Bruno Rosario Candelier presenta su obra "La intuición cuántica de la creación"
El Dr. Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua y del Movimiento Interiorista, puso en circulación su cuadragésima obra titulada La intuición cuántica de la creación. Esta obra es fruto de la docencia que el académico y escritor dicta al Grupo literario “Pedro Mir”, de la Biblioteca Juan Bosch, de Funglode.
Aída Montero, directora de la Biblioteca, manifestó que La intuición cuántica de la creación es una labor loable que nos permite seguir creciendo en el mundo de la intelectualidad y en el arte de la creación. Dijo que una frase de Bruno Rosario Candelier le llamó la atención al ponderar que “En la vida, la disciplina era la clave de todo” y efectivamente así es, porque él escribía cada día una hoja para al final del año tener como resultado una obra, que es la que le permite como intelectual y escritor aportar a la sociedad dominicana y en esta ocasión lo ha hecho como siempre, yo creo que ha escrito un par de hojas más, porque la obra tiene más de 400 páginas y el año tiene 365 días. La intuición cuántica de la creación, como él dice, lo mueve todo a través de la energía, yo me adhiero a esa palabra inicial que él comenta en la reseña del libro: “La energía es lo que mueve todo”, la energía es lo que hace que cada uno de nosotros se motive a levantarse, a iniciar un proyecto, a apoyar una iniciativa, a crear y construir cosas y, como siempre, muy atinado hace esta labor loable que nos permite a nosotros seguir creciendo en el mundo de la intelectualidad y en el arte de creación.
El ensayista y poeta Sérvido Candelaria enfocó la mayéutica socrática en Rosario Candelier y especificó que este el libro se divide en tres secciones bien definidas, pero interrelacionadas por su contenido. La primera parte contiene las transcripciones de doce charlas que pronunciara su autor en el taller sobre el arte de la creación, impartido durante doce meses en la Biblioteca Juan Bosch. En la segunda aparecen estudios sobre obras literarias de algunos de sus discípulos en diferentes partes del territorio nacional y diálogos sobre el tema. La parte final está conformada por intercambios a través de correos electrónicos entre el maestro y quienes le consultan o piden orientaciones.
Señaló que el valor fundamental de esta obra está dado por la conceptualización y la organización que hace su autor sobre el proceso de la creación. Y consignó: “El valor fundamental de esta obra está dado por la conceptualización y organización que hace su autor sobre el proceso de la creación poética, enfocado desde su momento germinal. En los libros de teoría literaria lo normal es que uno encuentre descripciones o desmenuzamientos del acto de escribir con ciertas pinceladas sobre los procesos que llevan a ello, matizados muchas veces con ejemplos textuales. Este no es el caso del trabajo que hoy presentamos. Aquí una mente lúcida, curtida en la decantación de la literatura universal, ha hecho acopio de sus recursos y experiencias para, a partir del concepto esencial, presentarnos en forma organizada y digerible la descripción de todo el proceso que ha de seguir quien pretenda producir una obra perdurable, sobre todo, en el ámbito de la poesía”.
La académica y poeta Ofelia Berrido dijo que esta obra de Rosario Candelier es el resultado de extensos estudios y reflexiones sobre el Universo de la física cuántica, la mística, la literatura y su interdependencia. Resaltó que Rosario Candelier plasma una concepción clara que le permite aplicar el conocimiento de esta ciencia al universo de la literatura. Atraída por el tema de la intuición cuántica con relación a la creación, se centró en el abordaje y las formulaciones del autor sobre estos aspectos. Y dijo: “Analizando estos estudios y con el auxilio de su intuición, Bruno Rosario Candelier afirma que la fuerza inherente en nuestro ser también existe en el espacio subatómico de la materia; por tal razón, en el interior de átomo, como en el sótano de la conciencia, fluyen unas partículas activas que se mueven como fantasmas en el interior de lo viviente, que las corrientes espirituales asignan, no ya a la contingencia de lo posible, sino a la presencia divina en el mundo y hasta ese nivel de la conciencia metafísica específica llega al arte literario, que en los escritores de la alta creación como la poesía metafísica y la mística consignan con belleza, emoción y hondura”.
Sostuvo que el autor aborda el tema de cómo una obra genuina es el producto de intuiciones y vivencias únicas y exclusivas y por tanto resulta iluminadora, creativa y edificante para el hombre. Manifestó que Rosario Candelier habla de tres tipos de energía, que aplicamos al arte de la creación: la energía peculiar del individuo, la energía de cada realidad y la energía inherente en la lengua. De esta última, según el autor, se despliega la parte interior de la conciencia, que es la energía con la que contamos los seres humanos y esa energía se manifiesta en el lenguaje mediante el poder de la inteligencia cifrado en el Logos.
Bruno Rosario Candelier dijo que con su obra pretende estimular a los creadores a desarrollar la dimensión de su sensibilidad, que según asevera, se abre, se despierta y se activa para captar los fluidos de la trascendencia, los fluidos metafísicos con la carga creadora, positiva y luminosa que tiene esa fuerza o torrente espiritual, porque contiene un caudal de imágenes, ideas y verdades provenientes de la cantera del infinito y especifica que son los poetas metafísicos y místicos los llamados a captar ese torrente de verdades profundas, pero aclara que no es cualquier sensibilidad, ni cualquier mente la que pueda lograr esa conexión cósmica.
El autor de La intuición cuántica de la creación se mostró agradecido por las palabras de los presentadores. Dijo que su obra se funda en la siguiente concepción: “Todo es energía: la materia tangible, las criaturas vivientes, la lengua que hablamos, la realidad cósmica y la creación. La Energía Superior del Universo, subyacente en cuanto existe, fue intuida por los antiguos pensadores presocráticos y los contemplativos de las diversas culturas, ya reconocida por los científicos actuales de la física cuántica. En ese tenor, al concepto físico de la energía subatómica llamado cuantum o ´cantidad mínima de energía física en la materia´, endoso el concepto metafísico de la energía espiritual de lo viviente, que denomino tantum y defino como ´presencia mínima de energía divina en la materia´, aceptado por teólogos y científicos como parte sustancial de lo real. Ambos conceptos dan cuenta, respectivamente, de la dimensión material e intangible de fenómenos y cosas. De ahí que los científicos han reconocido la “partícula de Dios”, subyacente en la realidad material del Universo, que desde el principio de los tiempos la intuición metafísica había atribuido a la energía interior de la conciencia. En tal virtud, la fuerza inherente a nuestro ser también existe en el espacio subatómico de la materia. En el interior del átomo, como en el sótano de la conciencia, fluyen partículas activas que se mueven como fantasmas en el fuero interior de lo existente, que las corrientes espirituales asignan, no a la contingencia del azar, sino a la energía divina. Hasta ese nivel de la inteligencia sutil llega la creación poética, que la lírica metafísica consigna con belleza, sentido y trascendencia”.
Esta obra vincula la intuición, la cuántica y la creación, tres conceptos claves en el mundo del pensamiento, la intuición y la sensibilidad. Subrayó que el poder de la conciencia, que nos viene dado de la divinidad en todo lo grande que hay en nosotros, se distingue por esa fuerza intuitiva, por esa energía de la inteligencia y de la sensibilidad, que nos permite entender el mundo, entender la vida y hacer un aporte creativo mediante la palabra. Asoció el concepto de la intuición a la cuántica, porque la física cuántica es la disciplina científica más importante actualmente en todo el mundo. Resaltó que la física cuántica explica cómo es el Universo, en qué consiste la estructura de lo existente y la organización del mundo. Explicó que la gran belleza de esto es justamente cómo se manifiesta todo en la palabra, cómo la palabra es depositaria de toda esa fuerza del Universo, de toda la energía cósmica y de nuestra energía interior, porque justamente la energía está en todo, todo es energía y esa energía subyacente se manifiesta a través de la palabra, que hace visible lo que podemos percibir de nuestra relación con el mundo.
Santo Domingo, 22 de abril de 2014.