PATINETAS – *RACKS – RASTRILLAR

Toda la vida me la pasé diciendo y escribiendo eso que copié más arriba de un comentario de periódico. Cuando era niño tuve el privilegio de desplazarme en una de ellas con destreza y orgullo. Hace unos años que le escuché al señor Jobino Guzmán mencionar que esa palabra no era la adecuada, que no la consignaba en su lexicón la Digna de Madrid.

El vocablo apropiado es PATINETE, sí con E. Yo que siempre pensé que eso del -NETA venía de la fuerza impulsora de las PATAS NETAS.

PATINETE, escribe la Honorable de Madrid, es “juguete que consiste en una plancha sobre ruedas y provista de un manillar para conducirlo, sobre el que se deslizan los niños poniendo un pie sobre él e impulsándose con el otro contra el suelo”. Añado yo ahora, lo del “manillar” será en España, porque en América es un timón o un guía. En la edición correspondiente al año 2001, la Academia asienta el vocablo “patineta” como sinónimo de patinete en algunos países. En otros países se menciona con el mismo término al monopatín.

En los años que se mencionaron en el primer párrafo, no existían los cascos protectores. Los niños y chicos asimilaban los golpes sin que estos produjeran desgracias mayores. Hoy las cosas son diferentes. No sé si el placer será el mismo porque en verdad no me atrevería a montar una de estas modernas, más livianas y más veloces.

*RACKS

“colocar periódicos en RACKS distribuidos por todos los campos universitarios”.

Hay que ser muy haragán para no escribir lo que corresponde en lugar de la palabreja del inglés. Los periódicos en los Estados Unidos se colocan en máquinas expendedoras que trabajan mecánicamente contra el depósito del dinero.

Podría escribirse, entonces, colocar los periódicos en las máquinas o puestos de periódicos, a sabiendas de que esta última solución implica que éstos no necesitan de personal.

Sabemos que “rack” es anaquel o estantería en sus primeras acepciones, mas estas dos palabras serían sólo válidas para exhibición de periódicos bajo techo, es por eso que se proponen aquí las dos soluciones que figuran en el párrafo anterior.

Ahora es tiempo de ocuparse de “campos universitarios”. RECINTO es el vocablo que se favorece en este caso, sobre todo porque en algunos locales universitarios no hay ni un área verde que embellezca el sitio.

RASTRILLAR

“. . .RASTRILLÓ y apuntó la pistola hacia el maestro…”

El Diccionario Oficial trae seis acepciones generales para el término estudiado en esta sección. Entre ellas hay algunas que son propias de nuestra América Morena. Una de ellas se refiere a un significado que tiene en Argentina, Bolivia y Uruguay este verbo, y significa en operaciones militares o policiales, “batir áreas urbanas o despobladas para reconocerlas o registrarlas”. Estos datos que se consignan representan un cambio en la última edición del Diccionario de la Real. Con anterioridad, edición de 1992, eran recogidas solo cuatro acepciones generales y la particular de América se la atribuía la Academia a Argentina solamente.

Ninguna de las acepciones de esa edición se refiere a la acción, en un arma automática o semiautomática, de llevar el proyectil a la recámara, para dejarla lista para disparar. En algunos países se usa el verbo del epígrafe para esa acción que se acaba de describir. Según parece ese significado no es de uso generalizado en nuestra América. No obstante lo escrito en la última oración, aparece en el Diccionario de hispanoamericanismos, 1997, coordinado por Renaud Richard. En ese diccionario el verbo consta de este modo: “Accionar el percutor de un arma de fuego para que esté lista para disparar”. Esta obra menciona los países en los cuales se utiliza el verbo de esa manera: Ecuador, Perú, Argentina, Venezuela, Colombia y otros.

El significado que se reconocía en algunos países de habla hispana de nuestra América es el que menciona en su Diccionario del español de América, Marcos Morínigo, quien ofrece este verbo como equivalente de “disparar un arma de fuego”, lo hace para nada menos que nueve países de nuestra América Morena.

En ese diccionario de americanismos se menciona que en cuatro países es “marrar un arma de fuego”. “Marrar” según el Diccionario de uso del español de María Moliner, es “fallar”. En otros países RASTRILLAR un fósforo es restregarlo para encenderlo, México entre ellos.  Desde el año 1942, en su Diccionario general de americanismos, Francisco Santamaría asienta como propio de México para el verbo “rastrillar”, por extensión, el valor de “descerrajar un tiro”. Todavía conserva el verbo ese significado, tal como lo reconoce Bernard H. Hamel en su Bilingual Dictionary of Mexican Spanish, 2002.

En el Diccionario de dominicanismos de Carlos Esteban Deive, 2002, el autor describe el verbo “rastrillar” así: “Tirar del gatillo de un arma de fuego”. Esa redacción no menciona el resultado.

El Diccionario del español de Argentina, de Haensch y Werner, 2000, consigna el verbo estudiado aquí con la significación siguiente: “Preparar un arma de fuego, especialmente un fusil, para disparar, haciendo correr el dispositivo que hace entrar un nuevo proyectil en la recámara una vez expulsado el cartucho usado”. El Diccionario del español de Cuba, de los mismos autores mencionados antes, señala para el verbo rastrillar “Cargar un fusil abriendo y cerrando el cerrojo”.

En la edición vigésima segunda, 2001, del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, las autoridades de esa corporación recogen, en la sexta acepción, una que es del nivel coloquial en Cuba y Venezuela, “accionar una arma de fuego sin lograr que dispare el proyectil”.

En República Dominicana durante muchos años se escuchó el verbo “sobar” para preparar un arma automática o semiautomática para disparar. Esto consiste en colocar el primer proyectil en la recámara. Después de esa acción el arma elevará por sí misma los próximos cartuchos en la medida en que se produzca el disparo. Este verbo no consta con esta significación en ninguno de los diccionarios compulsados.

En los periódicos, como en todas las obras escritas que se producen para que las lean personas de varias nacionalidades, hay que adoptar la terminología que sea más idónea para llevar el mensaje a todos. Es preciso evitar los localismos, regionalismos, etc.

RECORRER *A  

“Un escalofrío recorrió ayer A los mercados europeos”.

No se me culpe si algún desaprensivo escribe la preposición A después del verbo recorrer. Este verbo no admite esta preposición. “Usted recorre las carreteras. El sudor recorrió la espalda del sujeto”.

Hay un verbo parecido a este que sí acepta la preposición A es RECURRIR. “Recurrió a sus amigos para que le prestaran dinero”.

El verbo recorrer en el caso de la cita se le emplea de modo figurado, y, aún así no acepta la preposición. Debió publicarse de la manera que sigue: “”Un escalofrío recorrió ayer los mercados europeos”.

ALIENAR

“… que el modo en que el gobierno de C, ha manejado el caso de E. podría ALIENAR a los votantes cubanoamericanos del Partido Demócrata”.

En el sentido del derecho, alienar es vender y, también enajenar. ALIENARSE es volverse loco. Hay que recordar que muchas veces se escucha y se lee el verbo ALIENARSE para indicar que alguien pierde el favor de otra persona o de un grupo de personas. Se acepta como correcto el expresarse diciendo que alguien “se alienó” el voto, el favor, la ayuda o lo que fuere.

Lo que no se recuerda ni se cree que sea correcto es usar el verbo con el valor de PERDER si no es en su conjugación pronominal. Ahora bien, si lo que pretendía era escribir que los PERDÍA, entonces debió escribir que “podría ALIENARSE a los votantes…” Empleado de este modo es como se entiende que este verbo es sinónimo de ENAJENARSE, que no es otra cosa que apartar de sí, por culpa propia, la simpatía, el cariño, el favor, etc. de alguien.

ANTE – EN – SOBRE

“…los ojos de la nación están puestos ANTE este delicado problema…”

Parece que no hay suerte. En los casos en que deben emplear ANTE usan EN y luego en las oraciones en las cuales deben usar EN usan ANTE. Véase el ejemplo para comprobar lo que se asevera.

Cada persona es libre de posar sus ojos donde más placer le produzca. Lo único que se le pide es que cuando lo haga, si lo dice o lo escribe, lo haga acompañado de la preposición correspondiente.

ANTE sirve para decir “en presencia de”, y, resulta muy cuesta arriba poder entender que los ojos estén “en presencia de”. Lo que se impone aquí es usar uno u otro de los dos términos que constan como segundo y tercero en el título de esta parte de los comentarios.

Si se usa SOBRE, entonces se es bastante gráfico, se entiende que “los ojos están PENDIENTES” de este delicado tema. Podría también hacerse uso de EN, aunque no es lo más conveniente.

APARTARSE *A – APARTARSE DE

“Me ofende que se piense que estoy APARTÁNDOME A mis deberes”.

Al pobre abogado le atribuyeron palabras que él nunca pronunció en su idioma

Hay que tener en cuenta que no tiene el mismo significado el verbo apartar(se) en sus funciones pronominales que cuando no es pronominal.

Cuando se usa el verbo en sus funciones sencillas, APARTAR, en algunos casos se puede escribir APARTAR A. En ese caso significa que al sujeto “lo separaron de entre otros” o bien que lo “sacaron”. Él no hizo la acción.

Eso último es muy distinto del caso en que el sujeto es quien ejerce y recibe la acción. “Se apartó de mí enseguida”, por ejemplo. En mis años mozos decían: “Aparten esos muchachos que están abruzados ahí, que van a terminar peleando”.

En boca del abogado de la reseña, valía la pena escribir: “Me ofende que se piense que estoy sustrayéndome a mis deberes”. En sus funciones pronominales, el verbo SUSTRAERSE significa: “Separarse de lo que es de obligación, de lo que se tenía proyectado o de alguna otra cosa”.

APACHURRAR – APABULLAR 

“De haber sido gladiador en la era de los romanos…se hubiera rebelado y APABULLADO  a los césares… y APACHURRAR a una veintena de sus compañeros.”

La voz APACHURRAR significa lo mismo que DESPACHURRAR, y ésta es “romper una cosa blanda por golpe o compresión, de modo que se sale lo que tiene dentro”.  La definición que se copió es más elocuente que la que trae el DRAE. Se puede comprobar esto si se lee lo siguiente: “aplastar algo despedazándolo, estrujándolo o apretándolo con fuerza”. Esa última corresponde a la redacción del DRAE. La Academia misma en su diccionario coloca el verbo en el nivel coloquial.

Se ha escuchado muchas veces el verbo aperruchar, o *apechurrar Esa corrupción del verbo, en el último caso, viene de la falsa relación entre éste y el sustantivo pecho. Es natural que los hablantes establezcan este tipo de relaciones con la consiguiente deformación del vocablo real, en este caso un verbo.

Manuel Patín Maceo, en su obra Dominicanismos, ofrece los sinónimos del verbo aperruchar: apretar, estrujar, aplastar. Menciona Carlos Esteban Deive en su Diccionario de dominicanismos que entre campesinos es *apurruchar.

APABULLAR consta en el DRAE como: “confundir, intimidar a una persona, haciendo exhibición de fuerza o superioridad”.

Quizás lo que hizo este moderno gladiador fue sólo APLASTAR o ACABAR la resistencia de sus oponentes. No hay maldad en la exageración con el auxilio de verbos más contundentes.

Hay que reconocer que el lenguaje familiar o coloquial conoce muchas expresiones o palabras que no están consagradas o admitidas por el buen uso, que no son de uso general, y, que muchas veces son solo de uso restringido en una zona, ciudad o país.

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