*DESLETARGAMIENTO – A PUNTA DE PISTOLA – POR MEDIO

“Eva García en el DESLETARGAMIENTO.” (Título sobre una fotografía, REG)

En mala hora los periodistas y redactores se inventaron que las palabras más largas tienen más valor que las concisas. No se conforman con preferir las primeras sobre las segundas, sino que además las alargan.


Como no se sabe qué diablos significa “*letargamiento”, mal podría explicarse lo que es este adefesio, *desletargamiento. Como en tantas ocasiones anteriores, el autor se despeñará con tal de dar con la palabra que se le escurrió de entre las circunvoluciones meníngeas al periodista.

Quizá quiso referirse al “letargo”, y a la salida de ese letargo, utilizando ese largo vocablo, como largo quizás fue el letargo a que se refería en su reseña.

Se hace propicia esta ocasión para insistir sobre la mala práctica de emplear largos vocablos para enredar la madeja, a pesar de que la lengua cuenta en su inventario con miles de vocablos cortos que transmiten la idea y el contenido de modo directo.
Hay que tener en cuenta -al escribir para el público- que lo sencillo es lo mejor. Las palabras rebuscadas complican la comprensión de lo expresado.

Otra palabra que se asemeja a la que produjo el periodista es “aletargamiento”, que es la acción y efecto de aletargar o aletargarse. Quizá a eso quiso referirse el desaprensivo periodista. Para terminar con el asunto, aletargar es causar letargo y el letargo es algo más que el simple sopor o modorra, es el estado de somnolencia profunda y prolongada.

Si se desea, se puede aceptar que alguien introduzca el concepto “*desaletargamiento”, para indicar con ese nuevo vocablo la superación del estado de aletargamiento.

De todas maneras, lo más efectivo y mejor es usar los términos que son de conocimiento de todos los hablantes, moneda corriente en la lengua actual.

A PUNTA DE PISTOLA 

“Se dan a la fuga tras asaltar y robarle a PUNTA DE PISTOLA a un estudiante.”

Una pistola tiene varias partes. La empuñadura, el cañón, el gatillo y otras más. No es posible encontrarle la “punta”a la pistola.

Las armas que sí tienen punta son los cuchillos, puñales, dagas y demás armas cortantes y punzantes.

La expresión “a punta de pistola” hace mucho que anda de boca en boca, y ahora de periódico en periódico. Hubiera resultado mejor escribir “pistola en mano”; “a mano armada”; “armado de pistola” o cualquier otra expresión que reflejara con veracidad la fechoría cometida.

Lo que no se puede aguantar es la “punta” esta. Lo que se encuentra en el extremo de una pistola es un hueco por donde sale el proyectil, y el hueco está en el cañón del arma, no hay tal punta.

Como hay tantas “puntas”, se trae el auxilio de la Academia para definir ésta de la “ene” intercalada. Es el “extremo agudo de un arma blanca u otro instrumento con que se puede herir”. No se piense que este “herir” aquí es equivalente de “disparar”, sino de causar herida punzante o cortante.

POR MEDIO 

“Las clases se dictan semana POR MEDIO, siempre en las tardes y reúnen a un nutrido grupo. . .”

Este extracto de literatura reporteril es un ejemplo de cómo alargar inútilmente un mensaje. Además de alargarlo lo complica porque no usa un giro del lenguaje apropiado para la lengua escrita.

Muy al contrario de lo que quiso expresar el periodista, este “por medio” en este sitio lo que hizo fue llevar a lo escrito una nota de confusión.

En el español de uso común “por medio” significa más bien un obstáculo o dificultad. En otros casos transmite la idea de desorden o estorbo. Ejemplo de lo expuesto, “Ya se habría marchado si no tuviera por medio tantas cosas por hacer.”

En el texto que se copió al principio de la sección era más sencillo escribir “. . .las clases se dictan cada quince días. . .” o “. . .cada dos semanas. . .” Es los casos propuestos se evita el mal entendido o la interpretación errónea del mensaje.

Después de planteado lo que precede en esta sección, hay que reconocer que en el nivel coloquial los hispanohablantes usan el giro empleado por el periodista. Esta afirmación no lo autoriza a llevarlo al texto, porque se puede convertir en modelo y eso no es legítimo.

TÚNEZ – *TUNISIA 

“Viajaba a Tunisia, Marruecos y adonde fuera, huyendo de mi. . .”

Algunas personas se dejan confundir por la manera de escribir el nombre de este país. En español Es y ha sido siempre Túnez. Los naturales de ese país son tunecinos y hasta tunecíes, pero no otra cosa.  No hay que dejarse seducir por la grafía que tiene en francés y en inglés, sobre todo la del inglés que confunde más por la terminación que se asemeja a muchas de las palabras empleadas en español.

El problema con la grafía correcta de muchos países es asunto de mucha actualidad con los países nuevos que se separaron de antiguas federaciones. En la mayoría de los casos lo más indicado es recurrir a un manual que reproduzca esos nombres en español, porque en muchos casos lo que hacen las agencias de noticias es que copian o casi copian la forma de escribir esos nombres del inglés o del francés, dependiendo de la procedencia de sus fuentes de noticias.

*LONCHERA 

“. . .es el momento de considerar el menú para una LONCHERA saludable.”

Todos los hablantes de español de los Estados Unidos de América del Norte saben a lo que se refiere la periodista con esta palabra.

Es un derivado del inglés lunch que es almuerzo. Los angloamericanos llaman lunch-box al recipiente que sirve para transportar el almuerzo, para llevarlo de la casa al trabajo, o a la escuela.

En Puerto Rico, Nicaragua y Colombia, es la “fiambrera, tartera”. En el habla de los hablantes de español de Estados Unidos, el “lonch” es el almuerzo, hay quienes lo pronuncian “lanch”, dependiendo del acento que deseen aplicarle. Los españoles usan el vocablo inglés para referirse al refrigerio que se ofrece a los invitados a una ceremonia. Los haitianos que viven en los Estados Unidos, en lugar de usar una palabra francesa para la comida del mediodía, utilizan lennch.

Otra palabra que deriva del mismo término es “lonchería”, que es la tienda pequeña donde se sirven platos ligeros. Con este contenido se usa la palabra en México y en Colombia.

Los hispanohablantes de los Estados Unidos le van ganando a los mismos hablantes del inglés, porque han reducido a una sola palabra la denominación para la fiambrera o tartera. También es una cafetería la lonchería, con lo que le gana al snackbar de los americanos compuesto de dos palabras juntas. Con este valor lo escribe el mexicano Carlos Fuentes.

*SILK SCREEN 

“La colección de las obras originales -todas hechas con la técnica de SILK SCREEN-es un préstamo de la Fundación. . .”

¿En qué quedamos? Una de las razones que con más frecuencia se esgrime para adoptar palabras y frases hechas del inglés es la economía de espacio, palabras o esfuerzo.

Ahora bien, en este caso, lo que hizo el periodista fue alargar el mensaje y complicarlo. Alargarlo porque usó dos palabras cuando en español se puede sólo emplear una. Complicarlo porque introdujo términos que no son bien conocidos del inglés, pues pertenecen a la jerga de las artes.

En el español de pura cepa existe el vocablo “serigrafía”, derivado del francés, para el procedimiento mediante el cual se hace una estampación a través de un tejido con la ayuda de un rodillo y pintura o tinta.

*ADJUDICAMIENTO 

“L. basó ayer su teoría de conspiración en el ADJUDICAMIENTO de cientos de miles de dólares de las arcas del. . .”

Una de las peores plagas que puede atacar a un escritor es no leer. Si no hay nutrientes que transiten hacia arriba, no tendrá sentido que el trabajador de la palabra escrita trate de redactar.

En todas las lenguas hay un aroma que acompaña las palabras. Ese sabor auténtico sólo pueden percibirlo quienes tienen sentido refinado para disfrutarlo. Eso es lo que los tratadistas se han empeñado en definir como el genio de la lengua. Ese genio es la idiosincrasia de la lengua. Es tan viejo el concepto que se le considera existente desde antes del desarrollo de los estudios lingüísticos.

La palabra que se le escondió al redactor fue “adjudicación”, que es la auténtica que existe en lengua española. Esa palabra, así como toda la de esa familia, es de abolengo pues consta en el vocabulario español desde el siglo XII. En latín ya existía como figura jurídica en sus funciones sinónimas de reconocimiento u otorgamiento de derechos.

El caso es peor en este error si se tiene en cuenta que la noticia de la cual se extrajo este texto venía firmada por dos periodistas, un hombre y una mujer. Ni entre los dos pudieron juntar suficiente conocimiento del idioma como para evitar incurrir en un error tan elemental como el señalado.

*TELENOVELERO 

“. . .y luego lo introdujo en el mundo TELENOVELERO al solicitar sus servicios para el área de la producción.”

No cabe duda de que las telenovelas forman parte de un fenómeno que gana más adeptos como medio de entretención. Hay quien asegura que las personas son algo más que lo escrito con anterioridad, son “adictos” a las series de novelas televisadas que se disfrutan por entregas.

La definición que la Academia presenta para la telenovela es “novela filmada y grabada para ser emitida por la televisión”. Esta definición carece de la caracterización de los episodios. Cuando aún no se había reconocido oficialmente el término, el diccionario Larousse de neologismos propuso una definición bastante completa, “narración melodramática emitida en televisión por capítulos.” Ya figura en el diccionario mayor “por capítulos”.

El vocablo “novelero” sí consta en el catálogo de palabras reconocidas de la lengua.

El hecho de que sean populares los “culebrones”, no autoriza a los hablantes a crear un verbo o un adjetivo para usarlo a voluntad. No sería objeto de mucha sorpresa si el adjetivo llegara a imponerse en la lengua en un plazo breve en el idioma.

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