CUARTETO – LONGANIZA – *ESTELARIZAR

“Afligida por un devastador CUARTETO de huracanes que arruinó la cosecha de este verano. . .”

No es la primera vez ni será la última en que un hablante de español entiende que cuarteto es un grupo de cuatro. Que para que ese grupo de cuatro merezca el nombre de cuarteto no hace falta nada más que la suma de las unidades cuyo resultado sea equivalente a la cifra cuatro.

Los caminos que ha recorrido la palabra en el idioma español no permiten que se use el vocablo cuarteto para cualquier grupo de cuatro. El término deriva del italiano quartetto y posee tres significados en dos campos.

Es una combinación métrica de cuatro versos endecasílabos o de arte mayor, que conciertan en consonantes o asonantes. Esa es la significación del primer grupo.

En el segundo grupo entran los dos significados que tiene la voz en música. Es una composición para cantarse a cuatro voces diferentes o para tocarse por cuatro instrumentos distintos entre sí. Además es el conjunto de estas cuatro voces o instrumentos.

Aparte de esos significados indiscutibles que mantiene el término cuarteto no hay ningún otro significado que pueda alegar legitimidad por su origen o por su uso continuo.

Si los huracanes fueron cuatro esa temporada, no hay más remedio que mencionar la cifra y dejar en paz el resto. Fueron cuatro, pero no forman un cuarteto.

LONGANIZA

“. . .No se ha intimidado y lo mete todo en una suculenta LONGANIZA cinematográfica.”

La definición que la RAE escribe en su diccionario es un pálido reflejo del sabor de la longaniza que los dominicanos son capaces de preparar. Para esa institución la longaniza es “pedazo largo de tripa estrecha rellena de carne de cerdo picada y adobada”.

Tan pronto se lee la cita que figura al principio de esta sección, se percata el lector de que en el caso no se trata de utilizar la palabra en su sentido estricto, sino en sentido figurado.

Durante muchos años la longaniza no se expendía en República Dominicana pesada, sino medida. La medida que se usaba era la vara. “La vara es la distancia entre los extremos de los dedos pulgar y meñique de una mano extendida al máximo. Mide aproximadamente 9 pulgadas en hombre adulto”. Estos datos se toman del artículo “Pesos y medidas folklóricos de la R. D.” de José Antonio Cruz Brache, publicado en el número 1 de la “Revista dominicana de folklore”, marzo 1975.

El uso que se hace del vocablo longaniza en la cita no es conocido de las autoridades de la lengua. Si la autoridad lo conoce todavía no le ha abierto las puertas del diccionario mayor.

En República Dominicana una longaniza es una “enumeración larga”. En el criterio de Carlos Esteban Deive es “cuenta muy grande. Escrito muy prolijo”. Todo lo anterior es exacto.

Según parece los dominicanos no son los únicos que emplean el vocablo longaniza con el valor de “cuenta larga”. Los cubanos entienden que una longaniza es en “discurso o escrito muy largo, generalmente tedioso”. Este dato aparece en el “Diccionario del español de Cuba” de Haensch y Werner. Este concepto está corroborado en el “Diccionario mayor de cubanismos de José Sánchez-Boudy, 1999. Aquí el autor es más lato, escribe por longaniza: “cosa muy larga”.

Darío Espina Pérez en el “Diccionario de cubanismos”, 1972, sostiene que en sentido figurado longaniza es cosa muy larga, “tanto material como inmaterial”.

La longaniza mexicana tiene sabor. El concepto que describe el “Diccionario del español usual en México” (2002) es más completo. El diccionario de El Colegio de México sazona la longaniza con chiles, especias, ajos y vinagre. Por último indica ese diccionario que ese término se usa también para designar el pene.

La ampliación del significado que han hecho los dominicanos y los cubanos para la deliciosa longaniza y hacer de ella algo grande, largo y hasta tedioso en su sentido figurado tiene asidero lingüístico.

Si se revisa la definición de las autoridades de la lengua para la longaniza esta es “pedazo largo”; el resto viene luego. El uso de la palabra largo le imprime la característica que fue retenida por los hispanohablantes de esas dos islas antillanas.

*ESTELARIZAR

“. . .por su velocidad y efectividad hace recordar a A., quien ESTELARIZÓ con la. . .”

La cita se refiere a un pelotero aficionado que juega béisbol con un equipo de una universidad pública. Valga la aclaración para poner la cita en contexto.

No es la primera vez -ni será la última por desventura- que se lea algo parecido al verbo que inventó el redactor en esta reseña.

El vocablo que ha servido de base para crear el verbo que se destacó en la cita es “estelar”, que aunque termina es –ar no es un verbo.

De acuerdo con lo que registra el DRAE, estelar es lo relativo o perteneciente a las estrellas; algo que es extraordinario o de gran categoría. El redactor no anda lejos de las nociones o de la manera como se crean las nuevas palabras.

Estelar tiene relación con las estrellas. Un pelotero que se hace notar por sus buenas cualidades se convierte en una estrella. De ahí construyó su verbo el comentarista deportivo. Al final de cuenta no andaba tan lejos de los orígenes el periodista cuando forjó este verbo.

PAYOLA

“. . .la falta de oportunidades de grabación y promoción para los verdaderos talentos, el encarecimiento del precio del disco, la piratería y la PAYOLA. . .”

Aquí está la voz dominicana de viaje fuera de la República Dominicana. En playas extranjeras de mano de periodistas que no son nacionales dominicanos. Esa es una señal de que se exportó la voz, pues se piensa que el concepto se ha generado en el país dominicano.

La payola es un pago que se hace para “poner a tocar el disco de un cantante en una emisora de radio”. Esa palabra se usa “entre la gente de la farándula”. Las expresiones que se citan en este párrafo se copiaron del “Diccionario de dominicanismos” de C. E. Deive (2002).

Los artistas, promotores, apoderados y otros gestores de artistas pagan a los propietarios de emisoras o de espacios radiales para que hagan sonar el disco, la canción o el artista. Este “hacer sonar” se refiere a cederle espacio preferencial en las ondas radiales.

Conforme con lo que escriben Paulino y Castro en el “Diccionario de cultura y folklore dominicano” (2005), la payola trascendió las fronteras de la música y se internó ya en la política y los negocios. Se utiliza también el sistema de “pagar para hacer sonar” para promover políticos y productos.

Estos autores sostienen que este tipo de pago oculto e ilegal tuvo su origen en los años inmediatamente después de la muerte del dictador Rafael L. Trujillo.

La voz payola procede del inglés. Es un sustantivo y consta en el libro “Slang 5 000 modismos del inglés traducidos al español” de Daniel Hughes, 1977. Este autor coloca esa voz en la tercera parte de su libro que consagra a “los modismos modernos”.

La equivalencia que ofrece para el término es “mordida. Soborno”. Esta mordida, claro está, es la mexicana que es una dádiva para “lubricar engranajes”.

La originalidad de los dominicanos consistió en aplicarla a las actividades en la farándula, a la promoción radial. De allí pasó a las actividades políticas y los negocios si se acredita esta parte de la aseveración de Paulino y Castro.

El “Merriam-Webster´s collegiate dictionary”, 1998, registra la palabra. Señala que tuvo su origen en 1938. Es un pago encubierto o indirecto (a un pincha-disco) para obtener un favor comercial (promover un disco en particular). El vocablo proviene de “pay” (pago) y –ola como en Pianola que es una marca de fábrica.

CORRER

“No obstante, el que se haya CORRIDO la fecha no significa que haya aumentado el número de días. . .”

El verbo correr soporta muchos significados diferentes en lengua española. En el DRAE consta con muchos de ellos. En el español hablado también tiene otras significaciones que no aparecen en el diccionario oficial de la lengua. Aquí se repasarán algunos usos propios de ciertos países que aún no se consignan en el lexicón mayor de la lengua.

En el diccionario de la Academia no se encuentra ninguna acepción que sirva de apoyo para el uso que se hace del verbo correr en el texto que se copió al principio de esta sección.

En el diccionario de la RAE las acepciones reconocidas para el verbo estudiado ocupan casi una columna completa. Eso significa que es un verbo con muchas acepciones. Esos significados son de índole muy diversa también.

En la República Dominicana el verbo posee una significación que debe ser considerada un dominicanismo. La recogió Rodríguez Demorizi en “Del vocabulario dominicano”, 1983. El incansable investigador dominicano consigna en ese libro que correr es “burlar”.

Este dominicanismo se parece a una de las acepciones del verbo que contabiliza la Real Academia, “avergonzar y confundir”. Esto así porque a la persona objeto de la burla se la “confunde” con el cuento, la historia o la actuación.

No hay duda alguna de que este dominicanismo es veraz. Se recuerda con claridad el uso. A una persona la corrían cuando le jugaban una mala pasada, o cuando le contaban una historia y el oyente creía que lo que oía era real. Esos eran los casos en que con mayor frecuencia se usaba el verbo correr.

No se usaba el verbo para los engaños mayores, para las estafas o asuntos de ese género. Eran más bien situaciones creadas para burlarse de quien era objeto del juego, la mentira, el cuento u otro recurso semejante.

En México y Venezuela correr es “echar fuera a uno sin miramiento”. De este modo lo escribe Segundo Barroeta en el “Diccionario de términos iberoamericanos”, 1996. En esta obra se lee también que en Argentina correr es “atemorizarlo a uno con amenaza fingida”.

En México el término es prolífico en significados. El verbo mantiene otros valores en ese país. Entre esos: “acobardarse, funcionar”. Estos dos usos aparecen en el “Diccionario bilingüe de mexicanismos” de Bernard H. Hamel (2002) con sus equivalentes en inglés. Este funcionar se refiere a que “opera” un sistema, como por ejemplo el de trenes o autobuses.

En el “Diccionario del español usual en México” consta el verbo correr como “moverse o transmitirse algo por un conducto”. Ejemplo: “Corre la sangre por las venas”. Además hay otro caso que no está claramente definido en el diccionario de la RAE. Se trata del significado: “exponerse de cierta manera a un acontecimiento”. Ejemplo: “Correr con suerte”.

El diccionario Moliner contribuye algunos usos establecidos en la lengua. Entre otros hay que destacar “ir de prisa en cualquier actividad”. Otro uso “Anticiparse, o apresurarse: hacer o querer hacer algo antes del momento oportuno o más de prisa de lo conveniente”. Este otro: “Apresurarse a hacer la cosa que se expresa”.

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