy grande, pues ha utilizado un concepto filosófico para llevarlo al pedestre terreno de la panificación. Este tipo de ejercicio hace pensar que el autor es un aficionado a la filosofía, o en su defecto usa un vocablo porque está de moda, sin detenerse a pensar en su verdadero valor.
Hay que admirar la capacidad de síntesis demostrada en la redacción de la definición del término, porque el concepto es mucho más complicado que lo expuesto por la Academia en su definición.
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