ENRACHARSE – ATERRIZAR – RESORTE – ENTRÓN

“Si estos Marlins se ENRACHAN lo suficiente como para colocarse en situación. . .”

No hay que pensarlo dos veces para darse cuenta de que en el texto lo que se quiere dar a entender es que la persona o cosa ha entrado en una “racha”.

En la primera entrada que para la palabra “racha” consta en el diccionario oficial de la lengua española, en su segunda acepción, consta lo siguiente, “en cualquier actividad, período breve de fortuna o desgracia”.

Desde que se lee la cita transcrita al principio de esta sección, se nota que en este como en muchos otros casos, se toma el significado de “racha” como período de fortuna, de buena suerte. Para que pueda aceptarse el uso, en cada caso de especificarse de cual tipo de racha se trata, de fortuna o desgracia, como las llama la Academia. Hace falta que se defina a qué tipo de racha se refiere.

En el texto que se comenta se ha formado un verbo tomando como punto de partida el vocablo que se definió antes, racha. El verbo solo existe en el habla descuidada.

ATERRIZAR 

“Nadie imagina una intervención multinacional en país alguno, pero sí un compromiso más ATERRIZADO y real en la única salida a estos conflictos, como lo muestra. . .”

Si se medita un poco se llega a la conclusión de que el autor del artículo ha utilizado el verbo aterrizar con una significación que no le es propia.

Aterrizar es posarse sobre la tierra, pero solo cabe que se le aplique a los aviones o artefactos voladores. Las personas que se lanzan desde las alturas también pueden aterrizar. En el lenguaje coloquial es “caer en el suelo”. En ese mismo nivel del habla se le aplica a una persona que se aparece o presenta inopinadamente en algún sitio.

En otros niveles del idioma, descender a tierra, es sinónimo de tener contacto con la realidad, en el sentido de no perder el contacto con lo que sucede entre los hombres. Quizá a esto se refería el articulista cuando incluyó el verbo aterrizar para sugerir esta idea.

Este verbo se utilizaba mucho en el nivel coloquial para llamar al terreno de los hechos a los disertantes que se elevaban demasiado y  se perdían en elucubraciones teóricas. Fue de uso frecuente en discusiones políticas, sobre todo.

RESORTE

Un miembro del Departamento de Bomberos combate un foco de fuego en el Monte Lemmon, un RESORTE de sky cerca de Tucson.

Muchos de los lectores pensarán que un error de este tipo es simplemente imposible. En la cabeza de esas apersonas no cabe que alguien en su sano juicio pueda pensar que un “resorte” sea un sitio donde se puede practicar un deporte con ayuda del esquí.

El famoso “resorte” no es más que un “centro vacacional”. En la definición de la palabra en inglés destacan dos rasgos, los deportes y los entretenimientos. Por lo general, en los sitios que se llaman en lengua inglesa resort, las personas los visitan con frecuencia.

Con relación a la otra perla, la del sky, en español hace mucho que se adaptó su representación gráfica al sistema de la lengua común, escribiéndola así: esquí. De paso, el vocablo antes mencionado admite el plural esquís, y en algunos casos, aunque menos frecuente, se tolera esquíes.

ENTRÓN 

“¿Dónde está ese F., decidido, ENTRÓN, que hizo tambalear al. . .”

En casos como el que se estudia en esta sección el recurso al o a los diccionarios de la lengua común no son de gran ayuda porque el escritor utiliza un vocablo que pertenece al léxico propio de un país.

El término “entrón” figuraba ya en el Diccionario General de Americanismos de Santamaría, es decir, se le consideraba ya un americanismo en el año 1942. La primera acepción que el autor recién mencionado le reconoce es “animoso, resuelto, acometivo”. Se ha reproducido el texto con toda fidelidad, es por eso que aparece *acometivo. El famoso estudioso de los americanismos ya en ese año consideraba que era de uso en Méjico.

Si la palabra ha conservado durante todos estos años el favor de los hablantes mejicanos, es de extrañarse que los académicos de ese país no la hayan presentado para su integración en el diccionario mayor de la lengua común.

En casos como el que se analiza aquí, cabe que se pregunte si hay falta de diligencia de parte de las autoridades de la lengua; o si por el contrario, el columnista emplea en este caso un vocablo que no es de uso general en ese país.

PITCHEAR 

“Cada vez que PITCHEA, los niveles de teleaudiencia duplican a los de otro partido cualquiera de los peces.”

Como se entiende enseguida, se trata de una asimilación de la voz del inglés to pitch, que se acomoda a la lengua española con la terminación de un verbo, para que se entienda que desempeña esas funciones.

En las narraciones modernas se ha sustituido el verbo inventado a partir del inglés, por el verbo lanzar, y a la persona que ejecuta la acción ya no se le llama pitcher, sino lanzador. A la técnica que emplea el lanzador para enviar sus lanzamientos se le conoce como el pitcheo.

En los países donde se practica el béisbol es muy común que se empleen muchas voces de la lengua inglesa. Los países que sufrieron invasiones y ocupaciones de los Estados Unidos de América del Norte en el pasado, son elocuentes testigos de estas intromisiones de voces inglesas en la jerga deportiva.

En algunos momentos durante el juego los narradores y los reseñadores de las acciones del lanzador también dicen o escriben que éste hace “envíos”.

El verbo inglés to pitch ha dado origen al verbo “pichar” en el español americano, que significa “tirar la pelota el lanzador al bateador” en el béisbol. De ese verbo deriva el sustantivo picheo que es sinónimo del español lanzamiento. Todo lo que consta en este párrafo son las adaptaciones gráficas de las voces inglesas. No hace falta destacar que son de uso muy común y aceptado en todos los medios de habla. Claro, con excepción de los puristas que se niegan a tolerar este tipo de ligerezas.

OPTAR *EN 

“A. optará una vez más EN cobijarse cómodamente (en un tema que no resulta polémico, como Irak) en el contexto consensual de las instituciones europeas.”

En muchas ocasiones se ha criticado la selección de las preposiciones que acompañan a ciertos verbos o locuciones. En el caso presente una vez más se encuentra el lector ante el caso de una preposición inconveniente.

El peligro aquí, como con todas las preposiciones, es que son muy cortas y se las asimila de repente. Se las copia sin control, y existe la posibilidad de que un lector desprevenido tome este uso como correcto y luego comience a repetir el error a su vez.

El verbo optar utiliza tres preposiciones que son convenientes y que se emplean dependiendo del caso de que se trate. Cuando se trata de optar A algo, ésa es la que conviene. Si existe más de una posibilidad, y se elige, entonces se dice y escribe que se opta “por”. Hay otra alternativa para expresar que se selecciona una cosa de entre dos o más, optar “entre”.

AGENDA 

“. . .que presumiblemente formará la piedra angular de su AGENDA social de cara a su reelección.”

Cada vez cala más hondo la famosa “agenda”. Todavía puedo rememorar los momentos que pasé tratando de localizar en el diccionario la palabra estudiada aquí. Hace cerca de cuarenta años el vocablo “agenda” casi no se usaba en la lengua común.

En la actualidad se emplea el término con usos que no le son propios. Para examinar el asunto se recurrirá primero al diccionario de la Real de Madrid; luego se pasará al Webster´s de la lengua inglesa, y el error saltará a la vista.

La autoridad de la lengua de Madrid cuando ofrece la definición de lo que es la agenda, lo hace comenzando por el latín, lengua en la cual eran las cosas que se “han de hacer”. Inmediatamente después define la “cosa” u objeto como “libro o cuaderno en que se apunta, para no olvidarlo, aquello que se ha de hacer”. La segunda acepción española corresponde a la “relación de los temas que han de tratarse en una junta o de las actividades sucesivas que han de ejecutarse”.

Si se interpreta la definición que se copió antes en su sentido estricto, “las actividades sucesivas que han de ejecutarse” se refieren solamente a las que atañen a la “junta”. Si no se hace de este modo se estaría sacando de contexto esta parte de la definición.

En el diccionario Webster´s, la segunda acepción traducida al español termina algo semejante a esto, “subyacente plan o programa, a menudo ideológico”. De este significado del inglés es de donde salen tantas “agendas ocultas”  que se encuentran en las reseñas de los periódicos y se escuchan en los comentarios políticos en la televisión. A menudo lo que se desea subrayar es que en realidad es un “plan personal”, que son “metas propias” o un “orden de prioridades” diferente. Hay que tener cuidado con la palabra “oculto”, pues eso entraña que no se da a conocer. Tan pronto aparece ese vocablo desaparece la buena fe.

En inglés el diccionario nada dice acerca de la libreta o cuaderno en el que se asientan las cosas que se han de hacer. Tampoco llaman con este nombre la libreta de apuntes que se destina a conservar en orden alfabético los nombres, direcciones y números de teléfonos de personas. Al destacar lo anterior lo que se desea es hacer entender que la última acepción de la libreta es un estirón de los dos lados que se le ha dado al concepto sin mediar autorización de autoridad ninguna.

Para resumir, nuestra “agenda” no es libreta de teléfonos, ni tampoco es plan implícito de índole ideológico. Hay que cesar la utilización de la palabra para nombrar este objeto y para aludir al último concepto.

PASQUÍN 

“En los años recientes, la administración de la Universidad. . . ha esparcido volantes y colocado PASQUINES en los recintos universitarios, advirtiendo a los estudiantes de los posibles efectos secundarios adversos de esas drogas. . .”

Aunque parezca mentira, todavía queda alguien por ahí que no sabe a ciencia cierta lo que es un pasquín, o que cuando traduce elige la palabra equivocada de entre las que le ofrecen como opciones.

Una de las características principales del pasquín es que no lleva firma. Otra es el carácter satírico del mismo. Por lo general, el pasquín contiene un ataque que se dirige contra el gobierno, una persona en particular o contra una corporación determinada.

La Respetada Institución Madrileña de la Lengua, en la última edición de su diccionario menciona que en El Salvador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela se conoce con el nombre de pasquín al “diario, semanario o revista con artículos e ilustraciones de mala calidad y de carácter sensacionalista y calumnioso”.

Después de revisado lo antes escrito no queda duda que la elección del “pasquín” en esta reseña fue un paso en falso. La Universidad a la cual se refieren en el artículo quedaría muy mal parada si fuera cierto. Quien no se salva de la furia de la censura es el autor o traductor de la pieza.

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