PECHAR(SE) – *BIENHECHURÍA – CONFIGURAR – *OTORGACIÓN – *REGUERETE

“No será por el contrario porque SE PECHA fuertemente a quien se haya beneficiado. . .”

El sentido derecho de “pechar” es “pagar pecho o tributo”. Antiguamente era “pagar una multa”. El DRAE consigna que en América es “sablear, estafar”. En España, propiamente en Galicia, León y Salamanca es “cerrar con llave o cerrojo”. La tercera entrada que consta para este verbo en ese diccionario corresponde a nuestra América y es “dar pechadas”. Esto significa dar golpes con el pecho, y también es el golpe que el jinete da con el pecho de su montura.

Después de esa introducción se puede penetrar más profundo en el sentido de la palabra en nuestra América Morena. Pechar es también “atropellar, empujar”. Es lo que la Academia llama “sablear” que no es más que “dar un sablazo”, que equivale a “tomar dinero prestado”.

Ahora se puede pasar a las funciones pronominales del verbo en examen. En República Dominicana “pecharse” es “encontrarse”. Este encuentro en el habla de los dominicanos tiene que ser “de repente” para que “pecharse” desempeñe sus funciones cabalmente. No sólo se refiere a personas, sino también a sucesos, celebraciones etc. Este verbo tiene larga historia en el lenguaje dominicano, de acuerdo con el tratadista Patín Maceo, pertenecía al habla campesina y era “hallarse frente con uno”. Con este mismo sentido lo recoge Rodríguez Demorizi “encontrarse con alguno”. Como echarán de ver los dos últimos autores limitan el campo del verbo al encuentro entre personas, mientras que Uribe Macías lo extiende a sucesos, celebraciones, etc.

En la Literatura dominicana aparece documentado como habla campesina y sólo para encuentro entre personas. Así consta en El cuento en Santo Domingo de  Sócrates Nolasco. La autora Consuelo Olivier  lo registra en el habla del Cibao como “encontrarse dos personas frente a frente”.

En el texto mencionado al principio de la sección, el uso es el castizo, con el sentido de pagar tributo, que es el menos conocido en América, pero es auténtico, válido y asentado desde hace largo tiempo en el diccionario de las autoridades.

*BIENHECHURÍA  

“. . .ya que muchos de ellos poseen tierras que han sido invadidas o por compras de BIENHECHURÍAS; por lo cual sólo pueden alegar una propiedad precaria”.

El diccionario de la Academia rectora de la lengua no trae esta palabra. Por la formación del vocablo la primera impresión que produce es que se trata de un hecho bueno, es decir contrario de fechoría, que es una actuación viciada.

El texto vaciado más arriba no acepta que se interprete el término con el sentido que se le quiso asignar en el párrafo anterior, porque sencillamente no sigue el sentido de la oración.

Conforme a lo expresado en la oración, quizás se refiere a las “mejoras” introducidas (construidas) en propiedad ajena, adquiridas por terceros de buena fe. A la “mejora” que se propone, se refiere el Tribunal académico de la lengua es estos términos, “gastos útiles y reproductivos que con determinados efectos legales hace en propiedad ajena quien tiene respecto de ella algún derecho similar o limitativo del dominio; como la posesión, el usufructo o el arrendamiento”.

Para volver a la palabra del título, ésta se parece mucho a “bienhechor”, que en su función de adjetivo es “que hace bien a otro”. Si se interpreta por analogía, el vocablo examinado sería “la acción que hace bien a otro”. A pesar de lo expuesto, hay dos factores que actúan contra el término sometido a escrutinio, que no consta en los diccionarios de uso del español, ni en el autorizado de la lengua.

Para cerrar este asunto lo más apropiado es expresar un deseo, que se colme de hechos buenos la humanidad, aunque no haya voz adecuada para expresarlo.

CONFIGURAR 

“. . .que está CONFIGURADA para una capacidad máxima de 14,700 personas”.

Conforme con lo que el uso y lo establecido por la Academia entiende, configurar es “dar determinada figura a una cosa”.  Hasta donde se alcanza a comprender las figuras no tienen capacidad.

La configuración, que es el sustantivo que corresponde al verbo en estudio, es sinónima de “conformación, disposición, figura”.

Muchas personas malinterpretan el sentido de configurar, y creen que mantiene sinonimia con “diseñar”. Las construcciones que se levantan para dar cabida al público que asiste a espectáculos públicos multitudinarios, se diseñan para albergar tal o cual cantidad de personas. Del mismo modo se puede expresar la idea recurriendo al verbo construir, pues así resultaría que se les construye para acoger determinada cantidad de espectadores.

Diseñar va más allá de configurar. El primero es más completo que el segundo. En el primer concepto entran mayores elementos que en el segundo.

*OTORGACIÓN 

“. . .quien agregó que la OTORGACIÓN de contratos implica una relación con cabilderos que a veces da pie a la desconfianza del público”.

En muchas ocasiones, la prisa que acompaña a la redacción hace que hasta los profesionales de la letra incurran en errores que luego al leer despacio les causa sorpresa y vergüenza a los mismos redactores.

Es cierto también que hay quienes ni se enteran de que se equivocan, y que aún cuando se les muestre y demuestre el yerro no hacen propósito de enmienda.

La palabra que figura como título al principio de esta sección no aparece en la lista académica de vocablos de la lengua española.

El término que debe reemplazar al malhadado del título es “otorgamiento”, que ése es el sustantivo que corresponde a la acción de otorgar.

*REGUERETE 

“. . .digamos un REGUERETE controlado de estilos musicales que van desde el. . .”

El vocablo en estudio como es de esperarse no consta en el catálogo de la prestigiosa academia madrileña de la lengua. La palabra en cuestión procede de las Antillas.

Se le usa desde tiempos remotos en el habla y hasta en la escritura de la República Dominicana y Puerto Rico.

En la República Dominicana figura en los estudios lexicográficos de Patín Maceo quien presentó sus investigaciones al final de la década de los treinta. Otros autores se han ocupado de confirmar el uso y la vigencia del término. No se le puede considerar como un mero dominicanismo o como dominicanismo cien por cien porque es difícil reclamar la paternidad exclusiva para ese país. Para el autor antes mencionado, “reguerete” es “copia, plenitud, muchedumbre de personas o de cosas”. Él también reconoce que se le usa en Puerto Rico.

En su Diccionario del español de América, don Marcos Morínigo, al reconocer la existencia del vocablo en nuestra América lo sitúa en los mismos países antes mencionados, y para la República Dominicana expresa que significa “serie desordenada, retahíla”; mientras que en Puerto Rico, según su criterio, es “desorden, confusión”.

Otro autor más moderno, Renaud Richard,  detectó el uso en la literatura puertorriqueña y ofrece como significado el siguiente: “gran cantidad de cosas en desorden”. El uso citado pertenece a René Marqués, en una obra publicada en 1983. Si se comparan las fechas ofrecidas acerca del uso del vocablo, se extiende más allá de cuarenta años.

El valor moderno de la palabra en el habla dominicana es vulgarmente, “escándalo, de protesta”. De este modo lo registra el estudioso dominicano Max Uribe.

Como consecuencia del empleo de ”reguerete” con los significados antes vaciados, ha dado pie a que en la República Dominicana el “reguero” es un desorden. Es de uso común que una madre increpe a su vástago con una expresión como esta: “Muchacho, recoge ese reguero antes de que llegue la visita, que esto parece un gallinero”.

RETRATO ROBOT 

“. . .Los investigadores ya poseen un RETRATO ROBOT de los sospechosos”.

Vale la pena revisar la historia del vocablo “robot” primero, para luego entrar en las consideraciones acerca de la pertinencia de la combinación del título.

Tal y como los señala la Academia, el origen cercano de la entrada del vocablo “robot” se encuentra en el inglés, lengua que lo recibió del checo. La difusión del término se debe a la obra teatral de ficción científica de Karel Chapek “Robots universales de Rossum”, que se tradujo al inglés en la década de los treinta del siglo XX. En español entró en el suplemento al Diccionario de la Academia del año 1970.

En la última edición del diccionario de la Academia, de 2001, la Academia ha incluido la combinación del título en la sección consagrada a “retrato”. Primero trae a “retrato hablado” y consigna que se usa en Colombia, México, Perú y Venezuela y para su definición remite a “retrato robot”. Para esta entrada expresa que es la “imagen de una persona dibujada  a partir de los rasgos físicos que ofrece quien la conoce o la ha visto”.

El primer diccionario que incluyó en sus páginas esta combinación fue el Pequeño Larousse de 1994, con una definición que es esencialmente ésta, “el dibujado siguiendo indicaciones de los testigos. . . en un delito”.

No habría que sorprenderse si en el futuro la familia de derivados de robot aumenta, pues robótica ya entró, queda pendiente de que logren su ingreso el término “robotización”. Ya consta en el lexicón mayor el verbo “robotizar”, con el significado de “introducir robots en procesos industriales”.

Una vez que se ha revisado todo, o casi todo lo concerniente al vocablo robot, se está en medida de evaluar lo acertado de la combinación del título, no a la luz de la sanción de la Academia, sino examinado de acuerdo con la lógica, para determinar la pertinencia de la misma.

Si ahora resulta que robotizar es mecanizar, ¿de dónde sale que un retrato pueda ser robot? Si por otra parte robot desciende de esclavo, y significa invención capaz de efectuar automáticamente operaciones o movimientos varios, de donde llega a servir para designar el retrato que se hace compuesto basándose en los datos suministrados por personas o testigos oculares. No se logra encontrar el hilo que conecta los dos conceptos, el del automatismo y el dibujo confeccionado sirviéndose de descripciones orales.

Hay más, en Argentina, Uruguay y en Ecuador, se emplea “idéntikit o identikit” para la “imagen de una persona dibujada a partir de los rasgos físicos que describe quien la ha visto”. El Panhispánico expresa: “no cabe censurar su empleo por estar generalizado”. Añade ese diccionario que existe también “foto robot”.

El “retrato hablado” de la América Morena es más lógico como selección para nombrar el dibujo que sale de la pluma del experto en componer el retrato, basándose en descripciones orales,  de una persona a quien no ha visto nunca.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *