La expresión femenina en el movimiento interiorista

Por Ofelia Berrido

   El Movimiento Interiorista surge de una realidad y sociedad nueva proveniente del fin del siglo XX y los albores del siglo XXI con todo lo que significa su contexto social, político y religioso. El fin del siglo XX se caracterizó por una pérdida de fe. Se desplomaron las creencias tradicionales, se cuestionó todo hasta las últimas consecuencias y se puso en duda la existencia de la realidad pura; muchos pensadores declararon el fin de las ideologías y las utopías; las culturas extranjeras penetraron sigilosa y profundamente a través de la Internet. Época de paradojas: de soledad entre el tumulto; de consumismo rampante entre la pobreza; de redes sociales basadas en una comunicación excesiva y superficial…

Así, con este escenario de fondo surge como una necesidad el Movimiento Interiorista creado por Bruno Rosario Candelier en Moca, República Dominicana, para incentivar en los escritores el cultivo de la realidad trascendente, la expresión del impacto que lo real produce en la conciencia y la plasmación de los valores interiores, así como el enfoque de la dimensión interna y mística de lo viviente y todo lo que pueda contribuir al desarrollo de la conciencia espiritual. El movimiento creció y se expandió como lo hacen las flores silvestres con rapidez y bases sólidas por América y Europa.
En su expresión femenina, el Movimiento Interiorista está conformado por un singular y talentoso conglomerado de creadoras: dada la importancia del hecho, el objetivo de este escrito es brindarles una muestra de la literatura de mujeres interioristas. Me hubiera gustado mencionarlas a todas, pero son muchas y el espacio breve. Pura Emeterio Rondón (+), crítica literaria, interiorista experta en lengua y literatura, Premio Nacional de Ensayo 1992, determinó que allí donde la realidad no es imaginaria, sino concreta, el ideal interiorista puede llevarse a cabo para profundizar en la esencia del acontecer (Emeterio, 2017, p. 320).

Quiero hacer énfasis en Carmen Pérez Valerio, cofundadora del movimiento, escritora, pedagoga y directora del Departamento de Publicaciones de la PUCMM, pues después de Bruno Rosario Candelier estimo que es la más clara exponente de la filosofía del movimiento junto con Pedro Gris y Fausto Leonardo Henríquez. Perciban en “Vaguedad de la memoria” el estilo único de la poeta que con voz encantada vincula su mundo personal al universal:

“He vagado por las calles cantando mis pasos recogiendo sueños/ adentrándome a la tarde, a la dejadez, a la entrega./ Minúsculos seres derretidos me miran desde la sombra y me poseen./ Todo vibra y confluye,/ río que se desborda en este abismo de los sentidos./ El horizonte agoniza y me suma a su muerte/ expandida en superficie y noche./ Desnudas de alas desciendo a la marisma/ y me sorprendo olfateando el gusano/ en el vaho humedecido de vuelta a la luz (Pérez, 2001).”

Transitemos por la poética de la intuitiva Carmen Comprés, oriunda de Moca, cofundadora y representante vital del movimiento. La escritora se hace una con la naturaleza y oferta versos plenos de sentido, cargados de imágenes y voces antiquísimas:

“Puse el puente/a mi espalda/ Crucé sobre las hojas/ levanté la sombra./ Hubo un olor a tierra ausente./ Y me senté sobre este suelo de fugas inmanentes./ En este espacio/ de pie mi sombra./ La noche sobre mi espalda/ Y esta desnudez transforma cada después en un absurdo/ Cuento las huellas/ El abismo/ Este ruido… giro y a la vuelta el fulgor de la aurora llama la sombra/ Siento el tímido roce de tus huellas/ El leve ruido sin cesar se torna impaciente/ En mi tan solo la embriaguez eterna/ Y tu ausencia…”

La exquisita poeta Sally Rodríguez, también, cofundadora surge de la tierra fértil de Moca con una poesía penetrante y desgarradora: “Llueve/ Quiero que llueva/ Que me deshaga yo/ Que se deshaga la angustia/ Que me ciñe/ Que muera la flor/ y la extraña mujer/ Todo debe morir quiero viento y lluvia.”

Argelia Aybar, poeta de Santiago de los Caballeros, residente en Miami. Primer premio en el Concurso de Médicos Escritores 1994, Medalla de Oro al Mérito Profesoral del Consejo Nacional de Educación Superior. Vive en el recogimiento introspectivo desde donde surge el lenguaje poético que materializa el sentido de su obra sin igual:

“[…] La tarde se desliza en lluvia/ memoria que se funde en agua/ yo lejos de mí, despojada de mí girando humedad/ espacios de sagrados líquidos/ el sonido serpentea en este cuarto vacío/ miradas translúcidas me perforan/ de mi perenne carne brota un lirio/ debajo de este cielo de aguas suspendidas/ Me mojo, solo mi barro está empapado/ yo en verdad estoy seca, sosegada y sedienta no recuerdo,/ todavía el instante futuro que olvidé a la orilla de esta lluvia… (Aybar, 2001).”

Rossalina Benjamín, oriunda de Miches, residente en New York, nació poeta. Premio Nacional de Poesía Joven de la Feria Internacional del Libro, Santo Domingo 2011, Mención particular Premio Mundial de Poesía Nosside, Italia 2014, Mención de honor Premio Mundial de Poesía Nosside, Italia 2015 y Premio Letras de Ultramar 2018. Esta joven mujer de espíritu indomable y versos brutales es dueña de una voz de peso e intuición interiorista. En un juego de búsquedas y encuentros su canto brota de las entrañas con la naturalidad del aliento que da vida para escapar de la muerte rotunda. He aquí una estrofa de “Anónima y salvaje” del libro “Manual para asesinar narcisos” (2012):

“Mi angustia naufraga en la mugre de la ciudad mirando al suelo. / Ahora puedo hablar de antiguas soledades. / Yo, que he vuelto del principio, / con sangre inocente y resina de duros árboles entre las uñas, / con esta cabellera inmensa/ y descarada como un sí en pleno rostro. ”

Altagracia Pérez de Pytel, de Santiago Rodríguez, escritora y periodista. Actualmente, reside en el alto norte, en el lugar de las nieves. Esta mujer de espíritu sutil y puro canta avivada por una inspiración lírica que da sentido a su existencia:

“Allá, en tus cabellos, las montañas y el fuego. / Allá, también los bosques y la pradera. / En tu alma, solo el silencio y el frío… (Pérez, 2001)” Mónica Galleano, argentina que hemos hecho nuestra, pedagoga de las mejores, novelista y poeta con su dilatada sensibilidad, afinada y grácil lírica, entrega los siguientes versos:

“No supe el origen de esta gota de cielo/ y de este húmedo sosiego./ No advertí el soplo del paso/ que eternamente/ dejaría una huella en mi corazón (2001).”
Johanna Goede, poeta de Puerto Plata con versos al estilo japonés, aborda el misterio: “No sé qué es el mar/ si un mundo de lágrimas/ o una gota de eternidad (Goede, 2001)”.

Por otro lado, y respecto a la narrativa interiorista, lo humano se ve a sí mismo con expresiones exactas para lo que se pretende decir cabalgando en una forma que surge desde la ideación misma de la obra. Vislumbremos la evidencia de cómo Zaida Corniel profundiza en los estratos de la existencia a través de “Testamento suicida” de título tan fuerte como su contenido. Obtuvo el Primer lugar del Concurso de Narrativa del Ateneo Minerva Mirabal (1982). Su prosa cautivadora nos deja sin aliento:

“Me levantaré ausente del mundo. El sol anunciará el día, pero no querré despertar; la noche volverá a mis ojos que se abrirán para buscar el silencio, las sombras, los ronquidos del miedo y esa luna que se colará por la ventana y me vestirá de luceros. Ahora la tierra me espera. Negra y profunda me espera. Allí estaré cuando olvide mi último aliento. (Corniel, 2001). ”

Surquemos, ahora, la narrativa de Emilia Pereyra, novelista, cuentista, ensayista, historiadora y periodista, Premio Nacional de Periodismo 2019, originaria de Azua de Compostela, residente en Santo Domingo. Dueña de una escritura directa, clara y una sensibilidad superior que se manifiesta en todo lo que escribe. Sondeemos este fragmento de “Adriana, en cualquier tarde”.

[…] Se estremeció. Su miedo era casi tangible; se enroscaba en cada fibra de su largo y desgarbado cuerpo y aunque su mente mandara otra cosa no obedecía. En poco tiempo sus ojos se anegaron y un brillo acuoso apareció en su rostro. Muchos se volvieron para ver, motivados por el ruido de sus roncos sollozos. Miradas de asombro de reproche, de lástima le cayeron encima como copiosa lluvia de acero (Pereyra, 2001).

Interesante resulta la narrativa de Kenia Mata Vega, psicóloga y profesora, que ausculta los meandros populares.

Por otro lado, el mundo ensayístico del interiorismo cuenta con una fuerte representación de escritoras, entre ellas: Pura Emeterio, María José Rincón, Carmen Pérez Valerio, Emilia Pereyra, Melania Emeterio Rondón, Roxana Amaro, Camelia Michel, Rita Díaz, Jennet Tineo y Josanny Moní…

Las creadoras del Movimiento Interiorista penetran en la esencia de la vida, conocen una realidad diferente de la cotidiana y se produce un despertar a un nivel superior de conciencia. ¡Felicidades mujeres del Movimiento Interiorista por conmemorar un año más de creación y de frutos perdurables!

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