ACONSEJAR A – ACONSEJAR PARA – ACONSEJAR QUE

“…que no piensan aconsejar A su cliente A que firme…”

En este ejemplo la primera A es legítima, mas la segunda no tiene sitio allí.

El primero de las tres partes del título, se emplea con la preposición A cuando el consejo se le provee a una persona.

En el segundo caso, con “para”, la preposición obedece a que con el consejo mismo se pretende que la persona actúe de la manera aconsejada, con el fin manifiesto de alcanzar o lograr algo.

En el tercer y último caso, la enunciación es más neutra, pero en este caso rige el subjuntivo del verbo para la acción que continúa. En los tiempos que corren (vuelan), la mayoría de las veces las personas se olvidan del subjuntivo y se las arreglan para evitarlo.

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