SOBREPESO
“México se colocó en la lista de los países con más gente obesa en Latinoamérica, al incrementarse a 24 por ciento la proporción de población con SOBREPESO. . .”
Hasta la edición del año 1992, la Academia no había incluido el vocablo sometido a estudio en esta sección en el lexicón mayor de la lengua española. Hasta ese año lo que se aconsejaba era que en lugar de ese término se diera preferencia a “gordo, grueso”.
Este sobrepeso –ya aceptado por la Academia- figura en le DRAE editado en el año 2001. Al igual que muchas otras palabras introducidas en la lengua española, la mayoría de las que llevan el prefijo “sobre” proceden del inglés.
Según parece este sobrepeso resulta de la “sobrealimentación” a la que se someten los humanos. Hay que resaltar que ese sobrealimentar, así como sobreactuar, sobreexponer, sobrecalentar, sobrecalentamiento y sobrecapacidad todos procedentes del inglés de los Estados Unidos.
Ya nadie quiere que lo llamen obeso o gordiflón, porque ello conlleva una nota de desprecio o de burla, que acompaña a la característica de exceso de grasa corporal. A los niños se les califica más fácilmente de regordetes o rollizos. Si el ánimo es de herir puede utilizarse el calificativo rechoncho.
La definición que retiene la Academia para el sobrepeso es “excesiva acumulación de grasa en el cuerpo”. Al igual que ha sucedido con muchas otras palabras de la lengua, el sentido es el mismo de otras que ya poseía la lengua. La explicación para la aceptación con que se beneficia al término reposa en la moda y en el sentido atenuado de vileza del nuevo vocablo.
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