Poemas de Irene Pérez Guerra
Revelaciones
No tengo tiempo
para mirar las pupilas del mundo,
secas están hoy,
con el murmullo muerto
de las palomas que asoman su pesar,
ante el umbral desierto
de esta tierra sin fin.
No despejo los sentidos
para acariciar su destino;
una mañana me hablarán de él,
con despertares sedientos,
con mentiras llenas de azafrán,
con turbulentas maniobras,
de aquellos que azotan eternamente su vivir.
Cuando el viento entra
por el candelero de sus creaciones,
se hunden juntas las tristezas
y se agita con fuerza su esplendor,
se bañan enteras las amapolas
con un baile sin temor.
Laberinto
Cuando el sol termine de lanzar piedras al río,
se me llenarán las pupilas de ti.
Cuando en el amanecer
aparezcan ventanas abiertas,
llenas y apetitosas,
se me colmará el corazón de ti.
Cuando el vendaval abrigue a las moradas desiertas
y deshechas por el pesar de este mundo,
los rincones de mi balcón parecerán henchidos,
y los apretaré todos con la pasión
de saberte al fin desencadenado…
¡Porvenir! infinito de nuestro bien.