Quillarse, enllavado

Por Roberto E. Guzmán

QUILLARSE

“… el solo hecho de mencionarla hace que me QUILLE…”

El verbo quillarse es de reciente aparición en el léxico dominicano. Como ha sucedido con muchas otras voces nuevas esta tiene características que hacen pensar que proviene de los estratos jóvenes de hablantes de español dominicano.

El español dominicano conocía con anterioridad a este, el verbo transitivo quillar con el valor de, “Golpear y arrancar un fragmento a un objeto de vidrio”.

En el habla moderna quillado se utiliza en mayores ocasiones para transmitir la idea de que alguien está enfadado, molesto. Es un sentido del verbo que ha alcanzado más notoriedad, al punto de dar origen a “quille” que es la molestia o enfado mismo producido por la acción.

En el primer verbo transitivo quillar, la cosa que había sido golpeada y perdido un fragmento, se decía que estaba quillada. Hay que resaltar en este punto cómo el habla rápidamente acude a establecer diferencias al elegir dos palabras diferentes para distinguir los resultados del mismo verbo cuando este tiene sentidos distintos; cuando se trata de la persona, en el verbo intransitivo pronominal quillarse, la persona “tiene un quille”.

Es posible que cada persona reaccione de manera diferente al oír una palabra. Una parte de esta reacción proviene de conocimientos o experiencias anteriores en la vida propia. Esto es para destacar que el verbo quillar usado para golpear y arrancar un fragmento de un vidrio, se utilizaba también para los objetos con esmalte que perdían parte de este.

La reacción personal de quien escribe al oír el verbo quillar en su primera acepción era acerca de la imperfección de lo que se hablaba. El quillado afeaba la superficie al producir imperfección en el acabado de la superficie.

El verbo quillar(se) puede considerarse de aparición relativamente reciente en el español dominicano. Esto así si se toma como referencia que la primera mención en un lexicón dominicano es en el Diccionario del español dominicano (2013:580). Puede afirmarse que es una creación léxica del español dominicano, tanto por su formación como por su significado.

 

ENLLAVADO

“… oficiales de las FF.AA.  y de la Policía Nacional, ´bien ENLLAVADOS´ figuraban en varias nóminas…”

La búsqueda en las obras acerca del español dominicano relativas a la familia de voces “enllavado, enllavamiento, enllavadura, enllavar, enllave”, hace pensar que son de reciente aparición en el español dominicano. Hay más aún, se piensa que esas voces tuvieron su origen en el ámbito urbano, por oposición al rural.

Esta descendencia procreada por el verbo enllavar tiene su explicación. El enllavado es la relación establecida entre las personas. El enllavamiento es el resultado de la relación. La enllavadura es el trato o conexión. Enllavar es la acción de trabar el nexo. El enllave es cada una (agente) de las personas envueltas en este tipo de amistad.

Entre las obras que se han ocupado del vocabulario dominicano la primera que registra una voz emparentada con estas es Dominicanismos de Patín Maceo. La voz que trae esta obra es enllavar. Este verbo lo consigna de este modo, “Conseguir un empleo”.

Mediante la lectura de la acepción puede comprobarse la estrechez primera del significado. En las obras sucesivas el verbo y sus derivados ensancharon su campo de acción.

Enllave aparece en Del vocabulario dominicano (1983:104) con el valor de, “Compañero, cómplice. Camarada”. Para el verbo este autor repite lo que Patín Maceo había escrito antes.

Puede observarse que en los cuarenta años transcurridos entre una obra y otra apareció el nombre para la persona que ejerce o recibe la acción. Así mismo las personas involucradas en la relación de enllavadura pasan a ser compañeros, camaradas; y hasta cómplices como sugiere la cita en cabeza de este escrito.

Con este deslizamiento del uso la voz alcanza un cariz de envilecimiento del que carecía al principio. A la voz enllave Deive en su Diccionario de dominicanismos (2002:86) añade “persona influyente”. Es probable que este autor haya llegado a esta conclusión porque el sujeto de la acción es capaz de “conseguir un empleo”.

Más arriba se dejó entrever la posibilidad de que la voz hubiese nacido en los pueblos. Esta teoría se presenta porque la mayoría los “empleos” se generan en la estructura gubernamental de las instituciones públicas. El verbo conseguir en la primera definición de enllavar permite traslucir que la posición obtenida para otro se hace por la relación de amistad que implica el compañerismo, la camaradería.

La definición reciente del enllave la consigna el Diccionario de americanismos (2010), “Socio o persona de confianza que presta su ayuda para algún fin”. Echa de verse en la redacción de esta acepción que el enllave no solo se limita a conseguir empleo, sino “algún fin”. Por tanto, es más amplio el alcance de la influencia que un simple empleo.

En la misma dirección anterior se orienta el Diccionario del español dominicano (2013:288) cuando a la acepción anterior reconoce la confianza que existe entre las personas involucradas en la relación de enllaves, “persona de confianza”.

La evolución más reciente del concepto enllavadura la incluye el último diccionario citado cuando en la segunda acepción escribe, “Amigo, compañero inseparable”, con lo cual se colocó el acento sobre el sentimiento de afecto y confianza.

Alcanzado este punto puede repetirse la teoría que se avanzó en un artículo anterior a este que versó sobre el origen de estas voces. Se piensa que esta familia de voces deriva de la palabra llave. Es un vínculo creado, es un medio que asegura quitar estorbos o dificultades que se oponen a la consecución de un fin.

En la sociedad dominicana cada persona que vive en el seno de una comunidad, por fuerza de las circunstancias tiene sus enllaves de diferentes clases para fines distintos.

Estas voces estudiadas aquí se parecen mucho a una tendencia y práctica que existe en los países menos desarrollados políticamente, es la práctica del amiguismo que es la propensión a favorecer a los amigos a toda costa para cargos, privilegios y puestos.

Las voces examinadas en esta sección son creaciones léxicas del habla de los dominicanos. Solo los dominicanos cuentan con una voz, o varias, para denotar la trabazón de afecto y confianza que se han definido más arriba.

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