Consideraciones acerca del gerundio

Por Domingo Caba Ramos

 

            «El gerundio se emplea muchas veces mal. Tan honda es la convicción de este hecho, que ha llegado a producir otro: el que muchos realicen denodados esfuerzos para eludir el gerundio al escribir, como quien se encontrase ante un paraje peligroso y prefiriera dar un rodeo con tal de no transitar por él. Pero el rodeo no es nunca buen procedimiento de escribir. Se puede navegar perfectamente entre escollos, conociendo cuáles son y dónde están»

González Ruiz

El gerundio es la forma verbal del infinitivo invariable. Junto con el infinitivo y el participio conforman las llamadas formas no personales del verbo, también conocidas con el nombre de verboides.  Se trata, el gerundio, de un verboide o derivado verbal que modifica al verbo como adverbio de modo. Desempeña el papel de adverbio y morfológicamente se reconoce porque termina en ando / iendo.

Tiene dos formas de expresión: una simple (Mi hermano está estudiando) y otra compuesta (Habiendo estudiado se fue a descansar)

En su forma simple, el gerundio indica que la acción no ha terminado, mira hacia el presente o comunica un carácter durativo a la frase.   Expresa, en otras palabras, una acción durativa e imperfecta (en desarrollo, no terminada) en coincidencia temporal con el verbo de la proposición principal. Una acción, en fin, que se ejecuta simultáneamente o inmediatamente anterior a la del verbo principal:

  1. Oyendo al profesor, tomaba apuntes en su libreta
  2. El muchacho entró corriendo.
  3. El señor salió dando golpes.
  4. Siguiendo sus instrucciones, se matriculó. 

En su forma compuesta, el gerundio expresa una acción perfecta (terminada) inmediatamente anterior a la del verbo principal: «Habiendo concluido, me llamó…»

El gerundio está aceptablemente empleado cuando la acción que expresa sucede antes o al mismo tiempo que la indicada por el verbo principal. Si por el contrario esa acción ocurre posterior a la acción expresada por dicho verbo, su empleo es inaceptable, como se aprecia en oraciones del tipo:

  1. a) «Redactó el acta, siendo aprobada por todos los miembros de la asamblea”»
  2. b) «Encontró una caja conteniendo dos libras de cocaína»
  3. c) «El preso escapó de la cárcel, siendo encontrado ocho días después»
  4. d) «El presidente asistió a la reunión, marchándose dos horas después»
  5. e) «Se intoxicó en la fiesta, muriendo una semana después»

 

En tales casos hubiera sido preferible escribir:

  1. «Redactó el acta y fue aprobada por todos los miembros de la asamblea»
  2. « Encontró una caja que contenía dos libras de cocaína»
  3. «El preso escapó de la cárcel y fue encontrado ocho días después»
  4. «El presidente asistió a la reunión y se marchó dos horas después»
  5. «Se intoxicó en la fiesta, y murió una semana después»

 

Tampoco se recomienda el uso del gerundio: 

  1. Para combinar los verbos ser y estar. Es lo que sucede en enunciados del tipo:«El informe está siendo redactado», en lugar de: «Se está redactando el informe…»
  2. Cuando la acción tiene carácter momentáneo o no durativo:«Le estamos incluyendo un cheque por la suma de…», en vez de: «Le incluimos un cheque por la suma de…»
  3. Cuando expresa cualidades o atributos personales permanentes: «La señora, siendo muy sabia, se mantuvo firme». Mejor:«La señora, que es muy sabia, se mantuvo firme»
  4. Cuando funciona como adjetivo calificativo: 
  1. «Ayer redacté el informe conteniendo los datos solicitados»
  2. «La directiva del club aprobó una moción modificando los estatutos»

 Preferible:

  1. «Ayer redacté el informe que contenía los datos solicitados»
  2. «La directiva del club aprobó una moción que modifica los estatutos» 

Su uso, en cambio, se recomienda o considera correcto:

  1. Cuando Expresa simultaneidad, esto es, cuando la acciones que expresa se producen al mismo tiempo o coexisten temporalmente con las del verbo principal:  a ) «Vi al policía maltratando al prisionero…», b) « En este momento observo a tu madre comprando en la farmacia», c) «Tu jefe entró gritando»
  1. Cuando expresa anterioridad. En este caso, la acción ocurre inmediatamente anterior a la del verbo principal : a) «Alzando la mano, la dejó caer sobre la mesa»,  b) « Corriendo se lastimó» 
  1. Cuando tiene como propósito explicar ( gerundio explicativo )  los motivos que impulsaron al sujeto a ejecutar la acción.« El niño, viendo que su madre no le hacía caso, se puso a gritar»
  1. Cuando expresa una acción con sentido durativo o matiz de continuidad.«Mi amigo está escribiendo…», «Yo sigo pensando…»
  2. Cuando indica una condición ( gerundio condicional ).- a) «Estudiando, saldrás bien los exámenes»  b) «Levantándote temprano, tendrás tiempo suficiente para terminar el trabajo»
  1. Cuando indica cómo se realiza la acción del verbo principal de la frase (gerundio modal). En tal caso, el gerundio constituye una oración subordinada de carácter adverbial : a ) « Mi hermano llegó cantando», b) «El niño salió corriendo»
  1. Cuando expresa causas ( gerundio causal ) «Habiendo terminado él su carrera, su padre lo envió a Europa…»

 

Ciertamente el empleo del gerundio entraña dificultades que se traducen en errores continuos, tanto en la comunicación oral como escrita ;  pero merced a esta realidad, de ningún modo, los usuarios de la lengua española debemos crear en torno a él una aura satánica que nos conduzca a proscribirlo de nuestra cotidiana práctica comunicativa. «No se trata, pues, de usar el gerundio a diestra y siniestra; pero tampoco de privarnos de los matice que nos permite imprimir en un texto por aquello de ‘ante la duda abstente’» – apunta al respecto la profesora e investigadora mexicana, Beatriz Escalante, en su libro “Curso de Redacción para escritores y periodistas” (2000, pág.119). 

El gerundio le imprime a la frase ricos y múltiples matices expresivos que no debemos soslayar ni desaprovechar. La clave no consiste en evadir su uso, eludirlo o declararle la guerra, sino en el cuidado que pongamos al emplearlo. Ese parece ser el sentir de Gonzalo Martín Vivaldi, (Curso de Redacción, 2000) al plantear que:

«… no usemos el gerundio cuando no estemos muy seguros de que su empleo es correcto. Siempre será posible recurrir a otra forma verbal.  Por ejemplo: en vez de: «Estando en la Base llegó la hora de partir”, podemos escribir: “Cuando estábamos en la Base, llegó la hora de partir” » (pág. 52).

¿Es lo mismo estar dormido que durmiendo?

«No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, porque no es lo mismo estar jodido que jodiendo»

El juicio aclarativo, emitido en un diálogo informal con una periodista, se le atribuye al afamado escritor, Premio Nobel de Literatura y académico español, Camilo José Cela (1916 – 2002). Y vale por cuanto son muchos los hispanohablantes que emplean verboides como los susodichos, “dormido” y “durmiendo”, para referirse a una misma realidad.  A tono con este planteamiento, no resulta extraño escuchar a una madre decir primero: «Mi hijo está dormido», mientras que minutos después se le escuchará informar: «Mi hijo está durmiendo».

Como podrá apreciarse, en cada caso la tierna madre ha querido afirmar exactamente lo mismo, pero empleando construcciones gramaticales diferentes. Y fueron construcciones semejantes a estas las que motivaron la observación del reputado novelista antes citado: “No es lo mismo estar dormido que durmiendo”.

Para entender el fenómeno, es necesario saber o no olvidar la función modificadora del participio y el gerundio. Este último, además de tener carácter adverbial, por cuanto su principal función consiste en modificar al verbo como adverbio de modo, tiene también carácter imperfectivo y durativo, esto es, entraña la idea de actividad, la acción nos la presenta inacabada o situada en tiempo presente. Merced a este rol gramatical, “estar durmiendo” significaría no haber terminado de dormir.

La acción de dormir está en proceso.

El participio, en cambio, funciona como adjetivo, apunta hacia el pasado y entraña la idea de pasividad, posee carácter perfectivo y la acción del verbo nos la presente como acabada o despojada de todo valor durativo. En virtud de esta idea, “estar dormido”, sería lo mismo que decir: ya se durmió, la acción de dormir terminó.

Diario Libre

13/8/2021

 

ERRORES Y CONFUSIONES EN EL USO DEL VERBO HABER

Es mucho lo que se ha escrito acerca de esta forma verbal, y, muy particularmente, sobre los errores que se cometen o de las confusiones en que se incurre al emplearla tanto en la lengua oral como escrita. Pero a pesar de todo, los errores continúan y las confusiones persisten.

Haber, vale recordar, es un verbo irregular procedente del latín ‘habere’, el cual originalmente se empleaba con el mismo significado de ‘tener’, sentido este, actualmente un tanto en desuso, por cuanto para ello se usa frecuentemente la forma ‘tener’ o ‘poseer’.

En la actualidad, el verbo haber se emplea más como auxiliar para formar, seguido del participio de un verbo, los llamados tiempos compuestos de este: he tenido – habían llegado – habrán venido – habías podido, etc.

 

En tal caso, como bien lo establecen las reglas generales de la concordancia del español, dicho verbo debe concertar en género y número con el sujeto correspondiente:

  1. a) “Los apagones habían desaparecido…”
  2. b) “El apagón había desaparecido…”

   Esto quiere decir, que en su función de auxiliar, el verbo haber puede usarse tanto en plural como en singular. Todo dependerá del número en que se encuentre expresado el sujeto que realice la acción por él indicada.

Pero aparte de auxiliar, haber también funciona con impersonal, vale decir, cuando se presenta en aquellas oraciones carentes de sujeto o en las que no es posible identificar la persona gramatical que ejecuta la acción verbal.

Se trata de un rol secundario en el que el susodicho verbo se utiliza para expresar, siempre en tercera persona del singular, la presencia del ser u objeto designado por el sustantivo que en la frase aparece normalmente después del verbo.

 a) “En la toma de posesión habrá muchos invitados…”

  1. b) “En Licey al Medio hubo tres personas heridas de balas…”
  2. c) “En el hospital había varios enfermos casi al borde de la muerte…”

Nótese como en las tres oraciones anteriores, por ser impersonales, no aparecen los sujetos o seres que realizan las acciones del verbo que nos ocupa, sino los objetos directos (muchos invitados – tres personas – varios enfermos) en los cuales recaen dichas acciones. Y como quienes deben concertar en número y persona son el verbo y el sujeto y no el verbo y el objeto, es irregular la práctica muy frecuente de pluralizar el verbo haber en su forma impersonal, expresando erróneamente: 

  1. a) “En la toma de posesión habrán muchos invitados…”
  2. b) “En Licey al Medio hubieron tres personas heridas de bala…”
  3. c) “En el hospital habían varios enfermos casi al borde de la muerte…”

¿A qué se deben tales yerros? 

Sencillamente, a que se ha confundido el sujeto (inexistente) con el objeto gramatical, asumido o interpretado erróneamente como sujeto. Y como en los ejemplos precitados, el objeto   aparece en plural (muchos invitados – tres personas – varios enfermos) el hablante, al percibirlo como sujeto, trata de forzar la concordancia en plural con el verbo que le antecede, originando así una falsa relación entre verbo y objeto. En virtud de esa confusión, no resulta extraño leer o escuchar oraciones irregularmente formuladas del tipo: 

  1. a) “En el Palacio Nacional habían veinte periodistas esperando al presidente…”
  2. b) “En la yola hubieron mujeres que lloraron como niños…”
  3. c) “En el fin de semana habrán muchas presentaciones artísticas…”

 En cada uno de los anteriores enunciados, el redactor debió emplear el verbo haber en tercera persona del singular, esto es, debió escribir: había, hubo y habrá respectivamente. 

Habemos o la trampa de la no inclusión 

La confusión objeto – sujeto también se pone de manifiesto cuando un objeto plural tiene carácter inclusivo, esto es, cuando de una u otra forma el hablante se siente por él aludid. Al no considerarse incluida o afectada por la acción verbal, la persona recurre a la personificación del verbo y a la modificación de la persona gramatical, y es entonces cuando surge la forma “habemos” en expresiones tales como:

  1. “Habemos muchos dominicanos preocupados por los actos de delincuencia…”
  2. “Aquí habemos cinco personas nativas de la ciudad de Moca…”

Se trata,” habemos”, de un arcaísmo carente por completo de pertinencia sintáctica y morfológica, por cuanto si conjugamos el verbo haber en todos los modos, personas y tiempos, descubriremos que la forma “habemos” no aparece. Particularmente en presente del modo indicativo (primera persona del plural) sí aparece “hemos”, pero nunca “habemos”. La Asociación de Academias de la Lengua Española, en su “Diccionario Panhispánico de dudas”, apunta al respecto lo siguiente:

“La primera persona del plural del presente de indicativo es hemos, y no la arcaica habemos, cuyo uso en la formación de los tiempos compuestos es hoy un vulgarismo propio del habla popular. También es propio del habla popular el uso de habemos con el sentido de ‘somos y estamos’ (2004, pág.330).

Y más adelante, en la misma página, el citado y muy consultado lexicón advierte lo siguiente:

 “No debe usarse la forma arcaica habemos para formar la primera persona del plural del presente perfecto o antepresente de indicativo, como a veces ocurre en el habla popular…”  

En su lugar se recomienda la forma impersonal “hay”. Merced a esta recomendación, y en relación con los dos ejemplos antes presentados, lo adecuado hubiera sido escribir: 

  1. “Hay muchos dominicanos preocupados por los actos de delincuencia…”
  2. “Aquí hay cinco personas nativas de la ciudad de Moca…”

 Es posible que al utilizar hay en lugar de habemos, el emisor del mensaje no se sienta incluido o se considere fuera de la acción expresada por el verbo, razón que lo impulsa a emplear la voz “habemos”. Para su satisfacción, remediar la situación o enfatizar el carácter inclusivo del ‘hay’ impersonal, entonces se recomienda acompañar esta forma verbal acompañada de otras (estamos – somos, etc.), expresada en primera persona del plural. Así, en lugar de: “Hay muchos dominicanos preocupados por los actos de delincuencia…” y “En nuestro país hay pocos políticos serios…”, bien podría decirse:

  1. “Hay muchos dominicanos que estamos preocupados por los actos delincuencia…”
  2. “Aquí hay cinco personas que somos nativas de la ciudad de Moca…”

Ello hay…

Igualmente procederemos erróneamente al usar el verbo haber cuando a la forma impersonal “hay “le anteponemos la voz neutra “ello”, tanto al afirmar como al preguntar:

 _“¿Ello hay gente ahí?

_“Sí, ello hay…” 

Semejante “fósil lingüístico”, muy característico del habla dominicana, nada aporta, nada amplía, nada aclara y nada añade al sentido de la expresado. Y su uso lo único que contribuye es a violar el Principio de Economía Lingüística. Se trata de una de las tantas “expresiones chatarra” que utilizamos los hablantes dominicanos.

En resumen, el verbo haber tiene dos usos generales: funciona como auxiliar e impersonal. En el primer caso puede utilizarse tanto en plural como en singular:

  1. Él había llegado
  2. Ellos habían llegado. 

Mientras que el segundo solo se empleará en tercera persona del singular:

  1. a) Había miles de personas…
  2. b) Habrá numerosas presentaciones artísticas…

En relación con la expresión: “habemos” y la construcción léxica “Ello hay”, conviene siempre recordar que en la actualidad una y otra se consideran verdaderos arcaísmos, razón por la cual sus usos, a todas luces, carecen de pertinencia lingüística.

 

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