*PRECIPITUD – COMO QUIERA – COMOQUIERA

“. . .debido a que la nacionalidad de la familia jugó un papel determinante en la PRECIPITUD con que se llevó a cabo la investigación y el arresto. . .”
Es muy cierto que hay que leerlo para creerlo. Algunos de los errores en los que incurren los redactores parecen salidos de las mentes de párvulos. Son tan pueriles que cuesta esfuerzo darle crédito a lo que se lee.

Este “precipitud” de la cita es un buen ejemplo de un error increíble. Hay que andar muy desorientado en el campo del idioma para incurrir en una fantasía semejante.

Por el contexto del texto citado se colige que el vocablo que deseaba emplear el redactor era “precipitación”, que para el caso del ejemplo es la acción de precipitarse, apresurarse, obrar con irreflexión. Esta acción puede definirse así: “hacer algo con prisa excesiva y por ende exponerse a un resultado imperfecto o desfavorable”.

COMO QUIERA – COMOQUIERA

“COMO QUIERA que la mayor parte de los compradores son hombres, el concesionario creó una clase. . .”

Un texto como el que se copia aquí hace surgir muchas preguntas. La primera es relativa a la selección de “como quiera que”. Escrito en dos palabras separadas como en la cita, significa “de cualquier manera”.

El maestro Manuel Seco en su “Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española”, en la edición de 1998, sostiene que la combinación puede actuar como una conjunción y debe llevar un verbo en subjuntivo. En otras situaciones funciona como una conjunción causal y equivale a “dado que” o simplemente “como”.

En la cita el verbo figura en modo indicativo, por lo tanto es conjunción causal y forma parte de la proposición principal del párrafo del cual se extrajo.

El moderno “Diccionario panhispánico de dudas” que fue editado en 2005 concuerda con el calificativo que utiliza Seco para caracterizar el tipo de adverbio que “comoquiera” es, adverbio de modo, que significa “de cualquier manera”. Sugiere el Panhispánico que el adverbio en la actualidad sea escrito en una sola palabra, comoquiera.

Cuando se escribe o se dice “comoquiera que”, seguida de un verbo en indicativo, como consta el verbo en la cita, es una locución conjuntiva causal, que como se expuso antes tiene el sentido de “dado que, puesto que”.

La sugerencia del Panhispánico tiene una buena razón de ser. Si se usa “comoquiera”, en una sola palabra, se evitan confusiones, sobre todo en los casos en que a continuación le sigue “que” y un verbo en indicativo. La idea que se introduce con la locución se asimila más fácilmente.

*MINIMALIZAR

“. . .y su política de soborno social MINIMALIZARÁN a Venezuela y estremecerán el hemisferio.”

A veces los errores son simplemente tipográficos. Otras veces son productos de una mala pulsación en el teclado. “Por si las moscas”, no se dejará pasar este error para puntualizar algunos asuntos que guardan relación con la palabra ortografiada incorrectamente.

El verbo que existe en español para dar a entender la idea contraria a exagerar o hiperbolizar es el verbo “minimizar”. Fue un neologismo aceptado en el español culto que logró su inclusión en el seno del diccionario oficial de la lengua en la edición del 1992, si la memoria no falla.

Doña María Moliner en su “Diccionario de uso del español”, que es más que un diccionario de uso, expresa que ese verbo -minimizar- quizá procede del inglés “minimize”.

El DRAE en su redacción entiende que el verbo expresa “reducir lo más posible el tamaño de algo o quitarle importancia”. La señora Moliner, como siempre muy acertada, escribe que se usa con el significado de “tratar una cosa con frivolidad o como de menos importancia de la que en realidad tiene”.

En este verbo se percibe el elemento compositivo “mini” que desciende del latín “minimum” que significa “muy pequeño” y que en el habla moderna ha dado origen a muchas palabras -como prefijo- asentadas por el uso en el español de todos los días.

ACHICOPALADO

“ACHICOPALADO por la voracidad de un gasto impagable, pedirá un nuevo recorte en la producción.”

El adjetivo achicopalado ya es de uso general. Empezó como un mejicanismo que se propagó a toda América y de ahí al mundo. Los programas televisivos producidos en México y transmitidos en otros países lograron que la palabra se incorporara al léxico pasivo de todos los hispanohablantes.

Otro factor que contribuyó a la difusión del vocablo -y que lo impuso- fue el uso continuo en el habla de los mejicanos, así como el número de hablantes del español mexicano que vive dentro y fuera de México.

El verbo “achicopalarse” consta en el repertorio oficial de la lengua, y en el DRAE se señala que es de uso en El Salvador, Honduras y México.

La definición que ofrece la corporación madrileña de la lengua es esta: “achicarse (acobardarse)”. Desde el año 1942 aparece en el “Diccionario general de americanismos” de Santamaría con los significados de “abatirse, desanimarse, entristecerse en exceso; decaer el ánimo”. Apunta el lexicólogo que este verbo se aplica también a los animales y a las plantas. De acuerdo con Santamaría achicopalado equivalía a “abatido, agobiado, afligido”. Del verbo derivó el sustantivo masculino achicopalamiento, cuyo sentido se explica por sí mismo.

Las pequeñas diferencias que aparecen con respecto al verbo entre las fuentes utilizadas son interesantes, pues pueden deberse a una evolución en el uso del verbo que produce modificaciones en el sentido principal otorgado al verbo.

El “Diccionario práctico de americanismos” de la Editorial Everest, 1997, recoge el verbo achicopalarse con el sentido de “abatirse, desanimarse”.

El adjetivo achicopalado con una entrada individual figura en el “Diccionario bilingüe de mexicanismos” de Bernard H. Hamel, publicado en el año 2002. Sostiene este diccionario que es “abatido, desanimado, entristecido” (depressed, gloomy). Coincide de este modo con los diccionarios no oficiales citados antes. Este diccionario separa un lugar aparte también para achicopalamiento con el significado de “abatimiento, decaimiento (depression, despondency).

El diccionario de Hamel trae algo interesante. Recoge el infinitivo del verbo con la significación de “cohibir”; como verbo reflexivo amedentrarse”. El verbo es usado no solo en las conversaciones sino también en literatura. Hamel cita un párrafo de Carlos Fuentes, quien lo emplea en el libro “La región más transparente”.

En el último diccionario citado no se conforma el autor con mencionar los significados antes mencionados, sino que añade también que es “entristecerse con exceso”, tal y como lo hizo Santamaría más de cincuenta años antes.

*AVERAGE

“. . .para que supere su rendimiento su rendimiento a la ofensiva y sobrepase los .256 de AVERAGE del pasado año”.

Durante largos años se ha escuchado y leído la voz “average” en el español de la República Dominicana. Es de mucha utilidad en la jerga de los deportes, sobre todo en béisbol.

La voz del título no solo es de uso frecuente en las conversaciones y artículos acerca de deportes, sino que ha pasado a otros campos. Se la escucha y lee en las intervenciones de economistas.
Todas las personas que emplean la voz “average” lo hacen para expresar la misma idea, “promedio”.

Los dominicanos con toda certeza adoptaron este término del inglés, lengua en la cual se le emplea para los mismos fines que en español.

Hay que aclarar que el uso del vocablo no es exclusivo de los dominicanos, pues se han encontrado ejemplos de usos en otros países de América en béisbol y hasta en España en economía.

La palabra “average” en el ámbito del béisbol es “el promedio en el rendimiento de un jugador o un equipo en su actuación ofensiva o defensiva”. Así lo define Orlando Alba en el libro “Lengua y béisbol en la República Dominicana”, libro publicado en el año 2006.

En la actividad deportiva el autor recién mencionado ha documentado su uso en Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Nicaragua, Puerto Rico y Venezuela.

Durante muchos años el autor de estas apuntaciones sobre la lengua común (Roberto Guzmán), pensó que la voz “average” era de uso en francés. Ello así por el sonido y la construcción de la palabra misma. Parecía una adaptación fonética en español de un término francés.

Como se mencionó antes, el vocablo llegó al español desde el inglés. No obstante eso, el origen de éste es francés, desde donde pasó al inglés.

PILÓN

“. . .a un grupo de balseros que llegó a un PILÓN del antiguo puente de las Siete Millas”.

El pilón más conocido de los dominicanos era el que se usaba para descascarar. En ese pilón no se descascaraba, sino que se pilaba, pues ese era al verbo más frecuente en el habla rural dominicana. Ya los pilones destinados a ese uso constituyen más bien piezas de museo, o de decoración.

El pilón del texto es diferente. Con esa palabra se refieren a otra cosa que no se conoce con ese nombre, sino con uno semejante. En otras ocasiones han llamado a esa columna “pilote”, sin reparar en que el pilote es un madero rollizo armado frecuentemente de una punta de hierro que se hinca en tierra para consolidar los cimientos.

El pilón de la cita no es de madera, y sirve de soporte a una estructura construida sobre el agua, en el aire, esa estructura puede muy bien ser el puente a que se refiere el texto.

CONECTADO

“,. . .son un pequeño sector de la comunidad empresarial, pero muy ruidoso y políticamente CONECTADO.”

El verbo conectar tiene las acepciones que le son reconocidas por las autoridades de la lengua. Además de ésas, hay otras acepciones no asentadas aún en los diccionarios oficiales que tienen validez en el habla y sirven el propósito de comunicar ideas.

El verbo ha evolucionado en la Lengua Española. Comenzó con el significado puramente tecnológico, que se refería solamente a los sistemas mecánicos y eléctricos. De ahí pasó a “unir, enlazar, establecer relación, poner en comunicación”.

La última edición del DRAE el vocablo comenzó a evolucionar en el sentido en que lo usan los americanos. En su tercera acepción como verbo intransitivo es: “lograr una buena comunicación con alguien”.

El “Diccionario panhispánico de dudas” (DPD), indica que cuando se usa el verbo con el sentido de unirse, enlazar y establecer relación o poner en comunicación, se construye con complementos introducidos por “con” y “a”.

Después de lo escrito antes se hace necesario referir aquí el valor del “conectado” dominicano. Se dice que una persona está conectada o tiene conexiones en algunas esferas, cuando tiene influencias en esos sectores.

Las personas que son capaces de conseguir un empleo en el gobierno de turno son aquellas que están conectadas con alguien en las “altas esferas del gobierno”, como suelen decir comúnmente.

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