ESTRESAR – ESTARSE* FORMANDO – ESTANQUE

“Aunque se pueden estresar por unos días”.

La cita se refiere a plantas. Así se la halló en un diario.

Este verbo todavía no aparecía en el Diccionario de la lengua hasta la publicación de la última edición, la del 2001. Las palabras que sí aparecían eran “estrés” y “estresante”.


Para ESTRÉS, que es la grafía que la Academia ha adoptado para el inglés “stress”, la definición era de sentido restringido, “m. Méd. Situación de un individuo, o de alguno de sus órganos o aparatos, que, por exigir de ellos un rendimiento superior al normal, los pone en riesgo próximo de enfermar”. Es posible que muchos de los lectores muestren sorpresa ante la definición de la Academia. Con esta definición se hacía un poco difícil usar la palabra en el español de todos los días. Esa era la noción de estrés en el año 1992.

La propia autoridad de la lengua se dio cuenta de la estrechez de su definición y en la siguiente edición la varió. Véase aquí la nueva definición, la del 2001: “Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves”. Aquí sí que acertó la digna de Madrid. Usó el vocablo “tensión”, que era el usado antes en la lengua nuestra para los mismos propósitos y colocó en primera línea el aspecto psicosomático.

Por lo general el uso que se hace de la voz salida del inglés es para las personas quejarse de la “tensión” a la que están sometidos por causas externas, por circunstancias que escapan al control del sujeto.

Vale la pena aquí ocuparse de la otra voz relacionada con la anterior, ESTRESANTE la que se define como: adj. Méd. “Que produce estrés. Trabajo estresante; situación estresante”. Tanto la palabra estrés, como estresante, figuran en el repertorio oficial de la lengua desde la edición de 1984.

Ya en la edición vigésima segunda del DRAE, se incluyó el verbo que no parecía todavía en la edición del 1992. Este verbo se impuso a los analistas de la lengua. El uso de esta voz inglesa sobrepasó cualquier palabra de probado sabor español.

Cuando la Corporación de Madrid decidió darle cabida a este anglicismo, con la grafía del español, lo hizo porque como escribió el académico Rafael Lapesa, “…de no encontrarles buenas traducciones, sería lo menos malo que pudiera traer al idioma; peor es la presencia física y mental de sus formas inglesas, que puede alterar profundamente las pautas fonológicas y gramaticales del español”.

El Diccionario panhispánico de dudas resalta que el plural de estrés es estreses, aunque señala que es de escaso uso.

ESTARSE* FORMANDO

En español como en otras lenguas derivadas del latín se permite que el pronombre que introduce el reflexivo o el pronominal se coloque tanto delante del verbo que actúa en funciones auxiliares, como del participio pasado del verbo principal. La lengua cuenta con muchos ejemplos desde época remota y de plumas muy acreditadas.

Aunque se considere de mal gusto que se haga, no se puede hacer más que tolerarlo. Por elección muy personal el autor de estas reflexiones sobre el idioma prefiere evitar ese uso y siempre colocarlo sobre (=después) el segundo elemento del verbo. Además, no se considera que sea de buen gusto tampoco escribir en español lo que figura como epígrafe, a menos que no sea en un sentido restringido. Véanse algunos ejemplos que servirán para aclarar el asunto.

Cuando se escribe “Él está comiendo carne”, es porque él lo hace en ese preciso instante. También se usa para indicar que ha cesado de ser vegetariano y que “ahora” come carne. Para señalar que él come carne “siempre” no hace falta escribir el gerundio.

Es prudente también usar el gerundio en los casos en los cuales se desea expresar que de manera excepcional el sujeto está haciendo algo, como en este ejemplo: “Él está comiendo carne durante el verano”. Si se escribe “Él come carne durante el verano”, puede pensarse que es una costumbre, algo que el sujeto hace todos los veranos.

En español, el gerundio empleado de esta manera tiene orientación hacia el pasado y no hacia el futuro. Hay que explicarlo, no se puede hacer como en inglés, decir o escribir “*Mañana te estoy escribiendo”. En este caso en español se usa el presente del indicativo, “Mañana te escribo”. La temporalidad del verbo queda despejada con la introducción del vocablo “mañana” que sitúa la acción en el futuro. De manera excepcional podría escribirse: “Mañana a esta hora estamos comiendo en Nueva York, si Dios quiere”. Repárese que en este caso es aceptable, pero la acción está muy bien definida en el futuro e introducida y fijada por dos elementos. El ejemplo no es limitativo.

Lo que se desaprueba completamente es una construcción como esta que se localizó en la prensa diaria: “Algo parecía *ESTARSE FORMANDO en el mar Caribe…” No es elegante añadir el -SE al verbo ESTAR, por la misma naturaleza de este. En este caso puede colocarse así: “Algo parecía ESTAR FORMÁNDOSE…”

Estos son los matices que enriquecen la lengua. No hay que preocuparse con estos asuntos cuando SE ESTÁ ESCRIBIENDO, sino que es algo que se adquiere con el uso de la lengua. La buena lectura ayuda.

Muchos de los mejores escritores de la lengua española no invirtieron su tiempo en el aprendizaje de la gramática, sino  que la adquirieron como una cosa natural, por esa razón notarán los lectores que muchos de entre los mejores desdeñan las reglas. Entre quienes la desdeñan los hay que son genios del quehacer literario.

Para las personas que están interesadas en escribir bien, en el sentido de incurrir en menos errores, lo más indicado es sugerirles la lectura, y leer los buenos autores, así se contagiarán de “los buenos modales de la lengua”.

ESTANQUE

“ . . .y dos ESTANQUES para almacenar 150 litros de gasolina…”

En el texto se trataba de un vehículo automotor.

Según el DRAE el ESTANQUE es “Balsa construida para remansar o recoger el agua, con fines utilitarios, como proveer al riego, criar peces, etcétera, o meramente ornamentales.” Por el tipo de descripción que provee el DRAE no es posible que sea transportable como lo es el TANQUE.

El vocablo último es el que define la Digna Corporación de Madrid en su acepción número tres como: “Recipiente de gran tamaño, normalmente cerrado, destinado a contener líquido o gases”. En muchos de los países de nuestra América se usa la palabra “tanque” para mentar el depósito o recipiente que sirve para almacenar el combustible o carburante de los automotores.

Es fácil adivinar que un vehículo no puede almacenar combustible en un estanque, sino en un tanque. La diferencia estriba en la posibilidad de transportación del recipiente.

ESTÁNDAR – TIPO – MODELO – NORMA – PATRÓN – REFERENCIA

La primera palabra que encabeza esta parte de esta sección no llegó al Diccionario de la Lengua sino después del año 1970. Las circunstancias del uso persistente forzaron a la Corporación de Madrid a concederle carta de naturaleza dentro del idioma a la voz procedente del inglés, standard. .

Los demás vocablos que engalanan este título son de buena solera y pura cepa española, por lo menos por el tiempo de maduración que han pasado en los predios de la lengua.

El dichoso ESTÁNDAR se coló porque no se supo resistir la tentación de usarlo. Todos los vocablos que se reprodujeron en el título, los ofrece la Academia misma quizás en su afán por atajar el uso desmedido del voquible ese.

Se insta a todos aquellos que se precien de ser sensatos en el uso de la lengua a que utilicen los equivalentes cada vez que las circunstancias le ofrezcan la oportunidad y así eviten el enojoso ESTÁNDAR.

ERRÁTICAMENTE

“La caída también podría traer sobriedad y razonamiento a un mercado que se comportó ERRÁTICAMENTE…”

No conforme con confundir la palabra “errático” con su parecido inglés “erratic”, ahora transportan el error al adverbio.

Lo de cómo algo que sucede en el mercado pueda traer RAZONAMIENTO a este mercado mismo…se dejo de tarea a los lectores, porque no se le encuentra ni pie ni cabeza. Que le traiga sobriedad está bien, mas lo de RAZONAMIENTO sólo las personas pueden tenerlo y no se le puede extender ni en sentido figurado.

En español la palabra ERRÁTICO es sinónimo de ERRANTE, VAGABUNDO, AMBULANTE, SIN DOMICILIO. En Medicina se usa para los dolores que se mudan de sitio, que pasan de una parte a otra del cuerpo.

Cuantas veces los hispanohablantes se encuentren en sus andanzas con la palabra inglesa ERRATIC, lo que tienen que hacer es analizarla y emplear una de las soluciones que se ofrecen a continuación: IRREGULAR, INCONSTANTE, NO PERIÓDICO, DESIGUAL, MUY VARIABLE, ALEATORIO. Aquí se ve uno en la obligación de usar la misma advertencia que se repite de cada vez. . .estas soluciones son para utilizarlas de acuerdo con la especificidad de cada caso y ciñéndose a las circunstancias.

Otro tanto como sucede en español acaece en francés. En circunstancias normales en esa lengua la voz del inglés significa “wandering”. Si se lee en francés “Elle n´aime pas les chiennes errantes”, eso quiere decir: “A ella no le gustan las perras vagabundas. En propiedad la voz ERRANT del inglés para llevarla al francés hay que usar “fautif”.

En portugués ERRÁTICO, adjetivo. Errante; vagabundo; que muda de lugar. Viene del latín “erraticu”=errante.

El origen de la palabra en español data del siglo X, del latín “errare”, que no era otra cosa que “vagar, vagabundear, equivocarse”. Errabundo pareció ya en el año 1438, según está documentado.

En francés el vocablo desciende del mismo tronco, del latín “erraticus”. En latín se usó para designar así a las estrellas errantes, en el siglo XIII, “estoiles erratiques, que en latín lo expresaban así: “erraticae stellae”. De esta raíz han sacado lo portugueses, por imitación la expresión “bloco errante”, para designar así los témpanos de hielo que navegan a la deriva.

Cada vez que lean la palabra que se parece a la del español que nos ocupa, ERRATIC, empleada para calificar a una persona, piensen que pueden traducirla como EXCÉNTRICO, VOLUBLE.

COMPULSAR 

“…y el bloqueo que estimulan y COMPULSAN también la emigración ilegal…”

Era una cita de un documento de protesta de un gobierno. Cuesta mucho esfuerzo aceptar que en las esferas de un gobierno no exista un letrado competente para detectar estos deslices. Ahora hay que ocuparse del asunto.

Según el “mataburros” de la Academia, este verbo COMPULSAR significa “Examinar dos o más documentos, cotejándolos o comparándolos entre sí”. Este verbo viene del latín compulsare. En materia jurídica es copiar un documento del original y concederle a este más o menos fuerza según la autoridad que lo expide.

Ahora bien, el problema surge con el sustantivo COMPULSIÓN. Este significa: “Apremio y fuerza que, por mandato de la autoridad, se hace a alguien para que ejecute alguna cosa. // 2. INCLINACIÓN, PASIÓN VEHEMENTE y contumaz por algo o alguien”. Las mayúsculas son mías.

Ya habrán los lectores notado que de aquí deriva el error. En realidad en el documento criticado cabía que se escribiera ALIENTAN, ESTIMULAN. El texto propuesto es este: “. . .y el bloqueo que estimulan, y ALIENTAN también la emigración ilegal. . .”

La palabra COMPULSIÓN, acción de obligar, desciende del latín compulsio, de compulsus, participio de compelere. Apareció en la lengua española en el siglo XVIII. A su vez el verbo COMPULSAR “cotejar entre sí dos textos con fuerza legal, apareció ya en el año 1539 y, deriva de COMPULSARE, “hacer que dos cosas choquen una con otra”.

La palabra compulsa esperó hasta el siglo XVIII para hacer su aparición documentada. En portugués el verbo compulsar ingresó en la lengua por medio del latín compulsare, como “empujar violentamente; chocar con”. Figura documentado desde el año 1873.

En italiano es compulsàre, verbo que indica lo mismo que en español: leer, consultar libros, documentos, etc., especialmente con el propósito de estudio. Documentado desde el 1905 en esa lengua. Llegó por medio del francés con este significado compulser, que era la acepción culta de lo mismo que se explicó con anterioridad. Desde el 1664 existía en el derecho francés como: “constreñimiento a cualquiera para comparecer en juicio”, de allí evolucionó hasta prestarse para designar el documento que contiene la fuerza de obligar a cumplir una orden judicial. Antes de llegar aquí en francés significó: “la exigencia de comunicación, por medio oficial, de comunicación de un documento”, es decir, el derecho  de acceso al documento, para tener conocimiento del documento.

COMPUESTO

“…mientras los musulmanes llegaban a las oraciones de mediodía al COMPUESTO de su Noble Santuario…”

No cabe duda que el uso de este término es obra de un distraído. Entre las muchas acepciones que posee este vocablo la más sencilla es la de “agregado de varias cosas que componen un todo”.

Se intuye que en el texto en inglés se utilizaba la voz “compound”, que en ese idioma no es más que, para los fines que interesan aquí, “un área que comprende un grupo de edificios rodeados por una verja o muro”.

En ninguno de sus significados la palabra en español posee un significado parecido o semejante al que se le ha imputado en este texto que se copió más arriba.

Lo que se ha leído en otras redacciones, en circunstancias similares a la del ejemplo es el término “complejo” para esos sitios separados y enverjados.

Si la memoria no falla, en República Dominicana hace años se decía que una persona estaba “compuesta” cuando había hecho algún arreglo con un brujo para que lo hiciera invulnerable o invisible. En los campos se contaban historias de bandidos que se hacían invisibles en medio de la noche. Los cuentos relataban que a algunas personas “compuestas” no las podía matar un cualquiera, solo personas especiales. Esos arreglos se hacían con el “enemigo malo” mediante ensalmos y promesas. Claro, ese “compuesto” de mis recuerdos infantiles no consta en diccionario alguno.

FONDOS MUTUOS

En muchas ocasiones se ha tenido que “sufrir” las traducciones que se escriben de “mutual fund” como esa que consta en el título.

Las soluciones fáciles siempre deben evitarse, pues en la mayoría de los casos lo que hacen es que propician el error. A través de los años algunas personas, entre las cuales me cuento, aprenden a desarrollar un sexto sentido que les avisa cuando un vocablo no cabe, cuando ese parecido engañoso no es real, sino fingido.

En los Estados Unidos hace un tiempo que están de moda los “mutual fund” hasta el punto que cualquier hijo de vecino habla de ellos y se les consideran tan buenas inversiones que aún los ignorantes se sienten atraídos por la rentabilidad y aparente fortaleza.

Consecuente con esta popularidad se ha hecho muy común traducirlos como “fondos mutuos”. Claro está, si uno examina de cerca lo que eso significa se encuentra con que solo quiere decir, y dice, que dichos fondos pertenecen a más de una persona.

Para que la traducción sea aceptable hay que mencionar lo que esos fondos son INVERSIONES, si no, la idea no es clara. Lo que debería usarse es FONDO COMÚN DE INVERSIÓN. Se tiene conocimiento de que algunos diccionarios especializados bilingües ofrecen como traducción eso que figura en el título. Otros proponen FONDO DE INVERSIONES.

En épocas ya olvidadas existieron unos FONDOS MUTUALISTAS que tenían una estructuración diferente y que servían para auxiliar a sus miembros. Los últimos procedían de las cuotas de los miembros de las asociaciones que los propiciaban.

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