TIMACLE – A PÉRDIDA
Cuando este término estuvo de moda -en uso- expresaba las cualidades de una persona. Era palabra exclusivamente masculina. Con ella se designaba al individuo de cualidades sobresalientes. Se usaba el término para destacar las habilidades físicas o el alcance intelectual del sujeto a quien se ponderaba con el vocablo.
Tenía las funciones de sustantivo, y como se mencionó antes, a pesar de terminar en “E”, se aceptaba la palabra como masculina. Se destaca el asunto de la terminación porque muy bien pudo servir tanto para el género masculino como para el femenino.
Se ha dedicado tiempo para tratar de encontrar el origen de este vocablo. No se ha podido establecer el mismo con toda certeza, pero se puede aventurar una explicación.
Por el sonido de la palabra puede llegar a pensarse que es de origen francés. Como los haitianos son los hablantes de francés que se encuentran más cerca de los dominicanos, es posible que la voz tenga alguna influencia de la lengua haitiana.
Tanto en francés como en criollo haitiano la voz “petit”, al pronunciarse rápidamente pierde el sonido de la vocal de la primera sílaba sonora y termina pronunciada únicamente con el sonido [pti] en francés y “ti” en haitiano. Ese “ti” es el primer elemento del vocablo “timacle”. En francés el adjetivo posesivo femenino de primera persona es “ma”; la palabra “clef” es llave, se pronuncia [kle] esas dos palabras del francés forman a “macle”, quew es el segundo elemento de la voz en estudio. Así termina con los dos elementos mencionados formada la voz “timacle” que es en dominicano y que podría ser asemejada a “enllavito”, diminutivo de “enllave”.
Para los dominicanos la palabra “enllave” es muy conocida y entre otras significaciones posee la de “persona influyente”.
La voz “timacle” fue de uso constante entre los estudiantes y los jóvenes de los centros urbanos. Si con esta intervención no se acierta con respecto al origen de la palabra, por lo menos se rescata el vocablo, para que puedan reconocerlo los dominicanos más jóvenes.
A PÉRDIDA
“. . .los productos están desapareciendo del mercado porque nadie quiere producir A PÉRDIDA. . .”
En muchas ocasiones algunas preposiciones se emplean ante ciertos vocablos como resultado de la frecuencia con que se las utiliza en una profesión.
En el caso de la preposición A usada delante del sustantivo PÉRDIDA ésta proviene del uso continuo que de esa combinación se hace de parte de los contables, administradores, gerentes y economistas.
No se trata de justificar la utilización para darle visos de legitimidad, sino de apuntar hacia el origen del uso para que se sepa de donde proviene. En esos campos de la actividad comercial e industrial se entiende muy bien lo que con eso se expresa.
En el lenguaje común lo que se expresa con la combinación estudiada es que alguna actividad se hace sin obtener beneficio alguno de ella. Se produce, por ejemplo, CON PÉRDIDAS. Esta última preposición utilizada es la más común y por lo tanto es la que debe usarse para que todos los hablantes entiendan sin titubeos el mensaje.
COMPROMETERSE A – COMPROMETERSE CON
“Lo que queda es escoger y comprometerse AL cambio.”
El verbo comprometerse tolera la preposición A delante de infinitivo de verbos. No hay reparo alguno que pueda hacerse a ese empleo que está avalado por el uso inveterado de los hablantes y los escribientes de la lengua española.
No se puede congeniar con la colocación de la preposición A delante de un sustantivo, como sucede en el caso de la cita. En el ejemplo citado el traductor tenía que ser más cuidadoso y en lugar de la A haber usado la preposición que conviene en la hipótesis, que no es otra que CON.
El texto corregido terminaría así: “Lo que queda es escoger y comprometerse CON el cambio”. El régimen de las preposiciones es bastante complejo. En casi todas las lenguas que recurren a su empleo, el extranjero tropieza con los inconvenientes que le acechan disfrazados de preposiciones.
Para vencer este escollo lo que se recomienda hacer es frecuentar la buena lectura. No hay que referirse con la “buena lectura” solo a la lectura de los clásicos de la literatura moderna, sino a los libros impresos por editoriales serias. Lo anterior viene a cuento porque en la actualidad casi todos, por no decir todos, los libros pasan por el tamiz de un corrector de estilo. Ese perito tiene a su cargo la tarea de enmendar los pequeños deslices en que incurren los profesionales de las letras.
CONQUISTADO – VENCIDO
“Aquí hemos conocido las reservas únicas que tiene una comunidad que ha confrontado y CONQUISTADO desórdenes civiles, olas migratorias y huracanes.”
Por el contexto se deduce que el verbo conquistar no es el que conviene en el caso del sentido de la oración. Se conquista cuando se vence.
Conquistar es ganar, es conseguir algo, generalmente con esfuerzo, como lo señala la Academia. Para conquistar hay que recurrir a las habilidades y sobreponerse a las dificultades. Entre personas, conquistar es ganar la voluntad de otra persona. En la lid del amor conquistar es cautivar el ánimo de la persona.
En el ejemplo que se utiliza para introducir el tema, el verbo “conquistar” no es el más conveniente. Hay más, muchos hispanohablantes de seguro catalogarían de inconveniente el empleo de “conquistado” en este caso.
En un texto del género que se comenta en esta sección se recomienda la utilización del verbo SOBREPONERSE, o SUPERAR. De esta suerte la parte del texto que mortifica al lector sería de este modo: “. . .una comunidad que ha confrontado y superado desórdenes civiles. . .” Con el otro verbo sugerido terminaría de esta manera: “. . .una comunidad que ha confrontado y se ha SOBREPUESTO a desórdenes civiles. . .”
En inglés los dos verbos que significan conquistar y vencer pueden usarse de manera alternativa sin causar malestar en esa lengua. Se piensa que de allí procede la confusión.
El genio de la lengua orienta muy bien con respecto a este tipo de uso. Cuando no se cuenta con este aliado el desempeño se hace tedioso y de victoria dudosa. Se conquista lo que se gana para sí u otros, lo que se atrae. Resulta muy cuesta arriba entender como un desorden civil puede conquistarse.
CUENTA REGRESIVA
“U. A. da inicio a la CUENTA REGRESIVA para salir de la bancarrota.”
Con buena fortuna se estila el uso de la “cuenta regresiva” del titular que se cita. No pareció descabellada la expresión compuesta que se formó para la acción de contar de número mayor a número menor. La palabra “regresivo” está registrada en el español de la Academia con el significado “que hace volver hacia atrás”. Trae el diccionario oficial los ejemplos: “Movimiento, impulso regresivo. Marcha regresiva.”
La Academia no está de acuerdo con el entusiasmo que despertó la creación de la “cuenta regresiva”. Esa autoridad favorece el empleo de “cuenta atrás”. Es posible que se use hasta con sentido figurado la fórmula que la Academia ofrece. Algunos diccionarios bilingües, inglés-español y español- inglés han sugerido en el pasado la traducción “cuenta hacia atrás” para el sintagma inglés “countdown”.
Para los hablantes que andan en procura de expresiones cortas, existe una más económica aún, es “retrocuenta”. Esta palabra formada de retro y cuenta tiene la bendición de las autoridades de la Lengua Española.
Los vocablos conformados con la ayuda del elemento “retro” no son extraños a la Lengua Española. Hay muchos ejemplos. Pueden citarse algunos a modo de ilustración: “retroactividad, retroactivo, retroceder, retroceso, retrocesión, retrogradación, retrogradar, retrógrado” y muchos más que sería prolijo enumerar.
POR FUERA
. . .POR FUERA de los registros oficiales de la autoridad colombiana con capacidad legal para. . .”
“Fuera” es un adverbio que significa “a, o en la parte exterior del sitio en que se está o de que se habla”. El complemento que le acompaña va introducido por “de”. Puede ir precedido de varias preposiciones entre las que se puede citar “por”.
La combinación que se estudia en esta sección no está fuera de lo que se acepta en la lengua. No es menos cierto que en algunos países no se estila su uso. Para algunos hispanohablantes el empleo de “por fuera de” es extraño.
Si se pregunta uno acerca de la necesidad de colocar la preposición “por” antes del adverbio”fuera”, que luego se hace seguir por la preposición “de”, hay que convenir en que solo el uso en algunos países puede hacerlo tolerable. Esta aseveración anterior viene a cuento si se piensa que en otros países basta con escribir “fuera de” para expresar lo que se logra con la combinación “por fuera de”.
En el caso del ejemplo citado más arriba, era posible escribir “extraoficialmente” y con eso se cumplía con el cometido de expresar la idea.
POR LA IZQUIERDA
“No hay visas para los empleados no profesionales codiciados por las empresas que se ven obligadas a contratarlos POR LA IZQUIERDA”.
Llama la atención la expresión “por la izquierda”. El Diccionario de la Academia no la asienta en su repertorio.
Durante largo tiempo los diccionarios de argentinismos registraron la locución adverbial “por izquierda” con el valor de “mediante recursos ilegítimos o ilícitos”, así lo reconoce el “Léxico argentino-español-francés, editado en 1984 de la autoría de Paul Verdevoye y Héctor Fernando Colla. La equivalencia que ofrecen para el francés es “par de moyens illégaux ou illicites”.
El “Diccionario del español de Argentina” de Haensch y Werner, publicado en el año 2000 trae la locución con el significado: “de manera ilegal”. Apunta ese diccionario que la expresión pertenece al español argentino del Río La Plata y es de uso coloquial.
El “Diccionario de voces lunfardas y rioplatenses”, editado por Mario E. Terrugi en 1998 recoge la locución adverbial como propia de los años ochenta y la define “de manera incorrecta o ilegal”.
La integración y el reconocimiento oficial de la expresión llegaron en la vigésima segunda edición del Diccionario de la Lengua Española, en el año 2001, cuando las autoridades de la lengua incluyeron la locución adverbial así: “ilegalmente, sin rectitud, con dobleces”. Añadieron inmediatamente el ejemplo “Proceder, actuar por izquierda”.
Todo lo anterior corresponde a “por izquierda”. No obstante, el título es “por la izquierda”, que es una combinación atribuida certeramente al pueblo dominicano. Muchos de los tratadistas dominicanos de estos temas han pasado por alto la locución. Solamente la estudia Carlos Esteban Deive en su “Diccionario de dominicanismos”, editado en el 2002. La acepción que le asigna es “irregular o ilegalmente”.
La inclusión hecha por Deive es muy acertada porque corresponde a un uso continuo en las conversaciones dominicanas. Se recuerda de manera vívida cuando las personas conseguían alguna cosa sin agotar los trámites oficiales y expresaban que la habían conseguido “por la izquierda”.
En algunos momentos en el habla dominicana se ha detectado un uso para lo que se pasa o se da de modo oculto, “por la izquierda”; a escondidas, “por la izquierda”.
Es probable que este uso de la palabra “izquierda” tenga relación con el estigma que tenía esa mano en la tradición. Hubo un tiempo en que se consideró que ser zurdo no era bueno. Se obligaba a los niños a utilizar la mano derecha como la predominante.
No se puede cerrar esta sección sin antes mencionar lo que significa “por la izquierda” en el español mejicano, es una frase coloquial y se entiende por “ser homosexual”.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir