Tentado – intoxicar – zapato – cantinfleo – enchufar
TENTADO
Hace muchos años ya este adjetivo del título se utilizaba corrientemente en el habla de los dominicanos. Se recuerda sobre todo como era de uso entre los hablantes jóvenes.
La acepción que se confería a este término no es la que conoce el español general. En este el verbo tentar, del cual deriva tentado/a, es tocar para percibir o examinar. Es instigar, inducir o estimular. Es intentar hacer una cosa. Poner una persona a prueba.
Referido a una persona este tentado/a dominicano no tiene relación con ninguna de las acepciones citadas más arriba. El individuo tentado no necesitaba de estímulo alguno para sentirse con deseos de hacer una cosa.
Además, la cosa que emprendía el tentado siempre eran las que implicaban riesgos. El tentado no era solamente una persona valiente, era más que eso.
Para resumir el asunto: era un individuo arrojado, temerario. Existía una expresión en el habla dominicana que era “tentado del diablo”. Con eso se daba a entender que la persona que se tildaba de esta manera era alguien a quien no le importaba su seguridad personal, quizás hasta llegaba a menospreciar la vida propia con su comportamiento diario.
El Diccionario del español dominicano (DED) asienta un apartado para tentado: da que pertenece al habla coloquial y popular y se utiliza para que desempeñe funciones de adjetivo y sustantivo. La acepción que se le reconoce en ese diccionario es: “Referido a persona, malvada”.
El Diccionario de americanismos de la ASALE (2010), con funciones de adjetivo y sustantivo, consigna un “tentado” de uso en Nicaragua con el significado de “persona con permanente mal humor”. Esto quiere decir, para el propósito de esta sección, que el tentado que se ha presentado aquí es netamente dominicano.
INTOXICAR
“Estaba tan INTOXICADO que vomitó en su automóvil y en la escena del accidente”. (La cita se refiere a una persona en estado de ebriedad).
Con relación al verbo del título, aquí se está en presencia de una mala interpretación del significado de este en el español general. En el desarrollo de esta sección se verán cuáles son los caracteres típicos de la intoxicación. Luego se dilucidará si un borracho está intoxicado. Al final se examinará en inglés lo relacionado con esto.
Intoxicar es envenenar o causar una sustancia tóxica un trastorno grave a una persona. Esto aparte del otro u otros sentidos que posee el verbo en la actualidad. Esa acepción copiada del Gran diccionario de la lengua española de Larousse ((2007) es la que se acepta en el ámbito del español general.
La tendencia actual en el español hablado se encamina a introducir modificaciones en cuanto al concepto de la intoxicación. El DUE de Ma. Moliner asienta que: “Puede referirse también al alcohol y a los alcaloides”. Se refiere a los trastornos en el organismo por estas sustancias. Ese diccionario recién mencionado entiende que puede haber intoxicación por respirar emanaciones de gases.
Ha de tenerse en cuenta que la persona que se administra sustancia tóxicas con el propósito de envenenarse no se intoxica. La voluntariedad de la acción no permite que se use el verbo intoxicarse.
El sujeto de la cita había ingerido bebidas alcohólicas antes del accidente y como sucede en la casi totalidad de estos casos la ingestión fue voluntaria. A pesar de la tendencia actual en el español a admitir que hay intoxicación por alcohol, el acto voluntario hace que no pueda llamarse intoxicarse.
Además, los ingleses para aludir a la intoxicación producida por la ingestión de alimentos, por ejemplo lo hacen utilizando el verbo to poison. Quien ingiere bebidas alcohólicas en exceso se convierte en un borracho, embriagado, ebrio.
Los estadounidenses en su lengua mientan a la persona borracha utilizando la voz intoxicated. Si se lleva esto al español hay que hacerlo con los vocablos antes mencionados como apropiados para evitar confusiones: borracho, ebrio, embriagado.
ZAPATO – SAPAT – ZAPAT
En el título figuran tres palabras. Una de entre ellas es conocida: zapato. Las otras dos no son del conocimiento común de los hispanohablantes. Hay una razón para presentar los tres vocablos juntos que se hará clara en el desarrollo de esta sección.
El zapato del español es el que se conoce con el nombre de calzado. Es el que no pasa del tobillo. Las características comunes a todos los zapatos es que tienen suela y una parte que cubre el pie que se confecciona de diferentes materiales.
A pesar de que el botín es una media bota que no pasa de media pierna, hace muchos años ya, más de sesenta, en los predios rurales dominicanos a cualquier tipo de calzado se le llamaba botín. No era raro que las personas cuando iban de visita o a diligencias al pueblo pidieran un par de botines prestados a un compadre de mayores recursos económicos.
Los diccionarios mencionan un zapatón que es un calzado de gran tamaño. Los dominicanos saben de otro zapatón muy diferente. El de los dominicanos era un remiendo que se hacía a una rueda (goma, neumático, llanta) de un vehículo. Se usó mucho en el país dominicano durante la Segunda Guerra Mundial al escasear las importaciones.
Consistía el zapatón en una parte hecha de goma de vehículo (remiendo) que se veía por fuera de la goma en mal estado del vehículo que con él se reparaba. No era un parche sobre el “tubo” o cámara de aire de la goma. Era tan tosca la reparación que al rodar la goma producía ruidos y saltitos. (Hay otro zapatón dominicano que se tratará en otra ocasión).
Para volver al centro del interés de esta sección las dos voces ajenas al español internacional que constan en el título de esta sección pertenecen al idioma haitiano. Al colocarla en compañía del término zapato es para destacar como un hecho que descienden del español. De esa opinión es Lemète Zéphyr en su obra Pwoblèm pawòl klé nan lang kreyòl, 2008.
Las dos voces más conocidas del francés para el calzado son soulier y chaussure que son las que debieron pasar al haitiano, como en efecto lo hizo la voz soulier que es la favorita, en haitiano soulye. No obstante eso se introdujo el vocablo señalado del español (¿dominicano?).
Para reforzar la teoría de que la voz procede del español dominicano, se cita que esa voz no figura en la lengua del criollo de Luisiana conforme con la consulta efectuada en el Dictionary of Louisiana creole, 1998, de Valdman y otros.
En su libro Haitian-English dictionary, Freeman y Laguerre asientan que el sapat o zapat es una sandalia, alpargata o pantufla. De un modo o de otro aunque no corresponda con toda propiedad al zapato del español es un tipo de género de prenda que se emplea para vestir los pies, o, para protegerlos.
El motivo por el cual se estudia aquí este asunto de las tres palabras del título es porque existe una gran posibilidad de que las dos voces del haitiano las llevaran los hablantes de la lengua haitiana a su país desde la República Dominicana.
CANTINFLEO
“La respuesta de los jefes de la agencia de espionaje fue otro patético ejemplo de CANTINFLEO, como ya va siendo su estilo. . .”
Como todo en la vida tiene una explicación, ya sea esta falsa o verdadera, esta sección tiene la suya que es muy cierta. El motivo principal para que se produzca una sección dedicada a un vocablo como el del título es porque hay que ilustrar a las nuevas generaciones acerca del origen de la palabra.
En todos los diccionarios modernos puede encontrarse una entrada para “cantinflear” y “cantinfleo”. Cantinflear es hablar de forma disparatada e incongruente sin decir nada o, actuar de la misma manera. Las demás palabras derivadas del nombre que se menciona más abajo se explican por sí mismas tomando en cuenta las desinencias.
Todas las voces que tienen una raíz parecida a la de los términos ya anunciados descienden de un personaje de las películas y el humor mexicanos. El artista era conocido por el nombre de Cantinflas. Su nombre era Mario Moreno Reyes. El estilo de hablar que él creó para el personaje, así como los modales característicos son los que han dado lugar a que se hayan creado tantas voces: cantinflada, Cantinflas, cantinfleada, cantinfleado, cantinflear(se), acantinfleo, cantinflérico, cantinflero/a, cantinflesco/a, cantinflada, cantinflismo.
El personaje así como el tipo de humor que desplegaba fue muy personal. Quizá correspondió a un momento en la historia de los países hispanoamericanos, en el que se produjo la conjunción de fenómenos que dio lugar a su popularidad que ya no tiene atractivo para las nuevas generaciones.
Hay que celebrar que un humorista latinoamericano le haya metido varias palabras al español general. Claro esto solo se consigue cuando una parte importante de los hablantes se empeña en eso.
ENCHUFAR
“Y que lo ha hecho porque esos transgresores están demasiado ENCHUFADOS con el gobierno…”
El vocablo que consta a manera de título de esta sección ha escalado un lugar importante en el habla de los latinoamericanos. A tal punto ha adquirido importancia que algunas de sus acepciones han pasado a ocupar un puesto de relevancia en los diccionarios normativos. En esta sección se enfocará el interés en resaltar las diferencias que existen entre las acepciones; esto luego de haber revisado las que son comunes a toda el habla hispana. Al final se destacará la acepción que se piensa que no consta en los diccionarios usuales.
Además de las acepciones generales de las piezas y los aparatos con el enchufe macho y hembra existe otra acepción que es más interesante en el habla popular; se trata de la que tiene relación con el “conseguir por influencia un empleo para una persona”. En este significado la relación es más directa. Podría decirse que lo enchufaron en el empleo: lo introdujeron en el puesto por influencia.
La persona que está enchufada es la que está “pegada”, es decir, la que tiene influencia en el sitio en que se menciona a seguidas. Para la oración transcrita, este enchufado tiene que ver directamente con tener influencia, buenas relaciones, poder, ascendiente, prestigio u otra palabra que pueda expresar eso. La persona que está enchufada está bien conectada, goza de privilegios, de preferencias, de parcialidad.
Hay que celebrar que en el español hablado cambien algunas significaciones ampliando las acepciones primitivas de algunas palabras. Esto lo que hace es que le imprime mayor colorido al habla. De este punto a que pasen a ocupar un sitio en el español escrito es algo que produce menos entusiasmo, pero no deja de pertenecer al español auténtico.