SONIDISTA – ESCOPETA – PÓLIZA – TECHADOR – *TECHERO – RENTAR
Es obvio que el propósito en esta sección es tocar el punto de la voz sobrepujada en la cita que se encuentra al principio de esta sección.
La vida moderna con sus nuevas actividades, especialidades y subespecialidades obliga a la lengua a admitir nuevas denominaciones para esa nuevas “profesiones”.
El proceso que recorre una nueva voz a veces es largo medido de acuerdo con la vida de una persona, pero es mínimo si se tiene en cuenta la duración y evolución de una lengua.
La palabra sonidista, sonidismo y otras de la misma especie se desprenden de especializaciones que ocurren en las actividades técnicas de los humanos. En la actualidad hay muchas profesiones que los hombres y mujeres del pasado no sospecharon que pudiesen desarrollarse.
Dependiendo de quien escriba o defina la profesión del sonidista, la acepción será redactada de manera diferente. El campo de actividad de este técnico se circunscribe a lo relativo al sonido. Naturalmente, se trata de los sonidos controlados por medios electrónicos. Con mayor precisión se ocupa de los sonidos de los instrumentos musicales y de la voz humana. En gran medida lo que hace este técnico es que gradúa esos sonidos para acomodarlos a las circunstancias de lugar.
Casi siempre se observa este técnico trabajando en los sitios donde se hacen presentaciones artísticas, donde hay coincidencia de música, canto, espectáculo y luces; aunque a veces desempeña sus labores en otros tipos de actos públicos o privados.
Al estudiar esta voz hay que retrotraerse a la época en que comenzaron a trabajar los primeros especialistas en luminotécnica, a quienes se les bautizó luminotécnicos; pues bien, en la actualidad ya esa voz aparece consagrada en el DRAE.
Es probable que un día no muy lejano la voz sonidista venga bendecida por las autoridades para satisfacer una necesidad de la vida moderna. No vale la pena levantar las armas para oponerse a un vocablo que debe su existencia a una nueva necesidad.
ESCOPETA
“En las últimas dos semanas, dos hombres en el área de S… recibieron disparos de una escopeta de aire comprimido desde un. . .”
No les quepa dudas, se examinará aquí el significado estricto del término escopeta en esta sección. Se comparará la acepción de este vocablo con otras palabras de la misma familia de uso como rifle y carabina. Se mencionará el uso de las palabras mencionadas en la República Dominicana, para tratar de encontrar las diferencias de uso comparado con el uso general, si es que las hay.
Todo anda bien con respecto al uso de las escopetas y la definición que para el arma suministra el diccionario mayor de la lengua. El asunto se complica cuando las autoridades de la lengua entienden que una escopeta puede ser de aire comprimido.
No hay que ser un entendido en materia de armas para saber que en el lenguaje dominicano las escopetas utilizan pólvora para impulsar las municiones. La escopeta dominicana usa cartuchos con fulminante, pólvora y municiones.
Las palabras que emplea el DRAE no se avienen muy bien con la realidad dominicana actual. Escribe esa corporación madrileña que la escopeta es “arma de fuego portátil. . . que suele usarse para cazar”. Se afirma aquí que no se avienen bien estas palabras porque en la actualidad hay más escopetas que se usan para defensa personal o de propiedades que para la cacería.
Hasta donde lo entendía el autor de estos comentarios, un arma de fuego era o es una cuyo proyectil se dispara por medio de una explosión producida con ayuda de pólvora. En el caso de la escopeta de los académicos el impulso lo provee hasta el aire comprimido.
En la República Dominicana el vocablo que se oye que se usa para el arma de aire comprimido es rifle, y a veces fusil. Por la definición de la Academia la palabra fusil no encaja con el de aire comprimido. El rifle según los términos de los académicos es un “fusil rayado de procedencia norteamericana”.
Si se investiga a qué se refiere este rayado no se encuentra buena razón en el diccionario mismo de los académicos porque para el verbo rayar no hay nada que satisfaga para este contexto. Es probable que se refieran los académicos a las estrías internas que se hacen en los cañones de los rifles o fusiles. Por oposición a estas dos armas mencionadas, las escopetas no se fabrican con estrías en el interior de los cañones. No son armas para tiros o disparos de precisión.
No hay duda, con respecto a este punto cada país manifestará sus preferencias usando una u otra de las palabras mencionadas antes para el arma de aire comprimido. ¡Dios bendiga la diversidad!
PÓLIZA
“Alerta a consumidores por PÓLIZAS de devolución.”
La cita corresponde a un título a todo lo largo de la página de un periódico. Esta póliza aquí se parece a un fantasma que persigue a las personas que son supuestamente bilingües. Quien redactó aquí sucumbió al acoso del fantasma de las dos lenguas.
Antes de entrar en materia se va a delinear el plan que se desplegará para demostrar el error en que se incurrió aquí. Se verá lo que póliza significa en el español legítimo. Más adelante se verá lo que la voz inglesa policy significa en esa lengua, pero solo en lo que concierne al punto tratado aquí. Luego se verá cuál es la solución que corresponde al caso del título de marras.
La palabra póliza cubre una gama de significados que van desde el contrato de seguro hasta el pasquín. En materia comercial es el documento del contrato de seguro, de fletamentos, de operaciones de bolsa y otras negociaciones comerciales. Es también el documento que ordena percibir o cobrar algún dinero. Es además el documento que certifica la legitimidad de géneros y mercancías, por oposición a las de contrabando. Es un sello suelto de impuesto sobre documentos.
En otras actividades la póliza es la papeleta de entrada para una función. Por último, es el pasquín, papel anónimo o cartel clandestino. Como se señaló al principio este vocablo cuenta con más acepciones que las que se le reconocen en la vida diaria. Las acepciones para esta palabra no han variado desde el año 1970, es decir, por más de 40 años. Ahí termina lo que entienden las autoridades formales de la lengua para este término.
Las acepciones que posee el término en asuntos comerciales proceden del italiano polizza que es una modificación del latín apodixa que significaba recibo, como comprobante de recepción. Esta influencia data de la época en la que los italianos eran “los grandes banqueros y comerciantes del mundo”. Las palabras entrecomilladas pertenecen a HumbertoToscano, sacadas de su libro Hablemos del lenguaje, 1965.
La voz inglesa policy posee las significaciones de la póliza y la política del español. Hay que anotar enseguida que los dos vocablos del español recién mencionados aparecerán enmendados en la próxima edición del DRAE. Vendrán con una selección racional por división de tema.
En algunos casos, como el presente, la traducción para la voz policy debe ser norma y, en ese caso debe evitarse la palabra “alerta” que figura en la cita y cambiarla por aviso. Al final hay que redactar de nuevo el título del texto completo.
Como muy bien lo expone A. Torrents dels Prats en su Diccionario de dificultades del inglés, 1976, el concepto de las normas en este caso son a las “que una persona o entidad se propone ajustar sus actividades en un campo determinado”. Son los principios por los que regirá su comportamiento en casos determinados, piensa el autor de estos comentarios.
TECHADOR – *TECHERO
“. . .se enfrenta ahora a una seria escasez de TECHEROS, carpinteros y otros trabajadores de la construcción que hacen falta para ayudar a reconstruir. . .”
La terminación –ERO en español sirve en muchos casos para formar el nombre de la persona que se dedica a una actividad determinada por la primera parte de la palabra así formada. Un ejemplo de esto que se mienta se encuentra en la cita que se utiliza para introducir el tema: es el término carpintero.
Esta terminación añadida aquí (-ero) se la usa para nombrar profesiones. En este caso se hace para mentar a la persona que se dedica a la actividad de construir o reparar techos. Generalmente el sufijo se junta con la raíz de la profesión para indicar el trabajo que desempeña la persona. Así se puede apreciar al cocinero que trabaja en la cocina. En los casos en que la persona es del sexo femenino la terminación o sufijo se acomoda y se hace -ERA., cocinera.
Son muchas las palabras que se han formado de este modo en español. Aquí van unos ejemplos tomados del libro Guide to Spanish suffixes, de Dorothy Devney, 1975. Banquero, barbero, carnicero, fontanero, granjero, lechero, marinero, mensajero, relojero, vaquero y zapatero.
No obstante la gran cantidad de palabras que existen en español formadas de la manera en que lo hizo el redactor, la suya, *techero, no ha logrado la constancia en el uso que la avale para lograr su entrada en el seno de la lengua oficial.
El vocablo de uso común en el habla de los castellanohablantes es techador que se usa para designar al “operario que se dedica a techar”.
RENTAR
“. . .para leer sobre variados temas, desde los costos, requisitos y condiciones para RENTAR vivienda en el sur. . .”
Hace ya largo tiempo que se escucha y se lee como en este caso que las viviendas “se rentan”. Es obvio que aquí utilizan el verbo “rentar” para significar alquilar.
En el español de los Estados Unidos esa es la voz que se usa más. Es más frecuente que alquilar. Muy probablemente se debe al hecho de que en inglés el verbo que corresponde al español alquilar es to rent. Lo que han hecho es colocarle una terminación de verbo español al verbo inglés para que termine hispanizado.
Uno de los inconvenientes que tiene el verbo rentar en español es que sí existe, por lo tanto cuando quien lo usa lo escribe, no hay ninguna señal enviada por el corrector automático del computador que le avise del empleo impropio de una palabra ajena a la lengua española.
En República Dominicana se usa menos que en otros países. Es de mayor uso el participio “rentada”. Se puede oír acerca de alguien que “vive en casa *rentada”, para dar a entender que vive en una casa por la cual paga alquiler, que no es de su propiedad.
Como se explicó más arriba este verbo es una intrusión semántica “en una zona de significación perfectamente bien atendida por una palabra española”, como lo define D. Emilio Lorenzo en su obra Anglicismos hispánicos, 1996. Para el verbo del inglés se cuenta en español con los verbos alquilar y arrendar.
El verbo rentar es un verbo transitivo conocido en México donde se usa para “pagar o cobrar cierta cantidad de dinero por el uso temporal de algo, especialmente de una vivienda, alquilar”. La cita procede del Diccionario del español usual en México”, 2002.
Las generaciones futuras serán testigos de si este verbo espurio logra su incorporación a la lengua corriente.
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