INCLUSIVE – PALO DE AGUA – NO DESPUÉS DE
Todo parece indicar que nunca se terminará de entender la diferencia entre la palabra del título y otras que se le asemejan.
En el apartado que le asigna la Real Academia en su diccionario al adverbio sometido a estudio en esta sección, sostiene que significa “incluyendo el último objeto nombrado”.
En el texto reproducido más arriba, para imprimirle sentido, lo que debió escribir la autora fue “incluso”, para que usado en el contexto desempeñe las funciones de “hasta, aun”. De este modo cuando se lee resulta así, “Los presupuestos para salarios pueden ser incluso más bajos que lo proyectado. . .“ Es lo mismo que escribir, “. . .pueden ser hasta más bajos. . .” De otra manera, “. . .pueden ser aun más bajos. . .”
La confusión entre los dos términos es muy vieja. La diferencia es sencilla. Lo que procede que se haga es que se aprenda bien -por lo menos uno de ellos- para que no se incurra en el error.
La redacción del Diccionario panhispánico de dudas ha matizado el asunto de la propiedad del uso. Ese diccionario acepta que se use el adverbio “inclusive” “con el mismo valor de adición enfática que el adverbio “incluso”.
PALO DE AGUA
“. . .el relevista que reemplazó a W. después del PALO DE AGUA, se apuntó la victoria al beneficiarse con la reacción ofensiva de su club.”
El espacio que le asigna la Academia a la palabra “palo” cubre más de una página. Son muchos los palos que tienen su origen en nuestra América. Uno que está asentado en la posición número doce del diccionario de la institución madrileña de la lengua es el que significa “daño o perjuicio” y que generalmente se usa con la ayuda de los verbos “dar, llevar o recibir”.
El “palo de agua” tiene larga historia en la América Morena. El palo en general ha dado origen a muchas expresiones en nuestra América. Una gran cantidad de árboles se conocen con el nombre de “palo de”, seguido del nombre que distingue ese árbol de los demás.
Muchas expresiones también se auxilian con el “palo” para ayudar a darles sentido y color a lo que se ampara en el palo. Un “palo” que no puede dejar de mencionarse es el que sirve de aumentativo en nuestra forma de hablar el español. Con este valor se acostumbra a destacar las cualidades de belleza de una mujer, “palo de mujer” o la valentía de un hombre, “palo de hombre”. Señala también el palo el tamaño del objeto del cual se habla. Entre las expresiones así formadas se integra el “palo de agua”. No es una simple lluvia, sino un aguacero, gran cantidad de agua caída.
Cuando el gran investigador Ángel Rosenblat ofreció una explicación para la proliferación del “palo” en América, se remontó a la época de la Conquista de América. Una de las explicaciones que ofrece es que los españoles durante la conquista andaban en procura de maderas cotizables. La segunda explicación tiene que ver con la vida marítima en la que árbol y palo son totalmente equivalentes. Él ofrece como ejemplo que la arboladura del barco está constituida por palos. Entre las expresiones formadas con los palos de América que él ofrece está el del título, “palo de agua”. Don Ángel cierra esa parte de su libro con el dicho popular: “No es lo mismo un palo de hombre que un hombre de palo”.
Son tantos los giros y expresiones formados con el auxilio del palo que podría prolongarse esta sección hasta más allá de lo tolerable. Aquí se cierra.
NO DESPUÉS DE
“Un acuerdo al que se llegó ayer con la fiscalía estatal le ordena renunciar NO DESPUÉS DEL 1ro. De agosto a su puesto de. . . “
En la vida son muchas las explicaciones que se ofrecen en sentido negativo. No hay razón alguna que justifique que para establecer una condición o plazo se recurra a todas las negaciones que interpretadas a contrario concluyen en una afirmación.
Este tipo de redacción debe evitarse a todo precio, porque en lugar de aclarar, muchas veces lo que hace es oscurecer el mensaje que se trata de comunicar. En lugar de entrar en las aclaraciones de lo que no es, es más sencillo y directo escribir o decir lo que es.
En el texto vaciado al principio de esta sección, lo que debió escribirse es que debe renunciar antes del día 1ro. de agosto, y ya está. Si es antes de esa fecha, se sobreentiende que no será después de ella. No hay lugar a equívocos. La claridad del mensaje impone que se utilice la afirmación.
NICHO
“. . .los resultados del estudio demuestran una vez más su éxito como NICHO de aerolíneas de precios económicos que actualmente son el segmento más vigoroso. . .”
Este dichoso “nicho” le salta a cada paso al lector en español. Está de moda en la jerga de los economistas, comerciantes y empresarios. Parece que se ha insertado en la lengua española para sentar en ella sus reales. Para entender a lo que se refiere el mentado “nicho”, hay que ir hasta el inglés, porque en español sigue siendo lo mismo.
En la lengua común de los hispanohablantes, el nicho es “la concavidad en el muro, para colocar en ella una estatua, un jarrón u otra cosa”. En los cementerios es la concavidad para colocar los cadáveres.
En inglés la voz niche significa “mercado especializado”. En esa lengua también es el sitio, empleo, condición o actividad en el cual una persona o cosa se desempeña mejor.
Cada vez que a un hispanohablante le parezca que va a utilizar la palabra del inglés, lo que debe hacer es pensar en español y usar un vocablo de nuestra lengua que convenga en el contexto. La línea aérea de la cita lo que encontró fue un “sitio” o las “condiciones” apropiadas para funcionar de modo ventajoso.
LA TORCIDA
“. . .para darle la victoria a Boca cuando la TORCIDA de Santos lastimaba sus gargantas implorando por un gol. . .”
En el ámbito de los deportes hay muchas palabras que han pasado a todos los idiomas. No hay que extrañarse si los académicos de la Real de Madrid se mantienen al tanto de los cambios en lo que atañe al fútbol, alias balompié. Siempre se le critica la lentitud que muestran con respecto al béisbol, por ejemplo, porque quizá es un deporte que ni siquiera llegan a entender.
Después de comentado lo anterior llama la atención que el término “torcida” no aparezca en el diccionario oficial de la lengua española. La noticia de la cual se copió la cita fue escrita acerca de un partido de fútbol que se escenificó en Sao Paulo. La localización es una pista que se utilizará más adelante para descifrar lo que el vocablo significa.
Nada en el diccionario completo del español ilumina con respecto al uso que se hace de la palabra en el texto citado. Los “torcidos” que constan en el diccionario son los que no observan buena conducta, así como las cosas que no son rectas, de donde se desprende el sentido anterior. En Costa Rica, México, Honduras, Nicaragua y América Central, se llama “torcido-a” a la persona que sufre desgracias sucesivas, se llama así al desafortunado. En consonancia con el concepto centroamericano antes apuntado se emplea en Guatemala el vocablo “torcidura”. Con este valor lo usó el premio Nóbel de Literatura de ese país en su libro El Señor Presidente.
Para dar con el sentido del término hay que llegar hasta el portugués de Brasil, no solo a la lengua portuguesa, sino a la gíria (=jerga) deportiva de ese país, en la que el torcedor es el fanático, el verbo torcer es vocear y alentar su equipo, de donde a torcida es la *fanaticada, los entusiastas, los seguidores.
No creo que sea prudente que se metan vocablos de otras lenguas en una reseña redactada en español, sobre todo términos de la lengua portuguesa, que aunque parecida a la nuestra en este caso se distanció del español.
OBTENER
“La mujer que OBTUVO una multa por un accidente que provocó la muerte de cinco personas, no compareció en la audiencia de ayer. . .”
El infinitivo del verbo conjugado en la cita, obtener, tiene significaciones muy bien mantenidas a través de la historia de la lengua. Con respecto a los límites y alcance de este verbo no debería titubearse porque ha sido constante.
El verbo significa “alcanzar, conseguir y lograr algo que se merece, solicita o pretende”. Es también “tener, conservar y mantener”. Por último es “fabricar o extraer un material o un producto con ciertas cosas o de cierta manera”.
En los casos en que a un conductor le imponen una multa, si bien es cierto que en la mayoría de los casos la merece, no es menos cierto que no maneja en procura de ella. No se acumula mérito para merecer este galardón impuesto por las autoridades. Las multas no se solicitan ni se pretenden.
En muchas ocasiones en el habla común lo que se expresa es que alguien recibe una multa. Le “dan” una multa. Se ha escuchado en muchas ocasiones que a alguien le “pegan” una multa. Cuando el conductor acepta la multa es porque no le queda más remedio que recibirla, pero eso no denota conformidad ni regocijo.
En muchos casos, se recurre a la voz pasiva encubierta introducida por el impersonal “se”, para dar a entender que a una conductora “se le impone una multa”.
Las multas no se solicitan ni se pretenden. Es un momento desagradable que se asimila porque no queda más remedio, porque no hay otra salida.
ENTRAR EN BARRENA
“Las recientes encuestas evidencian que tras una momentánea recuperación, el anacrónico régimen vuelve a CAER EN BARRENO en tanto que la oposición. . .”
El barreno y la barrena son la misma cosa. El masculino es de mayor tamaño que la femenina. Se dice que un avión entra en barrena cuando empieza a descender describiendo una espiral, por haber llegado a ser su velocidad inferior a la necesaria para mantenerse en el aire.
La Academia describe la acción de entrar en barrena así, “empezar a descender verticalmente y en giro, por faltarle, deliberadamente o por accidente, la velocidad mínima indispensable para sostenerse en el aire”.
La primera descripción de la caída en barreno es mejor que la segunda, pues parece más acertada la descripción con la ayuda de la espiral que la del giro. La parte de la cita que se copió de la Academia, donde dice “deliberadamente o por accidente”, no tiene relevancia para la tipificación del acto.
No obstante lo escrito en el párrafo precedente, no debe perderse de vista que se trata de la opinión de la autoridad consagrada, contra la de un simple mortal.
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