La hipercorrección y la ultracorrección presentes en República Dominicana

Por  Tobías Rodríguez Molina

Hace un buen tiempo le escuché a alguien decir que “El que se pasa es como el que no ha llegado.”  Esta expresión la considero fácil de entender y sumamente sencilla, y se puede aplicar completamente a los usuario de la lengua a los que nos referiremos en el presente artículo.

Un fenómeno  bastante frecuente en comunicadores dominicanos que aparecen a diario en programas de televisión y/o radio en República Dominicana, es el de la “hipercorrección”. Pero quiero que, antes de presentarles una definición de ese fenómeno, me permitan citarles un fragmento que aparece en el libro “La identidad lingüística de los dominicanos”, 2009, del investigador y escritor Orlando Alba (pág.80), donde dice:

=“…resulta particularmente chocante el comportamiento de los locutores y de los  periodistas que intervienen en los medios orales de comunicación en el país en lo concerniente a la pronunciación de la /s/ final de sílaba y de palabra. Una simple observación  de los programas de noticias en la televisión dominicana permite descubrir que la forma plena de la /s/, la variante sibilante, no solo  se mantiene prácticamente en la totalidad de las ocasiones posibles, sino que también es objeto de una articulación exageradamente tensa.”

El profesor Alba hace esa afirmación  en vista de que, de acuerdo con los estudios realizados por él y que aparecen en varios de los libros que ha publicado,  esa forma de hablar y leer de esos locutores y periodistas no representa el habla normal de los usuarios del español del nivel sociocultural  alto en lo referente a la realización de la /s/ final de silaba y de palabra. Según Alba,  los hablantes pertenecientes a ese nivel no pronuncian todas esas “eses” como /s/, sino que producen un 48% de ellas aspiradas, como la jota; ejemplo: lo jamigos (los amigos); un 41%  de esas eses las eliminan, y solo el restante 11% es producido por ellos como  /s/.  Esas variantes de la /s/ son aceptadas  y reconocidas como propias del habla culta dominicana, como lo afirma el profesor Orlando Alba en su libro “Cómo hablamos los dominicanos”, 2004, pág. 66.

Como se ve, esos locutores y periodistas  se pasaron de la raya que les marca su nivel sociocultural, que solamente produce un 11% de las  eses  de final de palabra y de sílaba, mientras que ellos las pronuncian casi en su totalidad.  Se pasaron mucho más de la cuenta “desertando”, de forma exagerada, del nivel que  les corresponde  en nuestro país,  y  “el que se pasa es como el que no ha llegado”, como dijimos antes.

Les pasa como al beisbolista que sale de la primera en un robo de base, llegó a la segunda antes que la pelota, pero se salió de la almohadilla, se pasó de la almohadilla y fue puesto “out”.  Le pasó igual  que si hubiera llegado a la segunda después que el jugador de la segunda base ya hubiera tenido la pelota en su guante.  Hubiera sido puesto fuera como quiera.

De lo antes expuesto, podemos extraer el concepto de “hipercorrección” como “el habla de un nivel sociocultural que está por encima de su nivel propio y normal”.

En el caso que nos ocupa, esos locutores y periodistas se colocan mucho más allá del nivel culto de los dominicanos, pues producen las “eses” como /s/ en casi un 100%, cuando su nivel culto solo las produce en un 11%, como lo vimos antes. Por eso se puede afirmar que son hipercorrectos, es decir, sobrepasan su nivel de corrección.

También encontramos en nuestra habla la “ultracorrección”. Esta consiste en la deformación de una palabra creyendo que se obtiene así una variante lingüística más culta. Ejemplos de ese caso serían: “fisno”, “por fino”;”masta”, “por mata”;”mangudo”, “por mangú”, y “Yo sor de Licel”, por Yo soy de Licey. Esta realización lingüística es propia del nivel sociocultural bajo. Sin embargo, otro tipo de ultracorreción  se encuentra en algunos integrantes de nivel medio y alto. Es el caso de algunos periodistas y hablantes que aspiran una “s” que no existe en una palabra.

Veamos dos ejemplos escuchados de un comunicador que se desempeña en un canal capitalino: “Esto va ja seguir ventilándose…”; y  : “…hay muchas familias viviendo jen casuchas…” Para que se exprese como un comunicador culto, que es lo que le debería corresponder, por el rol que desempeña en ese prestigioso canal donde se desempeña, debió haber dicho: “Esto va a seguir ventilándose…” y “…hay muchas familias viviendo en casuchas…”

Este  otro ejemplo de un hablante de Santiago perteneciente al nivel medio, amplía el cuadro que refleja un sector de ese nivel: “Mañana va ja ir una persona a tocar  la misa.” Y este comunicador de un canal de la capital dominicana no se diferencia en nada de los dos anteriores usuarios con la siguiente expresión: “…se han creado doce senpresas últimamente…” (Un lector de noticias en un canal de Santo Domingo, R. D.)

Con los datos que he ofrecido esta vez, espero que usted, apreciado lector, continúe usando apropiadamente nuestro idioma o, si es el caso, comience a emplearlo mejor que antes, acercándose, lo más posible, al sitial de usuario culto de nuestra lengua española Ese es mi gran deseo.

© 2019, Tobías Rodríguez Molina

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