*TROQUE – *DESFASAJE – MEMBRESÍA – LISTÓN – STENT

“Alguien tenía que salir a pararle el TROQUE a este hombre”.

De nada sirve la consulta al diccionario de las autoridades de la lengua en un caso como este porque lo que consigna ese catálogo no arroja luz sobre la frase. El sentido de lo expresado de acuerdo con lo que se entiende por el término del título no tiene cabida en esta oración.

El “troque” era el trueque en tiempos idos ya. El otro significado de este vocablo tiene relación con los paños y los colores, por lo tanto, muy alejado de los asuntos que pueden retenerse para orientar el sentido en el caso del texto.

De poco sirvió también el recurso a los diccionarios de americanismos. En ninguno de ellos apareció la palabra del epígrafe.

La única palabra que se parece a alguna conocida es “troca”, que es un mexicanismo o del español del sudoeste de los Estados Unidos de América del Norte, y que es la forma de llamar a los camiones y camionetas. Como deberá entenderse enseguida el término procede del inglés “truck”, que significa camión.

Si se permite que la imaginación desempeñe su trabajo, se podría deducir que es una corruptela de la expresión “parar el coche”, y en lugar del coche se sacó ese vehículo parecido al camión inglés. En casos como éste es de más ayuda la imaginación que el conocimiento cabal de la lengua.

*DESFASAJE 

“Es necesario que alteremos esta conducta pasiva de esperar que Washington nos envíe estos estimados con un DESFASAJE atroz”.

Este vocablo no aparece registrado en el lexicón mayor de la lengua española. Si no lo está es porque no hace falta, o porque existe otro que desempeña las funciones que se le quieren atribuir al término en cuestión.

En el diccionario se encuentra la palabra “desfase”, que es la acción y efecto de desfasarse, en su función figurada; mientras que en su sentido propio es “diferencia de fase”. Cuando se expresa que algo está desfasado, se usa el participio pasado en sus funciones de adjetivo. El verbo desfasar es “producir una diferencia de fase”. Considerado como pronominal indica que la persona o cosa no se ajusta ni se adapta a las circunstancias corrientes, o condiciones del momento.

La diferencia no es de “fasaje”, sino de fase, por lo tanto el empleo que se destaca en el texto no cuenta con el favor de los buenos hablistas y escritores de la lengua española.

Se le retiene como sinónimo de “desajuste” en algunos países. En algunas zonas de América se forma el “desfasaje” por analogía con la voz francesa déphasage, sobre todo en los países del Río de la Plata. El “Panhispánico” no censura su empleo, aunque recomienda usar “desfase”.

MEMBRESÍA 

Al fin la corporación madrileña de la lengua se decidió a dar cabida a este término. En el diccionario de la Real academia ahora se registran dos acepciones, todas de uso en nuestra América morena. La primera acepción es “condición de miembro de una entidad”. La otra acepción es “conjunto de miembros”.

Con la sanción favorable de la Academia ya no se puede criticar a quienes usan la palabra del título.

El Panhispánico sostiene que la grafía correcta es membrecía, pues la terminación –cía es la adecuada para formar este tipo de derivados. La grafía –sía proviene del seseo de nuestra América.

LISTÓN 

“De ahí que el remedio fuera el retorno a la “normalidad”, subiendo el LISTÓN hasta la identificación del estado, la nación y el partido. . .”

Con anterioridad a la publicación del diccionario de las autoridades del año 2001, el vocablo del título sólo figuraba en el catálogo oficial de la lengua con los significados que se le conocen desde hace largo tiempo, es decir, los del ámbito de la carpintería, la arquitectura y el deporte. Actuando en funciones de adjetivo tenía otro significado que se le aplicaba al toro por la característica de las listas del cuerpo de éste.

La edición última, 2001, le agrega dos nuevos significados a “listón”, cuando este forma parte de una frase coloquial. Las dos frases asentadas son “poner el listón alto”, que es “aumentar las exigencias”; y “poner el listón bajo”, que es “disminuir las exigencias”.

El diccionario Larousse de neologismos reconoce para el vocablo en estudio el significado de “medida o nivel que establece la calidad o efectividad de una cosa”.

Si este listón ha tenido tanto éxito como para mover a la Academia, no debe negársele la legitimidad, y el uso del texto deberá aceptarse como natural a la lengua, como consecuencia de la imposición del uso y la aceptación de la autoridad.

STENT 
“Los STENTS, recubiertos de medicamentos, son implantados en los pacientes que. . .”

Para este aparato, de aplicación en desarrollo, parece que todavía no ha habido tiempo suficiente para que se le bautice en la lengua española. Un detalle que hace más difícil la tarea del traductor en un caso como este es que el “dichoso” adminículo lleva el nombre de quien lo inventó.

La definición que suministra el diccionario en inglés americano es más o menos ésta: “tubo pequeño y estrecho de metal o plástico que se inserta en una cavidad anatómica, arteria o conducto biliar, especialmente para mantener abierto el paso que anteriormente estaba bloqueado”.

Las funciones que desempeña el tubo separador introducido en las arterias, que es donde más se le usa en la actualidad, es la de “separar” las paredes de las mencionadas conductoras de sangre. Se podría llamar el aparatito como “separador” teniéndose en cuenta las funciones.

En medicina existe un término que muy bien podría usarse en este caso, “cánula”. La definición que la venerada corporación madrileña de la lengua entrega es esta: “tubo corto que se emplea en diferentes operaciones de cirugía o que forma parte de aparatos físicos o quirúrgicos”. Esta palabra se presta muy bien para el propósito que se persigue pues ya pertenece al campo de la medicina. Lo que no hace este vocablo es indicar que se coloca en la parte interna de algún conducto sanguíneo.

Una opción abierta para hacer inteligible -a través de su función- el aparato, es llamarle “separador endovenoso” o si se quiere, porque eso es lo que hace “que separa” las paredes del conducto o vaso en el interior del cual se le coloca. Si se desea ser más específico se puede calificar la función como “separador interno arterial”. Claro, quien esto hace corre el riego de que se le acuse de explicar y no de traducir.

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