Abundancia de fallos de puntuación en la novela «Distinguida señora»

Por Rafael T. Rodríguez Molina

 

Hace unos días salió publicado en las ciberpáginas de la Academia Dominicana de la Lengua, uno de mis artículos  titulado “Problemas para usar bien la puntuación”. En la introducción del mismo se afirmaba que emplear con acierto la coma, el punto y coma, el punto y otros signos de puntuación, era algo difícil para escritores de diferentes  tipos de texto, sean estos ya publicados u  otros corregidos por mí antes de ser publicados o guardados en el computador.

Leyendo la novela Distinguida señora, de la autoría de Carmen Imbert Brugal, he constatado que a la autora de esa novela se le presentan esas mismas dificultades, ya sugeridas,  que dan sustento a la afirmación de que  a los escritores les es difícil emplear acertadamente los signos de puntuación. Habría que precisar que eso sucede, preponderantemente, con los escritores que no han realizado la carrera de letras.

El presente  artículo se va a centrar en el mal  uso que esta autora hace de la coma, el punto y coma y el punto. Para eso voy a seleccionar y presentar una muestra de 5 fragmentos tomados de cinco páginas (la 21, 91, 161, 204 y 226) en ese mismo orden de aparición, de la segunda edición aparecida en el año 1997.

A continuación copio los fragmentos. Después de cada fallo, entre paréntesis colocaré las posibilidades de  corrección, aplicando las normas que nos ofrece la lengua española, y otros posibles usos no sugeridos por la misma,  para el uso  de los signos de puntuación. En algunos casos se sugerirá  algún ajuste sintáctico como elemento de corrección.

  1. Texto de la página 21: Juan fue conmigo a despedir a Montero, (el punto y coma es lo mejor que se debe escribir en vez de la coma, aunque es aceptable el punto) él se fue solo, (en este caso caben las posibilidades del punto y coma o una “y” en lugar de la coma) la familia iría después. Nadie habló camino al aeropuerto, (aquí  se puede emplear el punto y coma o  y en vez de la coma) llegando a la terminal lo abracé.

_No me abandones _fue mi despedida, (punto y coma o “y” en sustitución de la coma)  él correspondió tiernamente. Dijo algo que nunca debió decir en presencia de Juan.

_Dejé el dinero en el armario, (; es lo que debe usarse en vez de esa coma) con eso te defiendes, (aquí  usar punto y coma o punto en lugar de la coma) también están los documentos de la casa. Habla con Cabrera, (el punto y coma  estaría bien empleado en sustitución de la coma y también aquí se puede mantener la coma si se añade  pues a continuación de la coma) él tiene un trabajo para ti. Piensa en la oferta del puertorriqueño, (; en lugar de esa coma y también  se pueden poner los dos puntos [:]) quiere que tú bailes, pero ten cuidado. Lo que te dejo es suficiente para pagar las deudas.

Juan extendió la mano, (;  o “y” en sustitución de la coma caben muy bien como posibilidades de corrección de la coma) se miraron de manera muy severa y prejuiciada.

El regreso fue peor, (se puede escribir punto o punto y coma en lugar de la coma) Juan se burló de ese hombre y no solo eso, (; en vez de la coma sería una buena puntuación; también cabe la posibilidad de añadir “sino que” después de la coma) me confesó su odio agregando que no descansaría hasta verlo muerto o desacreditado.

No entendía, pero tampoco quería averiguar mucho, (en vez  de esa coma se puede emplear  el punto o el punto y coma)  aún escuchaba a Montero decirme lo del dinero y la casa, (esa coma puede ser sustituida por punto y coma; la coma  se puede mantener si se cambia eso por lo cual) eso sí era importante para mí.

  1. Texto de la página 91: Me aprendí las grietas de las paredes, los desniveles del piso, las manchas de la humedad, (se puede emplear punto y coma en vez de la coma, pero creo que el punto es preferible al punto y coma) conocía los calderos, las hojas de los árboles, los ruidos domésticos. Cuando el teléfono sonaba me espantaba, (en sustitución de la coma puede usarse punto y coma y también la “y”) leía los diarios desde el principio hasta el final, ( aquí es preferible el punto en vez del punto y coma en vez de la coma) amplié, gracias a esta lectura, el conocimiento de personajes otrora parte de mi cotidianidad, (en lugar de la coma pude usarse el punto y coma o  un punto) ahora no los veía pero sabía de sus fiestas, de sus ventas, de los matrimonios de sus hijos, de las compañías que constituían. Los hijos venían poco, (es mejor una “y” en vez de la coma) algunos se sentían culpables, no sé por qué, (el punto y coma o también el punto serían buenos sustitutos de la coma)  a otros realmente no les importaba lo que ocurría y no querían escuchar lamentos y especulaciones sobre situaciones que no conocían bien.

El dinero no faltaba, (se puede usar el punto y coma, pero se puede mantener la coma si se añade “pues” después de la coma)  Francisco había acumulado una fortuna que se sostenía sola, (en sustitución de la coma puede emplearse el punto y coma y, además,  el punto)  yo fui creando mi patrimonio  y servía de testaferro en muchas operaciones familiares.

  1. Texto de la página 161: ¿Estás ahí?

_Sí (, aquí falta la coma primera del vocativo viejo)  viejo, aquí mismo.

Con las camas separadas se convenció, después de pruebas esporádicas, que nada cambiaría y que (después de ese que debería ponerse una coma)  si preguntaba ¿estás ahí?   y  yo no respondía (después de respondía debería colocarse otra coma)  se debía al sueño y nada le impedía seguir roncando. Mientras se convencía, descubrí que podía levantarme, disfrutar la noche y regresar a dormir modosita y tranquila. Lo hice poco a poco, (en lugar de esa coma se debe emplear el punto y coma o también la “y”)  los encantos de mis fugas fueron múltiples. El asombro  de los sirvientes me limitaba un tanto, (lo  mejor es emplear el punto y coma aunque también pudiera emplearse el punto) no podían entender, ni aceptar, que la doña se sentara con ellos, pidiera café y después se instara al menos ofensivo  a buscar una cerveza.

Me sentían y suspendían la conversación, bajaban el volumen del radio, escondían los jarros y los potes con ron. Yo les pasaba de largo, (sería lo mejor  emplear “y” en lugar de la coma, aunque también pudiera emplearse el punto y coma)  me sentaba debajo de un inmenso árbol de mango a fumar y a beber tranquilamente. Después de evaluar el entorno, les advertí que podían continuar sus actividades sin preocuparse por mí. Nos fuimos integrando sin proposición previa,  (la mejor solución es sustituir  esa coma  por un punto y coma) el encargado de comprarme la cerveza rompió el hielo.

  1. Texto de la página 204: Decidió entonces hacer cambios importantes circunscritos a su particular manera  de gobernar. Usó lo que tenía a mano, (; en vez de la coma estaría bien, aunque pudieran usarse también los  dos puntos)  sepultó a ese tipo de funcionario de corte lacayuno, útil en la medida de su abyección y sus culpas, (pudiera mantenerse la coma si se añade “y” después de esa coma) siempre dispuesto a todo. Del mismo modo rescató de la vergüenza del desafecto a los golpeados, (el punto y coma debería sustituir la coma) los conocía, (es mejor quitar esa coma y en su lugar poner “y” o escribir punto y coma) le servirían gustosos y genuflexos. Todos aceptaban, no importando lo efímero de cualquier mandato, (; en lugar de la coma estará bien) entre estos estaba Francisco ya inane, a punto de convertirse en una acémila gracias al destierro en aquella zona mostrenca.

Sintió cascabeles en las manos cuando un sudado y ajado telegrama le anunciaba su designación como ministro sin cartera. Esta, la cartera, poco importaba, (aquí debe usarse punto y coma  en vez de la coma o  escribir “pues” después de la coma) estaría en el mismo corazón del poder escuchando los latidos del omnipotente. Contaba y recontaba su alegría, (añadir una “y” después de la coma mejor que cambiarla por punto y coma) cómo impactó en horas sus años de alegría en aquel erial, (preferible poner punto en vez de la coma o del punto y coma)  estaba pleno, (punto y coma en lugar de la coma) así lo sentí cuando me llamó.

  1. Texto de la página 226: El cabo Rodríguez lo recogió, (escribir “y” en lugar de la coma) lo llevamos hasta la habitación. No cerraba los ojos, ni dejaba de convulsionar, (en ese caso punto y coma en vez de la coma) intentaba tocarme, (mantener la coma y añadir pero) no podía. El tumulto llegó  hasta la escalera, (escribir punto y coma  o “y” en lugar de la coma) después desapareció entre frenazos, luces, chirridos de goma. El cabo y yo nos quedamos con el viejo, (punto y coma sustituyendo la coma) los hijos no estaban, (punto y coma puede emplearse  en vez de la coma o una ”y”  quitando la coma) el rubio los llamó, (lo mejor es emplear punto y coma  en sustitución de la coma) yo quise que el obispo estuviera. No podía ordenar los pensamientos, ((está bien usar el punto y coma en lugar de la coma; también se puede mantener la coma cambiando el siguiente “no” por “ni”)  no podía entender cómo todos desaparecieron, (punto y coma  en vez de la coma o añadir “ni” después de la coma) cómo nadie consideró pertinente permanecer, aunque fuera por cortesía, en la casa, y conocer el estado de salud del anfitrión. Estaba aterrada con mi indecisión, (mantener la coma si se añade “pues”) ¡era tan fácil llamar al médico!, (lo mejor sería quitar esa coma y en su lugar poner “y”) detener lo que yo había provocado. Pero realmente ¿quería yo sanarlo, evitarle complicaciones irreparables? Me ocupaba un sentimiento de misericordia desconocido, casi lindando con la culpa, (escribir un punto y coma o mejor quedaría usar un punto en lugar de la coma) entonces lloré, tranquilamente.

Esos son los cinco fragmentos tomados para sustentar mi afirmación  de que  hay  abundancia de fallos de puntuación en esa novela de esa distinguida autora dominicana. Creo pertinente decir que si se pone punto en lugar de la coma, la siguiente palabra debe iniciarse con letra mayúscula.

Ante ese panorama de la abundancia de fallos en el empleo de algunos signos de puntuación, como la coma, el punto y coma y el punto- y la ausencia de algunos elementos sintácticos-creo que pueden plantearse varias hipótesis sobre esa realidad. Veamos las hipótesis:

  1. La autora de la novela no buscó un corrector de estilo creyendo que no hacía falta porque ella sabía emplear bien los signos de puntuación. Probablemente, así se lo comunicó a la Editora Amigo del  Hogar y por eso ellos no corrigieron ni la  coma más elemental, como la que falta al vocativo intercalado que aparece en el fragmento 3.
  2. La autora buscó un corrector de estilo, pero no conocía la competencia del mismo y, al creer en la capacidad del corrector, confió en que este realizaría bien su trabajo. Por la presencia abundante de errores queda demostrada la incompetencia de aquel.
  3. La Editora Amigo del Hogar no tenía a alguien competente que revisara el material que le entregó la autora, aunque ya hubiera sido corregido por un buen corrector de estilo, ya que  es parte de la  responsabilidad  de una  editora entregar la obra  sin errores.
  4. No se explica cómo Amigo del Hogar dejó que fuera puesta en circulación esa novela con tantos fallos de puntuación.
  5. Carmen Imbert Brugal no le dio aunque fuera un vistazo rápido a su obra antes de la impresión definitiva, creyendo que no era necesario confiada en la competencia de la casa editora, en su propia capacidad o en la del corrector de estilo.
  6. La novelista quiso lucir una propia y novedosa  forma de puntuación para impresionar a los lectores de su obra.

No sabemos cuál o cuáles de esas hipótesis originaron la existencia de la abundancia de desaciertos al emplear muchos de los signos de   puntuación que aparecen en esa novela-según mi criterio de conocedor de la sintaxis española- y cómo la sintaxis  influye a la hora de aplicar las reglas referentes a  los signos de puntuación. Y cuando se vaya a publicar un texto suyo, no importa la importancia del mismo, sea humilde y realista y busque a un competente corrector de estilo, ya que emplear correctamente  los signos de puntuación es algo difícil que, por lo general, solo pueden realizar competentemente los que han realizado la carrera de letras o han hecho un curso de redacción y sintaxis de la lengua española con un competente profesor de ese idioma.

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