DENTRO DE – EN – CORONEL – DECOLAR – ÓBICE – ENDIOSE – JANEAR
Muchas personas dudan con respecto a la corrección de este “dentro de”. En los casos en que se refiere a tiempo o plazos, la duda crece, porque existe la tendencia a pensar que si en el espacio lo que indica dentro es lo que está contenido, debería llevar esa significación para el tiempo también.
En español, en el texto el “dentro de”, es equivalente a “al cabo de”. No será sino después de por lo menos un año cuando se procesará legalmente. Con ello se destaca la imposibilidad de conocer de la demanda antes de ese plazo.
Aunque no es calcado del inglés, pero sí influido, se usa de modo constante “en” con el valor de “dentro de”. En toda propiedad “en” es durante, para subrayar el tiempo que dura la acción.
La práctica es que en nuestra América Morena, se usa más “en” para lo que se utiliza “dentro de” en España. Con la influencia del inglés, en el español de los Estados Unidos de Norteamérica, el uso es mayor aún.
En algunos casos, sobre todo en lenguaje jurídico, vale la pena que se tome el tiempo adicional para meditar sobre el uso y no dejar ninguna brecha abierta a una interpretación aviesa del texto. Debe quien traduce o redacta ceñirse a lo que es claro y aceptado y no a lo que es de uso e interpretado. Es mejor que la selección de las palabras salgan de lo que es exacto y no que el lector tenga que deducir el sentido con ayuda del texto.
“Dentro de” seguido de un sustantivo de significado temporal expresa el tiempo que falta para que algo suceda o tenga lugar. Más o menos en esos términos zanja el asunto el Diccionario panhispánico de dudas.
CORONEL
“Observadores lo califican de un verdadero cacique regional, un peso pesado, un “coronel”, con enormes influencias en el estado y la ciudad. . .”
Antes de comenzar con el examen del vocablo del título hay que llamar la atención sobre la redacción. No es de buen estilo en español comenzar una oración, párrafo o frase con la palabra “observadores”, sin anteponerle algún artículo o palabra que la particularice. En este caso algo que se puede hacer es introducir antes, por ejemplo, el término “algunos, los, unos, varios, muchos”.
En muchos casos este tipo de redacción criticada se debe a la influencia del inglés, lengua en la cual es bueno y válido que se empiece de la manera en que lo hizo el redactor. Otra forma de redacción que salva la situación es si luego de ese “observadores” se coloca una coma y se introducen elementos de la enumeración, o complementos de “observadores”. Ya se puede entrar en materia.
La redacción del párrafo permite que el lector se forme una idea cabal acerca de lo que significa “coronel”, pero en el portugués del Brasil. En esa lengua es eso, un cacique regional, eso que ellos llaman un “peso pesado”.
En la lengua informal el “coronel” es un jefe político, un terrateniente con poder político. No hay que extrañarse de que alguien que tenga poco contacto con el portugués de Brasil vacile antes de traducir algo como esto,”os coronéis sao os verdadeiros mandachuvas no interior”.
La palabra posee otro valor en brasileño. Es también el viejo rico que gasta dinero sin medida en una mujer joven quien de vuelta le concede sus favores sexuales.
Es una lástima que en algunos diccionarios de lenguas extranjeras no se registren las significaciones de las palabras en el nivel coloquial.
DECOLAR
“Un avión de. . . se dispone a DECOLAR en el Aeropuerto Miami, donde se toman más medidas de seguridad.”
La interpretación que se haga del término en estudio depende del estado de ánimo del lector. Puede pensar que se trata de “perder la cola”, o que se dispone a “desempatarse”, por aquello de que la “cola” es encolada o cualquier otra majadería. Ahora bien, si se lee tomándose más en serio el asunto hay. . . que leerlo a la luz del francés.
En la lengua recién mencionada, existe el verbo décoller que entre muchas otras significaciones soporta una que en referencia a los aviones es “despegar”, es decir, emprender el vuelo, separarse de la pista.
En argentina usan la palabra “decolaje” para referirse al despegue. Este vocablo es de la misma familia del comentado en esta sección. Esta voz del francés, escrita en español ha logrado en ese español llegar hasta la lengua impresa.
Hay que estar muy imbuido de francés para no darse cuenta que en lugar de escribir en español lo que está saliendo de su teclado es francés. Quizás este galicismo se coló porque el corrector automático de la computadora no le llamó la atención, en vista de que en el español de algunos países existe esa palabra con otras significaciones. Como podrá percatarse el lector, en estas tierras no sólo se está expuesto a las agresiones de los anglicismos.
¡Qué Dios nos ampare!
ÓBICE
“. . .acabar con el secreto de la confesión como sacramento de la Iglesia Católica podría ser ÓBICE de un encendido debate en la sesión legislativa. . .”
Parece que algún redactor no sabe cuál es el valor de la palabra escrita en mayúscula en la cita transcrita. Óbice no es objeto. No logro entender como es eso del óbice que se le pasó aquí.
De acuerdo con lo que la Academia entiende, óbice es “obstáculo, embarazo, estorbo, impedimento”. En realidad no existe una explicación plausible para comprender el modo en que se insertó este vocablo en este contexto.
ENDIOSE
“En ese trastorno de ENDIOSE los cubanos llevamos cuatro décadas y pico.”
En el español común se cuenta con el verbo endiosar, con el adjetivo endiosado(a) y con el nombre endiosamiento. Es la primera vez que se lee el término comentado en esta sección, pero no deja de ser cierto que se le ha escuchado en conversaciones informales.
El verbo endiosar posee varias acepciones todas orientadas en el mismo sentido. En el sentido propio y estricto es elevar a alguien a la divinidad. Cuando una persona lo usa con mayor liberalidad se refiere al proceder de alguien, en el sentido pronominal, de “erguirse, entonarse, ensoberbecerse; suspenderse”.
En América se le ha usado para calificar a la persona que se da mucho tono. Se dice también de la persona que se enamora ciegamente de otra. Este uso estuvo de moda hace largo tiempo, es decir, en la primera mitad del siglo pasado, y se le detectó en Puerto Rico y en Tabasco, México.
El endiosamiento es la altivez extremada. Es la suspensión o abstracción de los sentidos.
El endiose del título no se consiguió documentado en los diccionarios de americanismos de mayor difusión. Por la raíz y el contexto se deduce que en este caso se le emplea como sinónimo de endiosamiento.
JANEAR
“. . .se JANEÓ los mejores artículos de Bohemia de la época, y ganó el. . .”
Este término es puro cubano. No aparece registrado en ninguno de los diccionarios de americanismos consultados, por lo que se presume que su aparición en el habla de la isla es reciente.
La autora que lo utiliza, con soltura y persistencia usa cubanismos en sus artículos. Puede ser, como otros que ella acostumbra a incluir en sus escritos, un vocablo del habla popular o coloquial que ella recoge quizás con la esperanza de que no se pierda, que no se olvide.
El verbo posee tres significaciones que constan en un diccionario de cubanismos. El primero es trabajar con el jan. La segunda acepción recogida es, montarse de un salto en una caballería. La última es, pararse bruscamente.
En otro diccionario de cubanismos se encontró “janearse” con el significado que se copia, “aguantar callado”. La explicación que trae enseguida es “En el sentido de aguantar algo estoicamente”.
Después de copiar los valores del verbo en cuestión, hay que interpretarlo con largueza en el contexto y entenderlo en el sentido de “conseguir, lograr, imponerse, agenciarse”. En español común sería “se granjeó los mejores artículos. . .”
Se espera con sinceridad que no se traicione la intención de la escritora con el sentido que se le otorga en este comentario.
PLANTOCRACIA
“Luego de la emancipación los antiguos esclavos llevaron el carnaval a la calle con tal desenfreno que las PLANTOCRACIAS se escondían en sus casas. . .”
Como pueden imaginarse los lectores, el vocablo que se analiza en esta sección no ha logrado su entrada en el diccionario de la lengua.
Lo que hace la autora de la palabra, es que ha formado un vocablo sonoro, más largo que cualquier otro de uso corriente y lo ha hecho de acuerdo con lo que la lengua y los usos dictan, es decir según las normas de la lengua.
La redactora tomó la palabra “plantación” en el sentido de finca, terreno en que cultivan plantas de una misma clase. Apoyándose en ese término le agregó la terminación –cracia, de la manera en que se forma, democracia, aristocracia, plutocracia, etc. y acuñó la “plantocracia”.
No hay maldad en ello. Lo que debe recordar quien esto hace es escribirlo entre comillas, o en cursiva para que se sepa que no es una palabra sancionada por las autoridades.
La elección que hizo la periodista es acertada porque la terminación –cracia sale de la raíz griega krat, que significa “gobierno”. Se le emplea como sufijo en palabras como las mencionadas antes.
El peligro con esta formación de vocablos es que si los escribientes se consideran libres para acuñar nuevas palabras en español, es posible que terminemos con un catálogo de términos tan largo y vasto, que podría hacer ininteligible el español que se emplea en los diferentes países que se sirven de esta lengua para comunicarse.
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